ONG de Juárez: más de 4 mil desaparecidas
Tres mujeres más, asesinadas en sólo cinco
días de febrero
JENARO VILLAMIL ENVIADO
Ciudad Juarez, Chihuahua. Mientras
en territorio estadunidense la "alerta naranja" antiterrorista del gobierno
ha complicado el tradicional tránsito hacia la ciudad texana de
El Paso, aquí la sociedad vive ya una auténtica "alerta roja",
mezcla de sicosis, ansiedad colectiva y hartazgo de familias y organizaciones
no gubernamentales (ONG) frente a la ola de asesinatos que tan sólo
entre el 15 y el 20 de febrero de este año cobró tres nuevas
víctimas, una de ellas, una niña de cinco años, Brenda
Delgado, violada y apuñalada.
Su cuerpo apareció en los terrenos del ferrocarril,
en el cruce con la calle 16 de Septiembre, a unos pasos del edificio de
la ex aduana, en pleno corazón de Ciudad Juárez, a la vista
de todo mundo. Brenda se suma a las siniestras estadísticas de 303
asesinadas y 4 mil 476 desaparecidas desde 1993, según los registros
de Casa Amiga, agrupación pionera en la atención y asesoría
en situaciones de crisis, y de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, organismo
que representa a un grupo de madres de víctimas.
Justamente el crimen contra Brenda ha generado una reacción
en cadena que los propios juarenses no habían visto en los 10 años
de esta historia. "Es la primera vez que observo una sicosis tan generalizada",
subraya Es-ther Chávez Cano, fundadora de Casa Amiga. "La Iglesia
católica jamás se había involucrado y ahora está
preocupada", destacó Chávez el mismo día en que 400
feligreses peregrinaron, protestaron y oraron en el Monumento a la Madre
para poner fin a la ola de homicidios.
En días pasados 250 personas, entre padres de familia,
maestros y alumnos de distintas escuelas primarias y secundarias, se manifestaron
frente al palacio municipal por la violación y el secuestro de infantes
y ya comenzaron a tomar medidas más drásticas, como perseguir
a todo "sospechoso" que videograbe o fotografíe a niños.
En
medio de este encono por la impunidad y la inoperancia de las autoridades,
Rosario Acosta, de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa
y participante en la mesa interinstitucional de diálogo con las
autoridades estatales, considera que "el camino político ya se agotó"
y anunció que en los próximos días harán la
petición de atracción de los casos a la Procuraduría
General de la República. "Sabemos que hay elementos jurídicos
para solicitarle al gobierno federal que atraiga los casos. Lo vamos a
emprender por conducto de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos",
especificó en entrevista con La Jornada.
Acosta también indicó que otra de las acciones
jurídicas que busca emprender su organización, la cual agrupa
a algunas de las madres de las víctimas, es presionar para que se
estipule y apruebe como delito la desaparición de personas, "porque
de esta forma las desapariciones no estarían sujetas a los criterios
discrecionales o personales de la autoridad. Aquí en Juárez,
más que en cualquier otro sitio del país, la desaparición
es más peligrosa. Esto implicaría todo: definir una pena
y que no sea ni la fiscalía ni el Ministerio Público ni el
área de atención a las víctimas las que determinen
que tu hija va a volver. Obviamente estamos hablando de modificar de tajo
el Código Penal de Chihuahua para que se considere la desaparición
como secuestro".
La madre de una de las muchachas asesinadas en esta larga
cadena de crímenes seriales especifica que, según sus estadísticas,
existen 4 mil 476 mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez en los
10 años anteriores. Tan sólo de enero a marzo de este año
se sabe de 15 mujeres desaparecidas.
Acciones preventivas y clima de violencia
Frente a la indolencia de las autoridades, Esther Chávez
Cano abundó en la necesidad de reforzar actos de prevención
para evitar el secuestro de las muchachas. Especificó que en la
escuela Allende lograron evitar que dos jóvenes fueran "levantadas".
Hace 15 días atendieron a otra mujer, de 17 años de edad,
que llegó en estado de shock. Había logrado escapar
de un "levantón". Detectaron que el mismo carro Jetta en que la
trataron de secuestrar -con un hombre disfrazado de mujer, con una pistola
en la mano- se ha visto por otras escuelas.
Chávez Cano, quien se ha enfrentado a más
de tres procuradores estatales y a seis fiscales especiales en esta larga
cadena de ineptitud e impunidad, considera que aunque las organizaciones
sociales puedan realizar todas las acciones preventivas posibles, no serán
suficientes para enfrentar el tamaño de la crisis que se vive en
Ciudad Juárez.
"Aquí está tan dañado el tejido social
que el peligro es tan grave en la casa como fuera de ellas", reflexiona.
Y argumenta con cifras: tan sólo en 2002 Casa Amiga atendió
973 casos de violencia doméstica, 55 de incesto y 49 de violación
adulta en los hogares. "85 por ciento de las mujeres había llegado
por abuso y violencia sexual con antecedentes de incesto", subraya.
