Demanda que le devuelvan las escrituras de su granja, que depositó para un préstamo
Labriego se instala con todo y ganado a las afueras de una sucursal bancaria
No pudo pagar y buscó un arreglo, pero aun así Bancomer vendió la propiedad
CLAUDIO BAÑUELOS CORRESPONSAL
Aguascalientes, Ags., 7 de marzo. Hace dos meses el agricultor Gerardo Pedroza Pérez decidió instalarse junto con su esposa, dos de sus seis hijas y una decena de animales de granja, en una pequeña explanada de la sucursal de Bancomer ubicada al sur de esta capital, para exigir que le devuelvan las escrituras de su rancho situado en Encarnación de Díaz, Jalisco.
''La cosa empezó en 1995 -explica el labriego-, cuando solicité un crédito hipotecario por 20 mil pesos a Bancomer, para pagar otro que debía a Banco Mexicano Somex que había pedido para electrificar el rancho que me heredó mi padre y que se llama El Chamizal, y está en Encarnación de Díaz, Jalisco''.
Como no pudo pagar en los plazos definidos, la deuda se incrementó a 85 mil pesos, que tenía que pagar en diciembre de 2002, y justo cuando en la ciudad de México renegociaba el pago de esa cantidad, los directivos de Bancomer en esta capital, quienes tenían en su poder las escrituras del predio de 30 hectáreas, determinaron venderlas a un agiotista de nombre Jesús Hernández Romo por 110 mil pesos.
''Yo estaba negociando el pasado 16 de diciembre con Alejandro Zinser, quien me había dicho que podría pagarle 65 mil pesos y ya quedábamos a mano. Cuando yo regreso a Aguascalientes para informarles (a las autoridades de la sucursal) de las negociaciones, me dicen que ya no pueden hacer nada porque vendieron las escrituras'', lamenta.
Para eludir el excremento de un cerdo, cuatro gallos, tres guajolotes y un chivo, los clientes evitan la entrada principal a la sucursal e ingresan por la puerta del cajero automático, no sin dejar de hacer comentarios sobre la innovada granja citadina.
''šQué feo huele, pero qué bueno que el señor no se deje!", dice Teresa Ponce, mientras Hugo Morales señala: ''es un poco molesto para uno, pero cada quien hace su lucha''.
El gerente Antonio Mercado Díaz asegura que no ha bajado la afluencia de clientes y usuarios al edificio, y aunque ''sí nos molestan los olores, nosotros no podemos removerlo, esa decisión depende de las oficinas centrales''.
El productor explica que no se niega a pagar, ''sólo busco que me respeten el acuerdo al que había llegado con el señor Zinser en México, pero ahora pos cómo le hace uno, si ya vendieron el patrimonio de mis hijas, por eso yo aquí me quedo y no me muevo''.
Dice que sus otras cuatro hijas ''resguardan'' el rancho para que el nuevo dueño no se los quite físicamente. Menciona que El Barzón Unión Nacional, asociación a la que se afilió cuando comenzó con sus problemas financieros, lo ha ayudado económicamente, al igual que los clientes de la institución.
''A mi familia y a mí nos ayudan con monedas, y pues ahí tenemos aunque sea para tortillas y frijoles y para la comida de mis animalitos", de los cuales un guajolote y una borrega han muerto por la mala alimentación.
Indica que El Barzón tiene planeada una manifestación a las afueras del edificio central de la institución bancaria en la capital del país para exigir que tanto a él como a deudores afiliados al movimiento en similar situación se les respeten los acuerdos a los que llegaron.