Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 15 de febrero de 2003
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Cultura

El objetivo es preservar, ordenar y difundir el acervo documental de esa pareja

Invitan a instituir Cántico, AC, espacio cultural en memoria de Othón Lara y Blanca Klahr

El 26 de enero de 2003, a sus 83 años, la muerte sorprendió a Othón Lara Barba, tras librar una ardua batalla contra el cáncer, dejando en la orfandad al trío de Jenófanes, a la parvada de pajarillos grises y a su valioso legado cultural.

Ante ello ha surgido la iniciativa de instituir el espacio poético y humanístico Cántico, AC, en memoria de Othón Lara Barba y Blanca Klahr, cuyo objetivo es preservar, ordenar y difundir el acervo iconográfico y bibliográfico que el matrimonio reunió durante su vida, en beneficio de la comunidad local y nacional.

Ultimos encargos

La Navidad de 2002 estuve con el maestro Othón Lara Barba en su pequeña casa de Pátzcuaro, donde vivió sus últimos 10 años, con su judía primero y luego en compañía de Jenófanes, al que con el tiempo se le sumaron un imponente perro negro, una dócil hembra del mismo color y una parvada de pajarillos grises que por las mañanas bajaban de la higuera y de la nochebuena convertida en árbol del jardín para exigir a trinos su desayuno de migajas.

El aseguraba que el trío de canes, de origen callejero, se había "humanizado" al vivir en casa, y al ver su comportamiento tenía uno que aceptar que así era: el viejo Jenófanes contestaba con ladridos y aullidos de diferentes tonos a las reprimendas de su amo; La Negra escuchaba, unas veces atenta y otras conmovida, las disertaciones sobre filosofía, historia del arte o poesía, y el imponente macho negro -"štiene algo de lobo!", aseguraba su dueño-, diríase que por compromiso accedía a comerse los pedazos de pan que éste le arrojaba, cuando lo que quería era un buen trozo de carne. Y los tres terminaron por acostumbrarse a dormir en la cama que su protector les tendía todas las noches sobre el piso.

Aunque el maestro tenía más ganas de vivir que muchos jóvenes -por eso no comía carne, sal ni grasa-, ese 24 de diciembre cumplió el ritual de hacer sus "últimos encargos" a uno de sus 13 hijos que lo visitaba: "ya me voy a morir; acuérdate de que ésos son los libros de tu madre -se distinguen por su ex libris-, y aquéllos son los míos..." Y pasamos de nuevo revista a sus tesoros:

-šMira! -señala una foto en tono sepia de la orquesta de Julián Carrillo-; yo era el timbalero... Entonces tenía 12 años...

Allí, junto al creador del sonido 13, están tío Miguel y papá Othón -su tío compositor y su abuelo violonchelista.

Rescate de incunables

En la pared de al lado está en su marco el acta de defunción del tatarabuelo Miguel Lara Basaldúa, "un cura castellano que dejó tres hijos". Y enfrente nos mira "la mujer que más amé en la vida: mi abuela, Isabel Lara Barba"; a un costado sonríe levemente mamá Lola, su madre, de jovencita, y luego mujer madura.

Ocupa un lugar especial en esa galería la imagen de la bella judía -a los 20 años, en Chapultepec- que fue su musa en cientos de poemas, algunos publicados, la mayoría inéditos: Blanca Klahr. Fue con ella con quien formó tal prole, la cual en el funeral armó un barullo más de fiesta que de dolor.

Al pasar frente a la foto de un joven Carlos Pellicer, recuerda que cuando él trabajó en la Biblioteca Nacional montó 18 exposiciones sobre la obra del poeta tabasqueño, quien fue su maestro en la Escuela Nacional Preparatoria.

Con orgullo de especialista, dirige el índice hacia uno de los 40 dibujos del Renacimiento que descubrió en los años 60 junto con varios libros clasificados como incunables, que permanecían olvidados en las bodegas de la Biblioteca Nacional. Luego señala otro de sus tro-feos: el reconocimiento que recibió por su participación en las jornadas internacionales de poesía efectuadas en Villahermosa, Tabasco, en homenaje a Carlos Pellicer. Y tras posar la mirada con devoción en la efigie de Santa Teresa, se detiene a contemplar una foto en la que aparece José Clemente Orozco, ''uno de los muralistas más geniales de México, un coloso que pasará a la historia universal por la forma en que captó la sicología potente de nuestros héroes".

Para instituir el espacio poético y humanístico Cántico, AC, en memoria de Othón Lara Barba y Blanca Klahr, se reciben adhesiones en el teléfono 56 08 54 91 y en el e-mail oklahr yahoo.com.mx

OTHON LARA KLAHR

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