La misoginia prevaleciente en la sociedad juarense y el
clima de violencia que se registra desde las autoridades hasta los ambientes
domésticos se convierten en caldo de cultivo permanente para que
la cadena de crímenes y abusos continúe. El mismo procurador
del estado, Jesús Chito Solís, sorprendió a las organizaciones
ciudadanas cuando comparó el feminicidio con el "robo de autos,
que se ha vuelto imparable".
"La procuraduría no ha asumido la gravedad del
asunto. Su papel no es estar a la defensiva, sino demostrar que lo que
está haciendo está bien, y no lo ha demostrado", indicó
a su vez Rosario Acosta quien, como la mayoría de las activistas
sociales, ha criticado las medidas de "maquillaje político" para
responsabilizar a las bandas de Los Rebeldes, Los Choferes,
a La Foca, El Cerillo y El Egipcio -personajes detenidos
por la procuraduría-, cuyos expedientes dejan un sinnúmero
de cabos sueltos.
"Yo estoy tranquila de que El Egipcio (Abdel Sharif,
recientemente condenado a 20 años de prisión) esté
en la cárcel, porque reúne todas las características
de un violador -ataja Esther Chávez-. Sin embargo, de ahí
a responsabilizarlo como autor intelectual de todas los homicidios se me
hace mucha imaginación. Creo que todos ellos pueden ser responsables
de algunos delitos, pero no de toda la serie de crímenes seriales,
pero esta historia no es para niños."
Frente a esta incredulidad creciente en Ciudad Juárez
se han comenzado a ensayar otra serie de acciones preventivas. En el callejón
Velarde, donde se apilan las tiendas de zapatos y múltiples farmacias
que dominan el centro de Ciudad Juárez, ya se instalaron algunos
"refugios" para mujeres que sean perseguidas o amenazadas por un levantón.
Elva Mata colocó desde el martes pasado la leyenda
"Ni una más" en su puesto de zapatos, y un cartel que dice: "En
este lugar te protegemos si te sientes perseguida, acosada o asustada por
tipos de mal aspecto. No dudes en pedirnos ayuda, puedes confiar en nosotras.
Atentamente: Mujeres Unidas de la Velarde". Una de las empleadas adolescentes
de Elva Mata era vecina de Esmeralda Juárez Alarcón, una
de las mujeres asesinadas cuyo cuerpo se encontró recientemente
en el cerro del Cristo Negro, en el límite de la colonia Felipe
Angeles, enmedio de los arenales de la empresa Pimsa.
Hasta donde se pudo averiguar, ni la empresa Pimsa -dedicada
a la fabricación de arena- ni los vecinos de la colonia Felipe Angeles
han tomado medidas preventivas o han denunciado la presencia de criminales
en serie.
Entre el 5 y el 6 de marzo salieron a protestar padres
de familia, maestros y niños de distintas escuelas primarias y secundarias
de la ciudad. Portaban carteles que decían "Queremos ir a la escuela
sin miedo", "Más seguridad a los niños" y "No más
delincuencia". En algunos centros escolares los padres han determinado
ir a recoger a sus hijos en grupos para evitar que tomen solos el camión.
El miedo se ha generalizado a partir de los más recientes hallazgos.
Las maquiladoras y el regionalismo
Con 10 años de retraso, la industria maquiladora
ha comenzado a tomar algunas medidas de protección para sus trabajadoras,
porque el clima de inseguridad y violencia que prevalece en Ciudad Juárez
ya tiene un impacto severo en el ramo, el cual mueve más de 70 por
ciento de la economía local.
El presidente de la Asociación de Maquiladoras,
Rubén Praga Terrazas, informó a la prensa local que en algunos
establecimientos se dan cursos de artes marciales a las obreras. La empresa
Lear Corporation, que posee 13 plantas en diferentes parques industriales
de Ciudad Juárez, ha impartido defensa personal a cerca de 700 empleadas.
Algunas las han tomado de espaldas a sus maridos, porque ellos no están
de acuerdo.
Precisamente, informó Casa Amiga, de la empresa
Lear Corporation era la muchacha Ivette González, quien fue levantada
en pleno centro de la ciudad, después de que le impidieron la entrada
al turno matutino de la empresa. "Las maquiladoras son una parte muy grande
del problema -afirma Rosario Acosta-. Aquí las trasnacionales están
con todos los derechos y sin ninguna obligación. Hasta el momento
no aseguran el regreso de las empleadas a su casa. Estas empresas son corresponsables;
ellos son los primeros a quienes la crisis se les ha devuelto como un boomerang".
Por lo pronto, el año pasado poco más de
80 mil empleos se perdieron por el cierre de maquiladoras. La iniciativa
privada ha articulado el Plan Estrategia, para darle visibilidad a Ciudad
Juárez a escala internacional y frenar la ola de desprestigio. Llegó
tarde y todavía hay mucho por hacer.