Cada uno planteó y defendió sus puntos de vista sin que se lograra un acuerdo
Desencuentro de opiniones entre Fox y Aznar sobre el tema Irak
El presidente mexicano reiteró su postura de abrir un mayor espacio a la labor de los inspectores
JUAN MANUEL VENEGAS
El jefe del gobierno de España, José María Aznar, llegó "con la espada desenvainada" y no hubo punto de acuerdo con el presidente Vicente Fox respecto a la crisis Estados Unidos-Irak. Funcionarios de la Presidencia de la República que conocieron los términos del encuentro realizado ayer en Los Pinos, informaron que, en lo que se refiere a la posición de los dos gobiernos en el Consejo de Seguridad de la ONU, ''fue más bien un desencuentro'' de posiciones.
Cada uno planteó y defendió sus puntos de vista: el español, de franco apoyo a la política de Washington; el mandatario mexicano, a favor de "abrir un mayor espacio" a la labor de los inspectores de la ONU. En lo que sí hubo coincidencia fue en la "convergencia de intenciones" en contra del terrorismo.
El ''último recurso''
Incluso, la oficina de comunicación social de Los Pinos difundió un comunicado -posterior al encuentro- en el que destacó la importancia de la resolución de la Unión Europea del lunes pasado, en la que se acordó respaldar un eventual ataque a Irak, sólo como "último recurso". Esta misma posición, hay que señalar, es la que ha mantenido el gobierno del presidente Fox.
"Ambos mandatarios reconocieron el significado que en este momento tiene la resolución conjunta acordada por los países miembros de la Unión Europea el 17 de febrero en Bruselas. En relación con este documento, destacaron especialmente la importancia de incrementar los esfuerzos multilaterales encaminados a alcanzar por vía pacífica la eliminación de las armas de destrucción masiva en Irak, y la necesidad de que esa nación cumpla con las resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU'', indicó el comunicado de Los Pinos.
Los gobiernos de México y España son miembros no permanentes del Consejo de Seguridad y en la reunión que anoche sostuvieron Fox y Aznar, el único tema que abordaron fue el de la situación en Irak, que actualmente se delibera en el organismo mundial.
Texas, siguiente destino
El jefe del gobierno español llegó ayer a la ciudad de México pasadas las 17 horas. Del aeropuerto se dirigió a un hotel de Paseo de la Reforma, donde descansó unas horas antes de dirigirse a la residencia oficial del Ejecutivo mexicano.
Acompañado por su esposa, Ana Botella, el político del conservador Partido Popular llegó a Los Pinos cinco minutos después de las ocho de la noche. De impecable traje oscuro, contrastó con el atuendo informal con que los recibió el presidente Fox, quien unos minutos antes había regresado de una gira por el estado de Yucatán.
El mandatario mexicano (pantalón gris, camisa azul y chamarra negra) salió a las puertas del edificio Miguel Alemán a recibir a Aznar en compañía de Marta Sahagún, del secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, y del vocero presidencial, Rodolfo Elizondo.
De ahí pasaron al despacho presidencial, donde conversaron por espacio de 40 minutos. Fox detuvo por un momento al visitante para mostrarle la sala de juntas del gabinete mexicano y, enseguida, pasaron a la sala blanca, donde el Presidente y su esposa, Marta Sahagún, ofrecieron una cena a Aznar y Ana Botella.
Poco después de las 22:30, el visitante y su esposa salieron de Los Pinos y se dirigieron al hotel donde se hospedaron anoche. Hoy por la mañana emprenderán el viaje a Texas, donde el jefe del gobierno de España se reunirá con el mandatario estadunidenses, George W. Bush.
El encuentro "estimula la búsqueda de consensos"
En su comunicado, la Presidencia de la República indicó que "tal y como sucede actualmente con las relaciones entre México y España, ambos presidentes dialogaron en un clima de gran cordialidad y al abordar los asuntos de mayor relevancia en la agenda bilateral, regional y mundial, confirmaron el óptimo nivel que guardan las relaciones entre ambos países".
Tras precisar que intercambiaron "puntos de vista" sobre la situación en Irak, la información de Los Pinos sostiene: "En el marco de los diversos mecanismos de consulta que los convocan, México y España han suscrito distintos instrumentos bilaterales y multilaterales orientados a intensificar su diálogo político, particularmente ante los temas más relevantes de la agenda internacional. En ese sentido, este encuentro ha permitido profundizar a ambas naciones en el análisis de los asuntos de la mayor importancia en la actualidad".
Termina por advertir que al final de su conversación, Fox Quesada y Aznar "consideraron que este tipo de encuentros, ante temas de tanta relevancia, son muestra de la fructífera comunicación que los dos países han establecido, al tiempo que estimula la búsqueda de consensos multilaterales para enfrentar los desafíos más importantes del orden internacional".
Conocidas las distintas posiciones que Fox y Aznar han mantenido en el caso Irak, en el seno del Consejo de Seguridad, las fuentes consultadas del gobierno mexicano confiaron que "no hubo acercamiento" y que ambos mandatarios mantuvieron sus puntos de vista: "distantes". Y así terminó el encuentro.
Desangelada recepción
El jefe del gobierno español, José María Aznar, llegó ayer a la ciudad de México acompañado por su esposa y una comitiva de 15 personas. Su arribo al aeropuerto internacional se registró alrededor de las 17:25 horas, a bordo del avión de la Fuerza Aérea Española T17-2.
