José Antonio Rojas Nieto
La dinámica externa del gas natural
Recordemos que el precio interno del gas natural se determina
mes a mes con base en la cotización registrada los últimos
días del mes anterior en el sur de Texas. Por eso, como en el invierno
de hace dos años, una vez más tenemos de qué preocuparnos.
Desde agosto los precios del gas natural en Estados Unidos
se han elevado. Pero la semana pasada explotaron. El viernes, las cotizaciones
de referencia cerraron en poco más de ocho dólares por MMBtu
(millón de unidades térmicas británicas). Ya el miércoles
habían alcanzado 9.50 dólares. Pero, gracias a cierto descenso
de jueves y viernes, el promedio que define nuestro precio en marzo estuvo
por debajo de los nueve dólares, pero arriba de los ocho. Una vez
más tendremos precio interno muy alto. En el caso del valle de México,
por ejemplo, el precio sin IVA será de más de tres pesos
por metro cúbico. Y dado el mecanismo de ajuste automático
de las tarifas eléctricas, los precios de la electricidad industrial
y comercial se elevarán en abril.
¿Qué pasa en el país vecino que,
una vez más, las cotizaciones del gas natural se elevan violentamente?
Al menos tres hechos: 1) elevada demanda estacional por el crudo invierno;
2) muy bajos inventarios; 3) muy altos precios de crudo y petrolíferos
En diciembre, la demanda fue de 78 mil millones de pies
cúbicos diarios. En enero llegó a 87 mil millones, uno de
los niveles más altos de su historia. Y aunque en febrero bajó
a 82 mil millones, el promedio de los tres meses fue superior en 6 por
ciento al del invierno pasado. Y similar al del invierno 2000-2001, que
también representó uno de los consumos más altos de
la historia reciente en Estados Unidos.
En un país con producción limitada respecto
a su demanda, una situación de elevación estacional extraordinaria
es muy delicada. Nuestros vecinos sólo pueden producir poco más
de 50 mil millones de pies cúbicos al día, 60 por ciento
de su demanda invernal. Por ello, en los meses de menor consumo -mayo y
octubre- almacenan enormes cantidades de gas para el invierno. Además,
deben importar un poco -primordialmente de Canadá- para completar
su abasto y presionar menos a inventarios y almacenes.
Actualmente importan entre 10 y 11 mil millones de pies
cúbicos al día, cerca de 12 o 13 por ciento de su consumo.
De estas importaciones, un poquito (5 por ciento) es gas natural licuado
proveniente de Argelia, Australia, Qatar y Trinidad y Tobago.
El gas natural disponible en inventarios o almacenes varía
con las estaciones del año. El mayor volumen de gas natural almacenado
se tiene a fines de octubre, antes de los fríos. Y el menor volumen
a fines de marzo, después del invierno. Por eso los meses de abril
a octubre son de recuperación de inventarios. Con el consumo para
generación eléctrica, representan el componente fundamental
de la demanda que incide en la determinación de los precios del
gas natural en el verano.
Algunos datos recientes nos dan idea de las dimensiones
de los inventarios. Entre 1998 y 2002, el promedio del valor máximo
almacenado fue de 3 billones (millones de millones) de pies cúbicos,
equivalentes a 35 días de consumo de diciembre pasado. Y el promedio
del valor mínimo fue de poco más de un billón de pies
cúbicos, equivalentes a 13 días de ese consumo. Resulta un
tanto obvio decir que los inventarios no operan para atender toda la demanda.
Sólo complementan -a veces en un marco especulativo-
lo que producción e importaciones no ajustan. Y permanentemente
se buscan ciertos equilibrios, que en parte se logran con la sustitución
por otros combustibles y con lo que se llama destrucción de demanda.
Por el alto precio actual de los petrolíferos resulta muy difícil
la sustitución de gas para calefacción por diesel, queroseno
o algún residual. Eso, por cierto, no ayuda a frenar el alza del
precio del gas. Y por la retracción económica, la destrucción
de demanda es muy limitada. Por ello, el mercado seguirá muy presionado,
especialmente hasta fines de marzo que concluyan las extracciones de los
inventarios. También es muy probable que e principios de abril,
el nivel de inventarios sea menor al mínimo histórico, pues
en estos momentos, faltando un mes de extracciones, ya se llegó
a dicho mínimo. Y dependiendo de la forma en que se recuperen esos
inventarios, la presión sobre el precio pudiera prolongarse.
Estas son algunas de las razones principales por las que,
con toda seguridad, en marzo pagaremos el metro cúbico de gas natural
a más de tres pesos. Y por las que, muy probablemente, no regresemos
a los precios bajos del año pasado. No importa que su costo de producción
sea mucho menor. ¡De veras que eso, aquí y ahora, no importa!