Cinco grandes empresas suspenden pagos de sus deudas en moneda extranjera
México está ante una nueva y más profunda desaceleración: analistas
Las principales firmas deberán pagar este año intereses por 12 mil 500 millones de dólares
Adeudan casi 70% más de lo que tienen de capital contable, según informes del sistema bancario
JUAN ANTONIO ZUÑIGA, VICTOR CARDOSO Y ROBERTO GONZALEZ
Cinco de las empresas más importantes del país suspendieron el pago de sus adeudos contratados en moneda extranjera durante 2002, lo que es considerado por los economistas internacionales como un preámbulo de una nueva y más profunda desaceleración de la economía mexicana.
Las empresas mexicanas figuraron en el segundo lugar en importancia de América Latina por el incumplimiento de pagos durante el año pasado, únicamente superadas por las argentinas, indica un informe de la calificadora Standard and Poor's, la cual alertó que en la región, incluido México, "ni los bancos ni los inversionistas están dispuestos a extender préstamos a compañías, y sólo las principales logran refinanciamientos en términos atractivos".
Para este año las más importantes empresas mexicanas están obligadas al pago de más de 12 mil 500 millones de dólares por intereses y amortizaciones de una deuda global que asciende a 55 mil 926.5 millones de dólares.
Ante los compromisos contraídos, la gran mayoría de las empresas mexicanas ha iniciado o prevé entre sus escenarios para 2003 el inicio de negociaciones para el refinancimiento de un débito que se ha complicado aún más por el deslizamiento del peso frente al dólar.
Tan sólo en enero de este año, el valor de la deuda externa privada se elevó en alrededor de 600 millones de dólares por efecto del tipo de cambio, que pasó de un promedio de 10.40 pesos en diciembre, a 10.89 en enero.
El peso de la deuda externa sobre las finanzas de las mayores empresas del país se observa en la relación que guarda el monto de su deuda externa respecto del capital contable.
Un análisis realizado por el sistema bancario sobre el seguimiento puntual de esta relación, indica que el endeudamiento externo calculado en moneda nacional representaba 76.3 por ciento del capital de todas las empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Pero si se considera, con base en los datos del mismo seguimiento, el endeudamiento total (en moneda nacional y extranjera), resulta que esas empresas deben casi 70 por ciento más de lo que tienen reportado como capital contable.
El pago de amortizaciones está estrechamente relacionado con lo que suceda con la paridad del peso frente al dólar. En moneda nacional los recursos destinados a este propósito ascienden actualmente a 138 mil 400 millones de pesos, cantidad equivalente a 2.5 por ciento del producto interno bruto (PIB); es decir, la mitad del valor de la producción agrícola del país en un año.
Cierre de puestos de trabajo
En esas condiciones, las empresas privadas del país tuvieron que recurrir al cierre de 122 mil 390 fuentes de empleo durante 2002, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Pero ahí no han parado las cosas. Para este año se prevé una mayor caída del empleo. Sólo durante enero se perdieron 81 mil 138 plazas y la tasa abierta de desocupación se elevó a 2.8 por ciento de la población económicamente activa.
Satélites Mexicanos (Satmex), por ejemplo, ya anunció que para poder cumplir con el pago de sus compromisos de deuda, tuvo que recortar 21 por ciento de su planta laboral.
Otro caso significativo fue el del gigante Teléfonos de México (Telmex), empresa que durante el año pasado redujo 3 mil 735 plazas laborales. Esta cifra representa casi 6 por ciento del total de sus empleados.
También, de acuerdo con datos oficiales, el consorcio de vivienda Hogar canceló los mil 673 puestos de trabajo que hasta 2001 aparecían como "obreros". La misma acción realizó la mayor productora de huevo y pollo en el país, Bachoco, que reportó una reducción de 365 fuentes de empleo; o el grupo financiero BBVA Bancomer, segundo del sistema bancario nacional, que recortó 2 mil 210 trabajadores.
Angeles caídos
Cuando México obtuvo el grado de inversión por las principales calificadoras del mundo, en 2002, las empresas del país vieron abrirse un amplio panorama para la obtención de créditos en el extranjero, frente a la ya crónica resistencia de la banca nacional para liberar el financiamiento.
De acuerdo con registros del Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la deuda externa de las empresas mexicanas pasó de 52 mil 849 millones de dólares en 2000 a más de 55 mil 926 millones el año pasado. Esto representó un crecimiento de casi 6 por ciento en el periodo.
Pero así como fluyeron los recursos externos para financiar las operaciones de las empresas nacionales, también se abrió un cauce por donde se deberán pagar este año casi 12 mil 538 millones de dólares por amortizaciones y alrededor de 7 mil millones más por concepto de intereses.
Y en esto radica la incertidumbre de las empresas nacionales que ven oscurecer su futuro inmediato.
Ya en 2002 comenzaron a presentarse los primeros casos de incumplimiento en el pago de compromisos financieros que colocaron a México en el segundo lugar latinoamericano por el número de sus "ángeles caídos", según la calificadora Standard and Poor's.
Fueron los casos de las telefónicas Iusacell y Alestra; la controladora de diversas empresas de distintos giros, DESC, y la productora de celulosa y papel Corporación Durango, la cual incurrió dos veces en incumplimiento de un número similar de colocaciones de deuda.
Standard and Poor's redujo la calificación de estas empresas a "grado especulativo", cuando habían logrado alcanzar lo que en el mercado se denomina "grado de inversión".
La calificación de "grado especulativo" representa una posición que prácticamente inhabilita a las empresas incumplidas para obtener nuevos créditos, a menos de que eleven las garantías para respaldar los préstamos que, en caso de conseguirlos, tendrían intereses superiores a los del mercado. Esta práctica es común en ese tipo de casos, pues las instituciones financieras penalizan con mayores tasas el riesgo de nuevos incumplimientos.
El panorama se presenta aún más incierto si se considera un reciente reporte de Standard and Poor's, donde alerta acerca de las consecuencias de una guerra en Irak sobre las calificaciones crediticias soberanas y donde se incluye a México como uno de los países que resultarían más afectados por considerarlo de "riesgo.
"Los países con grandes exigencias de financiamiento comercial externo (del sector público o privado) se hallarían en mayor riesgo que los que no dependen de flujos de capitales sensibles a la confianza. Las calificaciones soberanas en riesgo incluirían las de Brasil, República Dominicana, Jamaica y Turquía. En menor grado, las calificaciones de Belice, México y Filipinas también podrían sufrir presión", advirtió la calificadora internacional.
"Cuando veas las barbas de tu vecino cortar..."
El incierto futuro financiero que se presenta en el mundo y su impacto en las empresas mexicanas con deuda externa hizo que algunas, las más previsoras, comenzaran desde mediados del año pasado a renegociar sus débitos en busca de un mayor plazo e inclusive la venta de activos no estratégicos.
Fueron, entre otros, los casos de corporativos como la fabricante de autopartes San Luis; la controladora de aviación Cintra; la constructora ICA; la naviera Transportación Marítima Mexicana; el Grupo Parras; el Grupo Savia; el Grupo México; Altos Hornos de México; la telefónica Avantel; la harinera Minsa; controladora Cydsa y el grupo metalúrgico Hylsamex.