El político español y su esposa, Ana Botella, fueron recibidos en el Hangar Presidencial por Mireya Terán, directora general de Protocolo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE); Jaime García Amaral, director general para Europa de la cancillería, y María Cristina Barrios, la nueva embajadora de España en México.
La recepción consistió en un rápido saludo para, acto seguido, trasladarlo al hotel de Paseo de la Reforma donde se hospedará en su corta visita de menos de un día a México.
Aunque se esperaba que en la terminal aérea se realizaran manifestaciones de repudio por su presencia, éstas no se dieron debido a que no había certeza sobre la hora de llegada del gobernante español.
CAROLINA GOMEZ MENA
''Denigrante y oprobiosa, su actitud injerencista'', dice
Aznar, ''mandadero del imperialismo'' , sostiene el gobernador José Murat
El gobernador de Oaxaca, José Murat, cuestionó ayer la ''denigrante y oprobiosa actitud injerencista'' del presidente del gobierno español, José María Aznar, quien de jefe de Estado se redujo a ''un simple mandadero del imperialismo'' para tratar de influir en la posición de México ante el escenario de una guerra en el Oriente Medio.
En su calidad de presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales del PRI, Murat alertó sobre la ''extrema gravedad'' que refleja ''la sola insinuación, ya no digamos la realidad, como todo parece indicar, de que algún poder externo o mandatario oficioso de cualquier metrópoli pudiera ejercer presión en cualquier tema de exclusiva competencia de los mexicanos''.
Al referirse al viaje que Aznar realizó a México para entrevistarse con el presidente Vicente Fox, el gobernador oaxaqueño dijo que el mandatario español es bienvenido como persona, y aun como presidente del Consejo de Ministros, ''pero es non grato como enviado, en funciones de tercería, de un imperio que pretende instaurar un nuevo orden internacional sobre frágiles bases de unilateralismo, exclusión y fiel de la balanza de los conflictos mundiales''.
El ''franquismo y la ultraderecha'' que representa Aznar, dijo, no tienen por qué suplantar nuestra sólida doctrina internacional y ser línea de Estado de nuestra posición frente a un conflicto avivado artificialmente para alimentar la economía de guerra de algunos países industrializados, consideró.
Papel ''deplorable''
Murat no sólo deploró el estatus de ''mandadero'' del presidente español, sino también calificó de desafortunado que hoy, con cualquier pretexto, suenen los tambores de guerra y haya quienes, sin respeto a las normas del derecho internacional, otorguen a sus promotores cartas de impunidad.
Afirmó que México tiene sus propios preceptos constitucionales y su propia doctrina para definir su posición ante cualquier controversia internacional, y que cualquier otra referencia ''carece de validez jurídica y sustento histórico, así como sería violatorio de la soberanía nacional y vejatorio de nuestra condición como mexicanos''.
Mantas y consignas frente a la embajada de España
Manifestación de repudio al visitante por su apoyo a la política de Bush
GEORGINA SALDIERNA
Para rechazar la posición que ha adoptado el jefe del gobierno español, José María Aznar, a favor de la guerra, y cualquier intento de presionar a México para que adopte una postura similar, integrantes de organizaciones sociales realizaron ayer una manifestación frente a la embajada de España.
Pertenecientes al Frente Zapatista de Liberación Nacional y a otras agrupaciones que se sumaron al movimiento No a la guerra en nuestro nombre, los manifestantes resaltaron que México es un país soberano e independiente que no acepta presiones de ningún tipo.
Mediante consignas y carteles criticaron a Aznar, lo declararon persona no grata en el país e incluso pidieron que se le aplicara el artículo 33 de la Ley de Población, precepto que ha utilizado el gobierno para expulsar a españoles presuntamente vinculados con la organización vasca ETA.
De esta manera, se escuchó: ''Bush y Aznar, ya dejen de rebuznar'' y ''Franco, Aznar, el mismo muladar'', mientras se podía leer en mantas y pancartas, ''Aznar no seas animal... no a Guernica''.
Las consignas se entreveraron con otras que demandaban la paz. ''De Chiapas a Bagdad, queremos la paz'', gritaron los manifestantes, quienes permanecieron frente a la sede diplomática sin que se registrara ningún incidente, pese a la molestia y el evidente nerviosismo del personal de seguridad de la legación española.
Si bien el plantón no reunió a más de 50 activistas, el despliegue de mantas y cartelones, así como la presencia de un gran número de fotógrafos, camarógrafos y reporteros provocó un bloqueo parcial del tránsito en las calles de Galileo, en la colonia Polanco.
De manera simultánea, varias mujeres se dedicaron a distribuir volantes en contra de la guerra entre los automovilistas que circulaban lentamente por la zona, quienes en su mayoría mostraron su apoyo al plantón.
La manifestación se prolongó por hora y media, sin que se interrumpieran las actividades de la embajada.
Luego de entregar una carta signada por decenas de personas, en la que manifiestan su rechazo a la guerra contra Irak y se pronuncian en favor de la paz, los manifestantes se retiraron del lugar.
Por la tarde, los manifestantes pacifistas tuvieron una reunión de evaluación y de planeación de sus próximas actividades, en donde acordaron efectuar una caravana en escuelas y sindicatos para fomentar la cultura en contra de la guerra, un mitin frente a la embajada de Estados Unidos el primero de marzo por la tarde y un foro sobre el tema el 8 del mismo mes.