Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 22 de febrero de 2003
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Política

Héctor Díaz-Polanco y Consuelo Sánchez presentan libro hoy en el Palacio de Minería

Peligrosa pérdida de interlocución del Estado con los pueblos indios: expertos

ROSA ROJAS

Es "muy peligroso" que los pueblos indios hayan llegado a la conclusión de que ya no hay en el Estado mexicano un interlocutor en relación a su demanda de cambios políticos y sociales para el reconocimiento de sus derechos, empezando por la autonomía, advirtieron Héctor Díaz-Polanco y Consuelo Sánchez, autores de libro México diverso, el debate por la autonomía, que se presenta hoy en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

En entrevista, los antropólogos, asesores del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) durante los diálogos de San Andrés, hicieron una fuerte crítica al comisionado para la paz, Luis H. Alvarez, quien ha sostenido que si los zapatistas no se sientan a negociar con el gobierno éste sigue de todas maneras con sus programas de "desarrollo social", advirtiendo que "ese es un camino equivocado, porque no hay posibilidad de que tenga efectividad alguna, sobre todo en la mejoría de las condiciones de vida de los pueblos, si no está precedido por un pacto político, que es el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a que se negó el Congreso de la Unión y del que se lavó las manos la Suprema Corte".

Díaz-Polanco y Sánchez exploran en su obra, editada por Siglo XXI, los caminos que han seguido los pueblos indios en diversos países para superar la situación marginal en que se encuentran: "o declinan permanecer en la sociedad política que los sujeta y en consecuencia, procuran constituir su propio 'hogar público'; o reafirman su pertenencia al Estado-nación mientras reclaman el reconocimiento de derechos -en tanto colectividades- que entrañan algún grado de transformaciones del arreglo sociopolítico en vigor. El primer camino lleva al separatismo; el segundo conduce por los senderos de la autonomía".

Sostuvieron que en el país no se están resolviendo adecuadamente los problemas de la nación ni se están abordando adecuadamente. Lo que urge en este momento es plantear las cuestiones de los recursos naturales de los pueblos indígenas en el contexto del Plan Puebla-Panamá; del campo y la soberanía alimentaria; de los derechos indígenas que tienen que ver con un acuerdo político, orientar la economía hacia otro rumbo. Se necesita discutir la política económica, la soberanía; en eso ha estado insistiendo la gente, que no se siente reflejada en las políticas públicas ni estatales ni gubernamentales, indicaron.

No se quiere reconocer la pluralidad

La situación es grave "porque tenemos un gobierno apocado, que no da respuestas... Ahora estamos dando un giro muy peligroso porque el movimiento indígena está llegando a la conclusión de que ya no hay interlocutor respecto al Estado; los tres poderes estatales han dicho su palabra, que se resume en un no rotundo a cualquier demanda de reconocimiento de la pluralidad del país. Eso no es conveniente porque puede promover la idea de que no hay un Estado capaz de articular la demanda de la ciudadanía, en este caso de los pueblos indígenas, con medidas capaces de encontrar salidas a los problemas", agregaron.

Sin embargo, plantearon que hay algunos elementos esperanzadores y positivos, en el sentido de que hay indicios de que el movimiento indígena empieza a rearticular un programa propio, "a despertar de una especie de letargo, de compás de espera, y comienzan a articular propuestas, una de ellas por supuesto es la de comenzar a vincularse de una manera más cercana y orgánica y activa con otros movimientos sociales. El caso de El campo no aguanta más es el ejemplo inmediato, pero también otros movimientos sociales que están en ciernes; esto daría una nueva perspectiva al movimiento indígena, pero aún está en veremos.

"Lo que tenemos ahora es un movimiento indígena que llega a la conclusión de que los tres poderes del Estado están coaligados para desconocer toda posibilidad de reconocimiento, lo cual quiere decir, en otras palabras, la posibilidad de reconocer la necesidad de cambios, porque el problema grave y de fondo en la negativa de los tres poderes durante 2002 se resume en que se acepta cierto género de reconocimiento que se expresó en la reforma constitucional, pero sin que esto significara ningún tipo de cambio sociopolítico en el país", advirtieron.

Díaz-Polanco y Sánchez consideraron que el problema de fondo en el debate sobre la autonomía que reclaman los pueblos indios es la cuestión sobre el valor moral y social de la diversidad, lo que conduce al análisis de la conveniencia de reformular los términos del arreglo socioeconómico sobre principios multiculturales, lo que lleva finalmente al punto crucial: la naturaleza de la democracia en un contexto diverso.

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