Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 23 de febrero de 2003
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Espectáculos
TIEMPO DE BLUES

Raúl de la Rosa

¿Quién fue realmente Robert Johnson? (I)

Primera llamada


UN GRAN MISTERIO y una gran leyenda del blues. El llamado Rey de los cantantes de blues del Delta existió intensamente: sólo vivió 27 años, pero su influencia abarca a todo músico que haya tocado blues desde 1937 y a numerosos grupos de rock que han grabado sus canciones. Con Johnson pasa lo que con Karl Marx (guardadas las enormes diferencias): casi todos lo conocen, pero pocos lo han leído. Si tomamos en cuenta que sólo grabó 29 piezas, es más sorprendente que haya influido de tal manera en la música popular estadunidense.

SU LEYENDA VA más allá de la música, más allá del blues. Su corta vida está salpicada de situaciones violentas, de alcohol, de pactos con el diablo y de un gusto desmesurado por las mujeres (especialmente las de otros). De hecho, esa fue la causa de su muerte: envenenado por una mujer celosa o por un hombre al que le había bajado la novia. En su agonía, terminó ladrando como un perro, el 16 de agosto de 1938, después de su actuación en un bar de Three Forks, Mississippi, en donde bebió la copa envenenada.

Segunda llamada



MUCHO SE HABLA de él, pero poco se conoce de su vida. Son retazos con los que se ha reconstruido la existencia de este bluesman. Lo que es cierto es su talento y el extraño y fascinante carisma que Johnson tenía, y lo mostraba ante su público. Su más famoso mito: el pacto que hizo con el diablo en un cruce de caminos a las 12 de la noche, en el que vendió su alma a cambio de convertirse en el mejor guitarrista, tener éxito con las mujeres y dinero. Sobre este mito se han tejido historias, libros, documentales y hasta una película (Crossroads).

PERO EL DIABLO no cumplió con lo prometido. Lo que sí fue real fue el empeño y capacidad que tuvo para aprender a tocar la guitarra, ya que él tocaba la armónica, instrumento con el que solía acompañar a los inseparables Willie Brown y Lonnie Johnson, mismos que le aconsejaron que no tocara jamás la guitarra, ni cantara, pues lo hacía bastante mal. Esto fue el pivote para que el joven Robert Johnson desapareciera (como era su costumbre) y al cabo de unos pocos meses regresara al lugar donde sus amigos actuaban. Subió al escenario para echarse un palomazo, pero en esta ocasión tocando la guitarra. Todos -músicos y público- no podía creer que alguien (en tan poco tiempo) hubiera aprendido a tocar la guitarra de esa forma.

LA OCASION FUE perfecta para inventar lo del pacto con el diablo. Pero la realidad es que, aparte de excelente guitarrista, fue un poeta de gran y aterradora profundidad.

Tercera llamada



ROBERT NACIO EL 8 de mayo de 1911. Su madre estaba casada con Charles Dodds y habían procreado ya 10 hijos cuando apareció Robert en escena. El problema fue que el señor Dodds no fue su veradadero padre, sino un trabajador de la plantación: Noah Johnson. A partir de entonces su vida es un vaivén permanente. Creció en Memphis y más tarde regresó al Delta, donde se casó, a los 18 años, con Virginia Travis, una jovencita de 15 años. La tragedia apareció al año siguiente, cuando Virginia murió al dar a luz, junto con su hijo.

EN HISTORIA DEL Blues, Paul Oliver escribe: "Numerosísimos cantantes de blues pudieron apreciar la música de Robert Johnson: Muddy Waters le escuchó de joven, el pianista Sunnyland Slim y David Honeyboy Edwards. Este último lo describió con estas palabras: 'Robert era alto, de piel morena y muy delgado. Tenía una mirada muy extraña. Se asomaba por uno de sus ojos, mientras el otro mostraba una especie de catarata. Por aquel entonces tocaba una guitarra Sears-Roebuck, Stella. Sí, era muy bueno'''.

CARLOS TENA, EN su bien documentada obra Los maestros del blues, escribió: ''Constantemente citado como el más grande, el más expresivo y conmovedor poeta del blues, su figura siempre ha estado rodeada de misterio. Llevaba una vida errática y era un hombre huraño y esquivo, algo esquizofrénico, bebía mucho y se mostraba muy tímido con todo el mundo, aunque con las mujeres su comportamiento era muy distinto".

CON UN PANORAMA tan adverso, con una personalidad tan contradictoria, podían pasar dos cosas: una, que al igual que tantos con vidas tan difíciles, fuera un ser que transitara por esta vida sin pena ni gloria, consumido por el alcohol y en la amargura. La otra (a pesar de esas circunstancias tan poco aleatorias), que el hombre logró imponerse. Le cantó a la infelicidad y al amor, a las mujeres, a la amistad y a la esperanza de encontrar en algún lado el bienestar; aunque para esto tuviera que haberle vendido su alma al mismísimo diablo.

Bill Wyman´s Blues Odissey. Documental para televisión.

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