En la visita a México actuó "como recadero" del presidente de Estados Unidos, acusan

Repudian diputados españoles a Aznar

El mandatario conservador "está más lejos del Papa y muy cerca de Bush", dice el PNV

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 5 de marzo. El gobierno español encabezado por José María Aznar recibió hoy la de-saprobación unánime de la oposición durante el debate celebrado en el Congreso de los Diputados sobre la inminente guerra contra Irak, donde el gobernante volvió a defender de manera firme su postura de escalada militar en Medio Oriente y de apoyo incondicional a Estados Unidos en el conflicto.

Aznar fue acusado de adoptar una "actitud mesiánica" y "mentir" al Poder Legislativo al negar que España promueve "la guerra" frente al clamor popular que exige "la paz".

Durante la sesión parlamentaria se reprochó, en reiteradas ocasiones y en voz de diversas formaciones políticas, la reciente visita de Aznar a México, al considerar que el mandatario español actuó más como "mandadero de (George W.) Bush" que co-mo "representante del pueblo español", que está mayoritariamente contra la guerra.

Tras más de cuatro horas de debate, Aznar no modificó ni un ápice su discurso: "Una visión miope de las circunstancias puede hacer que no nos enfrentemos al riesgo actual y dejemos crecer la crisis poniendo en mayor riesgo la paz, la seguridad y el orden internacional que todos queremos defender, prolongando asimismo el sufrimiento de los ira-quíes bajo la dictadura de Saddam Hussein".

Cuando ya conocía la postura de Francia, Alemania y Rusia en contra de una nueva resolución, Aznar manifestó: "Espero que nadie bloquee una nueva resolución en el Consejo de Seguridad porque ésta es buena para España y para todos", al tiempo que añadió que "dar más tiempo" a los inspectores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) es "hacer un flaco favor" al propio Consejo de Seguridad.

Los 11 grupos parlamentarios de oposición manifestaron su frontal rechazo al reiterar hasta la saciedad que las "razones" y el "discurso" del gobierno "no son creíbles", que se "equivoca" y que está guiado por una "actitud mesiánica que compromete al conjunto del pueblo español".

El líder de la oposición, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, exigió al mandatario que explique cuál será su postura en caso de que la ONU no refrende un ataque unilateral a Irak, al tiempo que acusó a Aznar de servir de "mandadero" de Bush ante la comunidad internacional, por lo que pidió que "rectifique", pero que, en caso contrario "déjenos como estábamos. Déjenos en paz, señor Aznar. Déjenos en paz".

La intensidad del debate parlamentario subió de tono una vez que la mayoría de las formaciones políticas de oposición criticaron la reciente visita de Aznar a México, al considerar que su gestión fue más en clave de "mandadero" o "capataz" de Bush que como el presidente del gobierno de España.

Aznar negó que la inesperada gira por México tuviera como motivación el conflicto de Irak, al sostener que en la breve entrevista con el presidente Vicente Fox se trataron asuntos que importan a "ambos países", además de "abortar" un plan "muy peligroso" que implicaba al histórico conflicto que sufre el País Vasco y a México, en clara alusión a la iniciativa planteada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional de poner en marcha una mesa de pacificación en torno a este drama social y político.

El vocero del Partido Nacionalista Vasco (en el poder en Euskadi) en el Congreso, Iña-ki Anasagasti, recordó a Aznar que desde la restauración de la democracia en España no se había dado una "animadversión" similar a la que despertó su visita a México. "La prensa le recibió con críticas justificadas" y en la "calle le gritaron gachupín", dijo.

Aseveró que "usted no ha entendido la di-fícil relación que existe entre México y Estados Unidos, pues si en México dicen que su drama es en parte porque están muy lejos de Dios y muy cerca de Estados Unidos, usted, señor Aznar, está muy lejos del Papa y muy cerca de Bush".

Mientras los diputados debatían en el Congreso, miles de estudiantes se manifestaron en las principales ciudades españolas para expresar su rotundo "no a la guerra".

Las principales concentraciones se llevaron a cabo en Madrid y en Barcelona, donde más de 10 mil jóvenes reiteraron su rechazo a la intervención militar estadunidense.