Las trasnacionales del ramo, "paladines de la muerte precoz", afirma Guido Belsasso

México aprobará el convenio marco internacional contra el tabaquismo

KYRA NUÑEZ CORRESPONSAL

Ginebra, 18 de febrero. El proyecto de convenio marco para el control del tabaco quedará listo el 28 de febrero y será presentado ante la Asamblea Mundial de la Salud en mayo próximo, para la firma de los gobiernos. Este será, sin duda, el legado de la directora general de la Organización Mundial de la Salud, Gro Harlem, al sector de la salud pública.

"México aprobará el texto final negociado por Brasil porque ya no quedan por hacer sino muy pocas observaciones al documento", afirmó Guido Belsasso, comisionado nacional contra las adicciones de la Secretaría de Salud (Ssa).

Afirmó, sin embargo, que el hecho histórico de la adopción del convenio será apenas "el principio, no el fin, de un proceso singular: poner alto a los grandes intereses comerciales que lucran a costa de la vida de millones de personas, muchas de ellas en la infancia".

El tabaquismo es la primera causa prevenible de muerte en el mundo. A las 12:30 horas, cuando Belsasso concluyó su encuentro con La Jornada, el reloj de la muerte por tabaquismo -instalado a la entrada de la sala de reuniones- marcó 13 millones 334 mil 896 personas en el mundo, contadas desde que en octubre de 1998 la organización lanzó el proceso de lucha antitabaquismo como una iniciativa especial propuesta por el entonces director adjunto y actual secretario de Salud de México, Julio Frenk Mora.

De hecho, cada seis segundos muere una persona en el mundo víctima del tabaco y de padecimientos conexos, o sea, un promedio de 4.9 millones anuales. La OMS estima que para 2030 habrán muertopor su causa 10 millones de seres humanos, de los cuales 70 por ciento se encuentra en países en vías de desarrollo, afirmó el comisionado nacional contra las adicciones.

Y, sin embargo, el tabaquismo es la única enfermedad con defensores poderosos que se oponen a las medidas de salud pública que se proponen para prevenirla, contenerla y controlarla. Esos defensores son las empresas tabacaleras trasnacionales y ciertos gobiernos que, con el pretexto de respetar el derecho al trabajo y la defensa de su economía, son "paladines de la muerte precoz", según Belsasso.

La última sesión de negociación, que se inicio ayer en Ginebra, fue clasificada por el comisionado de "jornada histórica", a pesar de las controversias que existen entre los participantes. Por ejemplo, el Grupo de los 77 y los países caribeños insisten en una mejor definición sobre el compromiso de financiamiento al desarrollo para las naciones que serán afectadas en la producción tabacalera que refuerza sus economías.

Al respecto, Belsasso describe su postura: el convenio, tal como está en su última revisión, reconoce que el tabaquismo es un problema de salud mundial, adictivo y que ocasiona muertes, y que como epidemia crece gracias a la promoción al consumo que en forma intensa realizan las empresas tabacaleras transnacionales, y en ello están de acuerdo 191 delegaciones gubernamentales. Este no es un convenio marco coercitivo ni tampoco compulsivo, lo que lo haría que pudiera ser rechazado por su rigidez, mientras que siendo tal como se ve una estrategia incluyente, promoverá la aceptación generalizada de los parlamentarios.

Un reto a resolver son las fuertes presiones de las empresas trasnacionales que dominan el mercado del tabaco. Es el caso de México, donde ahora ya no son empresas nacionales, sino subsidiarias de compañías como la British Tobacoo y la Phillips Morris.

El comisionado habló sobre los grandes avances que se han producido en México desde el inicio del proceso de negociación por un convenio marco, ya que "aun cuando éste no ha sido finalizado, ya estamos en el camino del cambio". Destacó tres hechos: la prioridad dada al control del tabaquismo, las propuestas económicas instituidas para elevar los impuestos tendientes a desestimular al consumidor ("precios bajos para las clases populares sólo sirven paraa aumentar la dependencia y, en consecuencia, las enfermedades", según Belsasso) y, en tercer lugar, el control de la publicidad en los medios de información masivos y en los llamados espectaculares.

Como problema de salud también se ofrecen remedios: 150 clínicas accesibles (contra apenas 32 en 1999) y medicamentos de apoyo, libres para los derechohabientes. "El gasto anual en el cuidado de salud para los adictos al tabaco supera los 29 mil millones de pesos, equivalentes a .5 por ciento del PIB, que si pudiera ser destinado al sector contribuiría notablemente a la mejoría de muchos problemas como la desnutrición crónica y otras enfermedades de la pobreza", aseguró el comisionado.