El filme del director chino Wong Kar-Wai se
estrena hoy en nuestro país
Deseando amar, una nueva forma de contar historias
de amor
Pese a ser una cinta romántica, la pareja
protagonista nunca declara sus sentimientos
La filmación duró dos años
debido a que se interpuso una crisis económica en Asia
LEONARDO GARCIA TSAO
Con motivo del estreno en México de la cinta Deseando
amar, del director Wong Kar-Wai, se presenta esta entrevista que se
le realizó al cineasta durante el festival de Cannes 2000, donde
la película se presentó el último día de la
competencia, dado que había sido terminada apenas una semana antes
a su proyección. Unas horas después se anunciaría
que la película había ganado el Gran Premio Técnico
y el premio al mejor actor, Tony Leung.
-Deseando amar se ha presentado aquí en
Cannes con una banda sonora provisional...
-Es que la acabamos de filmar apenas hace unas semanas.
Y los subtítulos los terminamos en París un día antes
de su estreno.
-¿Va a efectuar algún cambio en la edición?
-No, creo que este es el corte final. Pero quiero trabajar
más los colores y el sonido de la película. Estaba planeada
para proyectarse con sonido Dolby, pero ahora que se ha exhibido en mono
la gente me dice que está bien así. Debo reconsiderarlo.
Esta es la versión de 1962, antes de la invención del estéreo.
-¿Por
qué escogió las canciones de Nat King Cole cantando en español?
-Esas canciones fueron muy populares en Hong Kong. En
esa época todos los músicos eran de Filipinas y tenían
una fuerte influencia de la música latina. Así que importaban
esa música latinoamericana para tocarla en los salones de baile
y restaurantes. Para mí es una música cotidiana que, de alguna
forma, evoca el espíritu de esa época.
-La letra de las canciones está en sintonía
con los sentimientos de la película...
-Normalmente ese tipo de canciones trata sobre el amor,
los celos, el odio...
-Particularmente me gusta el remate con Quizás,
quizás, quizás.
-Sí, quería usar otra canción pero
era tal vez demasiado explícita, Perfidia. