Latinoamérica es un continente pacífico, afirmó Fehr, líder de la banda

Maná levantó la voz contra la guerra en su presentación en Viña del Mar

DPA Y PL

Viña del Mar, 20 de febrero. El cuarteto Maná tuvo una destacada actuación en la primera noche del Festival de Viña del Mar, gracias a su sólida propuesta musical plagada de éxitos.

La banda liderada por Fehr, de conocida vocación ecológica, no dudó en hacer declaraciones contra el posible ataque de Estados Unidos contra Irak.

Antes de dar paso a los mexicanos en la versión 44 del certamen, el espectáculo se abrió con un público que acompañaba con palmas el tema We will rock you, de Queen. Luego se realizó una obertura musical y dancística, a cargo de 150 bailarines y acróbatas.

Tras el cuadro plástico, mezcla visual inspirada en el videoclip de los años 80 Wild boys, de Duran Duran, y en escenas de la película Mad Max, el sempiterno animador Antonio Vodanovic emergió de entre el público y, cámara de video en mano, conversaba con la gente mientras las grababa.

La intención de Canal 13 de Chile, la estación que transmite el evento, fue superar el fuerte impacto que causó el nuevo escenario estrenado el año pasado -una cruza de coliseo romano y platillo volador- y la pantalla gigante en forma de ojo, que se robó el protagonismo. A los elementos tecnológicos, se quiso sobreponer esta vez la presencia de los asistentes.

Luego de presentar a su coanimadora, la cantante chilena Miriam Hernández, Vodanovi llamó al escenario a Maná, quienes se adueñaron de la jornada y marcaron el momento más alto de sintonía, que llegó a los 53 puntos (varios millones de televisores encendidos).

El conjunto, avalado por 16 años de trayectoria y varios álbumes de éxito, más su nuevo disco de 2002, Revolución de amor, refrendó su virtuosismo instrumental y vocal.

Confirmando los pronósticos de que este festival estará marcado por la polémica y las declaraciones alusivas a conflictos del momento, entre tema y tema el vocalista Fehr dejaba caer sus comentarios y recibía aplausos.

El grupo abrió con Justicia, tierra y libertad, de fuerte contenido social, mientras en la pantalla gigante se proyectaban imágenes de personajes como Nelson Mandela, Martin Luther King, John Lennon o de líderes de la Revolución mexicana.

Matizando su actuación, Maná siguió con los bailables Oye mi amor y Hechicera, para entrar a la línea discursiva con el single Angeles caídos, que dedicó a Greenpeace, entidad que desplegó en las galerías un enorme lienzo que decía "No a la guerra del petróleo".

Hablando en nombre de la banda, Fehr manifestó: "Latinoamérica no quiere guerra, Latinoamérica es un continente pacífico. Que las potencias arreglen las cosas mediante el diálogo".

Maná siguió con Eres mi religión, Mariposa traicionara, Vivir sin aire, Corazón espinado, Rayando el sol, Se van y Angel de amor, evidenciando un sonido perfecto y las dotes acrobáticas de su carismático baterista, Alex González, quien tocaba de pie o dejaba caer las baquetas entre saltos.

En el penúltimo bis, Fehr volvió a las alusiones a la situación de Irak, en medio de los acordes de Clavado en un bar. "La banda Maná vota por la paz. México y Chile también: no queremos guerra", sostuvo Fher, y junto a sus compañeros levantó un emblema de México, una bandera con el símbolo de la paz y una chilena -todas ellas unidas- mientras caía una lluvia de papel picado blanco y el público aplaudía a rabiar.

Luego vino su tema de despedida, En el muelle de San Blas" y el monstruo, como se conoce al difícil y caprichoso público del festival, exigió para ellos la Antorcha de Plata, el premio que dan los asistentes a los números que más gustaron.

Decomisan droga destinada al festival

Por otra parte , la policía chilena decomisó 90 kilogramos de cocaína destinada, en su mayoría, a ser comercializada durante el festival.

Fuentes policiales informaron que la carga fue incautada después de tres meses de seguimientos, intercepciones telefónicas y uso de agentes encubiertos. En la operación fueron detenidas 20 personas mediante la coordinación de las autoridades de las ciudades de Arica, La Serena, Valparaíso y Santiago.