Según testimonios, el tricolor simuló un sorteo para obtener $125 millones
De origen incierto, 30% de los gastos de campaña de Labastida; el PRI manejó doble contabilidad
Atestiguan que el sindicato petrolero otorgó por lo menos $500 millones a priístas
ALONSO URRUTIA
Del expediente del denominado Pemexgate que obra en poder del Instituto Federal Electoral y de las diversas declaraciones de personas involucradas en triangulaciones financieras se desprende que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) manejó una doble contabilidad y que aproximadamente 30 por ciento del total de gastos de la campaña presidencial del tricolor provino de recursos "en efectivo de los cuales se desconocía su origen".
La declaración ministerial de Alonso Veraza López -identificado como testigo protegido bajo el nombre clave de Nacho- quien fuera el coordinador administrativo de la Secretaría de Elecciones del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y por tanto responsable de elaborar el presupuesto de la campaña refiere: "desconozco en esa etapa -los primeros meses de 2000- cuál era el origen de los recursos, pero supongo que el origen de ellos no era derivado de las asignaciones del Instituto Federal Electoral o del autofinanciamiento del propio partido político".
Veraza -quien posteriormente participó en el informe sobre gastos de campaña que el PRI presentó al IFE- refiere que desde un principio el subsecretario de Finanzas del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Alonso Bretón, le instruyó para que dividiera el presupuesto de campaña en dos vertientes: recursos fiscales y los que se denominaron no presupuestales. Esta última partida era otorgada en efectivo y se remitía a los estados para cubrir los gastos de las elecciones mediante los coordinadores locales.
Según su declaración, Veraza fue incluido por Bretón como parte del grupo de personas que podrían hacer retiros en efectivo "sin decirme de dónde provenían los recursos". Hacia el mes de mayo fue llamado por Bretón con urgencia para firmar los documentos de retiro de recursos, pero "el documento que firmé no tenía nombre del propietario de la cuenta, por lo que no conocí en ese momento el origen de los recursos que iban a ser retirados".
El retiro se realizó en instalaciones de Cometra
Declara que el asistente de Bretón, Elpidio López, le presentó a Andrés Heredia, quien lo acompañaría y dirigiría durante todo el proceso de retiro. La versión de Veraza de los recorridos en camioneta para ir a un local de Cometra dan cuenta de que asistió para hacer un retiro de 45 millones de pesos.
"En el interior de la empresa Cometra, y en una ventanilla que tenía vidrios blindados, me dieron a firmar un documento que tenía anotada la cifra de 45 millones de pesos, que a pesar de que intentaron taparlo para que no viera el nombre del emisor, alcance a leer que se trataba de una sección del Sindicato Nacional de Trabajadores de Petróleos Mexicanos".
Más adelante, Veraza señala que "en días subsecuentes fui convocado en varias ocasiones para que se me entregaran recursos que serían distribuidos a muchas entidades mediante los coordinadores de elecciones, para cubrir los gastos de la jornada electoral, sin saber si los recursos que me estaban entregando eran parte del retiro de dinero que yo hice".
Posteriormente, Nacho indica que Bretón le entregó 15 millones de pesos para que se distribuyeran a los coordinadores de elecciones y le solicitó que fueran depositados en una cuenta bancaria a nombre del PRI.
"Desconozco si el origen de los recursos es el mismo del retiro que yo hice. En diversas ocasiones me entregaron recursos adicionales por aproximadamente 4 millones de pesos para que yo personalmente realizara depósitos en la misma cuenta que mencione anteriormente y los cuáles se llevaron a cabo en Bancomer, que era una cuenta aperturada para un sorteo que organizó el PRI."
Según las declaraciones de Melitón Antonio Cázares, quien laboró también bajo las órdenes de Bretón en el denominado Sorteo Millonario (en el que supuestamente se iban a vender 25 mil boletos de 5 mil pesos cada uno) se pretendía obtener 125 millones de pesos, pero dicha rifa no se realizó.
"Lo que pasó es que Alonso Veraza y Teódulo González contactaron con gente de los estados, a quienes les entregaban dinero en efectivo para que en sus entidades apareciera el dinero de la supuesta venta de boletos de la lotería y así se simulara que en todo el país se habían vendido los boletos, pero estos nunca se pusieron a la venta y lo que pasó es que se consiguieron varias gentes de confianza -yo conseguí a mi esposa- y que estas personas fueran quienes supuestamente se llevaron los premios que eran Bonos del Ahorro Nacional, siendo que los ganadores supuestamente de los premios regresaban el premio al PRI", recuperándose el 97 por ciento de ellos.
Tal versión es corroborada por Veraza, aunque señala que no fue su responsabilidad el concretar el reintegro de los supuestos premios. Asimismo señala que casi todos los coordinadores de elecciones comprobaron los depósitos.
Entre otros testimonios expresados en declaraciones ministeriales que incluye el expediente, se encuentra el de Tomás Francisco Cruz, quien fue asignado a la seguridad del candidato Francisco Labastida Ochoa y quien laboraba bajo las órdenes del teniente coronel Salvador Cervantes Loza.
Cruz asegura que en ocasiones recibía órdenes del teniente coronel "de preparar escolta para brindar seguridad para traslado de valores, que deberían ser recogidos en la caja general La Viga, de Banorte".
Yo designaba -señala Cruz- a personal de apoyo, entre estos al capitán Jorge Arturo Bueno Sauceda y al teniente Alfredo Reyes Andrade, los cuales iban de apoyo y protección "para Joel Hortiales y otra persona de apellido Heredia", quienes fueron parte de las personas que recibieron el efectivo que en conjunto sumó cerca de 500 millones de pesos y que era extraído de un cheque emitido desde la cuenta bancaria número 213575-2.
Tanto en sus declaraciones como en las de Reyes Andrade y Bueno Sauceda se afirma que participaron en la seguridad del traslado de dinero de la caja general de Banorte -efectivo proveniente del sindicato petrolero- a la sede del CEN del PRI. Reconocen que para tal efecto se utilizó la camioneta Jeep Grand Cherokee negra blindada, propiedad de Francisco Labastida.