Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 6 de marzo de 2003
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Espectáculos

''Gracias a esa frase de Benny Moré, el mundo supo que había un músico con ese nombre''

A 46 años de distancia šGeneroso... qué bueno toca usted! sigue vigente

El trombonista cubano lanzó su disco con ese título; pretende recuperar el sonido de la Banda Gigante

El dicho surgió durante un número improvisado en una presentación en Venezuela, en 1956

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 5 de marzo. Fue una noche de carnaval. El 9 de febrero de 1956, la Banda Gigante de Benny Moré llega a Caracas para amenizar la temporada. Graba un programa de televisión y tiene que improvisar un número. El Bárbaro se agita y gesticula, echa sus pasitos y gira en redondo sobre un pie. Deja que los babies descarguen. El utilero Israel Castellano ha tomado el güiro para unirse a la música y se planta a bailar frente a la orquesta.

-šCastellano... qué bueno baila usted!

Benny sonríe y lo anima. Repite y acompasa esa frase, que convierte en estribillo. Luego levanta la vista a la derecha y, con una sonrisa y esa su vaciladora parsimonia gestual, le dice al trombonista: "Le toca a usted".

Le toca a Generoso Jiménez, intérprete autodidacta, nacido en una familia de músicos del poblado de Cruces, centro de Cuba, que en aquel sofocante estudio de televisión toma vuelo y se queda prendido de su melodía. Benny lo deja. Abre aquellos ojos saltarines y hace todos los chistes que se le ocurren con los músculos de la cara, mientras agita la mano derecha para darle vía libre. Generoso, con los ojos cerrados, los cachetes inflados, convulsionando, torciendo la vara del instrumento como si fuera de plastilina, arrastra ese solo de diez minutos, que le está pareciendo una eternidad.

-šGeneroso... qué bueno toca usted!

Ahora la banda corea este estribillo que Benny acaba de inventar, en honor al virtuoso, que sigue echando los pulmones y doblando el torso para pedirle, suplicarle a su instrumento que mantenga ese momento mágico, que siga lanzando esos códigos encriptados al aire, para que el público devuelva la emoción, como lo hizo aquella noche en el estudio y lo hicieron miles de parejas mucho tiempo después, acoplando la cadencia de sus cuerpos a ese ritmo sensual.

-š... toca usted!

Generoso no puede más y hace señas al director, para avisarle que tiene la dentadura a punto de reventar.

-šBenny Moré... qué banda tiene usted!

"Ese número lo venimos a grabar un año después de haberse logrado", dice Generoso a La Jornada, casi medioGeneroso1 siglo más tarde. "Ese número no es cubano. Donde primero se tocó fue en Venezuela. Es hijo de la madre tierra de Venezuela".

En su pequeño departamento del popular barrio habanero del Cerro, a los 85 años de edad, el trombonista relata el nacimiento de aquella frase, que acaba de volver a la luz pública con la grabación del disco precisamente llamado Generoso, qué bueno toca usted, y que alcanzó la postulación al Grammy en la categoría de música tropical tradicional.

"Gracias a esa frase, el mundo supo que había un músico que se llama Generoso", dice ahora el maestro, que desde muy joven tocó todos los instrumentos a su alcance y finalmente se aferró al trombón. Circuló por varias agrupaciones, decidió probar suerte en la capital y en los años 40 se enroló con la banda de Chico O'Farrill, el célebre trompetista que llegó a trabajar con Benny Goodman y Dizzy Gillespie. En los cincuenta, Jiménez fundó con Benny la Banda Gigante.

En 2001 accedió a preparar Generoso..., el primer disco que hacía en 36 años, esta vez en su propio homenaje, y a sugerencia de Juan Pablo Torres, trombonista cubano que reside en Estados Unidos. El compacto con diez temas, casi todos de Jiménez, fue producido por el alemán Detlef Englehard, se grabó en La Habana, en los Estudios Abdala de Silvio Rodríguez, y además de Torres participan el trompetista Arturo Sandoval y el saxofonista Paquito D'Rivera, ambos cubanos, ex integrantes del grupo Irakere y también residentes en Estados Unidos.

"En este disco quise recuperar el sonido de la Banda Gigante, que está un poco olvidado", dice Generoso, que vive aquí modestamente, jubilado desde 1978.

-ƑCómo recuerda a Benny?

-Primero, como mi compadre. Me bautizó una hija. Luego, como un gran músico de oído. Era un genio musical. Sin haber estudiado música nunca, hacía cosas geniales, que muchos músicos no pueden hacer. Por ejemplo, estaba grabando y se le olvidaba la melodía y no paraba la orquesta, sino que inventaba algo en el camino.

-ƑQué es el trombón para usted?

-Es trombona. Primero fue mi novia, después pasó a ser mi esposa. Duerme en la cama conmigo. Lo estudié porque me lo enseñó mi padre desde muy chiquito...me gustó el sonido de ese instrumento. Hay que estudiarlo mucho, porque es muy dificil.

-ƑQué es lo más difícil?

-Las posiciones. Son siete, igual que en el violín. Pero aquí la nota hay que buscarla. No es como la trompeta, que tiene pistones, o el piano, que pisas la tecla y suena la nota. Aquí la nota hay que hacerla, con el aire y la vara. Y luego hay brazos cortos, como los míos, que no alcanzan muy bien la séptima. No me creo superior a nadie, pero creo que la madre tierra me dio el don de la improvisación.

-ƑCómo surgió aquella frase de Benny?

-Fue un viaje con muchos problemas desde la salida. Llevábamos seis músicos suplentes, que no conocían el repertorio. Al llegar también hubo dificultades con el hospedaje y por fin nos enteramos que en cosa de media hora teníamos que grabar un programa de televisión. Apenas tuvimos tiempo de afinar y Benny me dice: "Compadre, dime qué números ponemos, qué podemos hacer". Hablé con los que más conocían a la orquesta y armamos seis números, pero no alcanzaron para completar el programa. Faltaban como diez minutos. Vino Benny otra vez y volvió a preguntarme qué hacíamos. "Vamos a hacer una descarga", le dije. "Vamos a improvisar. El que sepa improvisar, que improvise". Enseguida mi compadre se viró para el del piano y le dijo: "Arranca en fa".

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