Los manifestantes se solidarizan con la lucha en Bolivia y chavistas en Venezuela
Tensión y caos vial en una marcha de desocupados en la capital argentina
Se divide el movimiento piquetero debido a diferencias en las modalidades de lucha
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 19 de febrero. Columnas de piqueteros (desocupados) fueron interceptadas hoy por la policía con tanquetas hidrantes, a pesar de que la marcha transcurría pacíficamente, lo que provocó tensión durante varias horas y caos vehícular en pleno centro de la capital argentina.
La actitud policial fue entendida por varios analistas como una provocación gubernamental, cuando la movilización se dirigía hacia el Ministerio de Desarrollo Social para pedir más subsidios contra el desempleo y puestos de trabajo.
La movilización de este día se reprodujo en varias capitales del interior del país con numerosos cortes de calles, convocada por Barrios de Pie, Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados que dirige Raúl Castell, el trotskista Polo Obrero, la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, entre otras organizaciones, que también reclaman el avance de las investigaciones sobre el asesinato -registrado en fotos- de dos jóvenes desempleados a manos de la policía en junio pasado.
Los piqueteros intentaban también llegar a la embajada de Bolivia, ubicada en el centro porteño, para solidarizarse con el estallido popular de la semana pasada en el vecino país, y protestar por las víctimas de la represión gubernamental.
Después de una tensa espera de casi seis horas, las negociaciones lograron que las columnas llegaran al atardecer frente al Ministerio de Desarrollo Social, donde los piqueteros se manifestaron también en favor de los trabajadores bolivianos y del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela.
La posición oficial, o al menos la diseñada por el Ministerio del Interior, de detener la marcha de desocupados, se basó en que algunos piqueteros podían llevar piedras o garrotes.
La víspera, fuertes contingentes de la policía de la provincia de Buenos Aires y la Gendarmería bloquearon el camino a automovilistas para evitar que fueran por las autopistas tomadas temporalmente por otra marcha de desempleados.
La protesta piquetera se mantiene desde hace semanas, pero ahora existe fuerte división por las diversas modalidades de lucha y por la decisión de los dirigentes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Federación Tierra y Viviendas, encabezados por Carlos Alderete y Luis D'Elía, de suspender temporalmente sus movilizaciones, después de una reunión con el presidente Eduardo Duhalde en la que éste se comprometió a aumentar en cifras muy grandes las nuevas ayudas para los desempleados. Por ello, las movilizaciones de estos días son convocadas por las organizaciones más radicales.
En tanto, hay cierto cansancio en aquellos que deben transitar por esas rutas bloqueadas, muchos de ellos trabajadores, que no reciben precisamente la comprensión de sus patrones si llegan tarde. El movimiento piquetero logró fuerte solidaridad en tiempos recientes, especialmente después de los hechos del 20 de diciembre de 2001,y tras el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en junio pasado.
De su lado, sectores de ultraderecha, por medio de los varios medios en manos de los allegados al ex presidente Carlos Menem y su entorno neoliberal, están en propaganda abierta contra el movimiento de desocupados. Esto se suma a informes de grupos de inteligencia de la derecha, que mencionan a los piqueteros como el "germen de los guerrilleros del futuro en Argentina", en momentos en que miembros de organizaciones sociales sufren persecución y amenazas.
Por otro lado, el tema del aumento a las tarifas de servicios públicos ha creado agitación, cuando está en el país un equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI) que avala los pedidos de las empresas privadas que controlan electricidad, agua, gas y otros. Sobre todo luego que un juez dio vía libre a los aumentos, que aunque son menores a los "ordenados" por el organismos financiero, agravarían una situación ya de por sí terrible, que se refleja, por ejemplo, en las cifras oficiales de niños y madres desnutridos en la provincia de Tucumán: 17 mil personas.
En este contexto, dos fiscales federales, Eduardo Freiler y Federico Delgado, reclamaron que se investigue si el gobierno incurrió en delito al firmar el reciente acuerdo con el FMI, cuando asuntos como la concertación de préstamos y el arreglo de deudas son facultades del Congreso.
A su vez, el centro cultural Discépolo denunció que el FMI envió a Argentina un técnico involucrado en corrupción para combatir la evasión fiscal. Se trata del funcionario peruano detenido aquí por solictud de Interpol, un ex ministro de Alberto Fujimori, el economista Jorge Baca Campodónico. "Habilitaba normas que facilitaron la fuga de capitales, coincidiendo con la política cambiaria del FMI (...) estaría aquí asesorando para destruir la banca oficial, que es otro propósito del FMI", dice la denuncia.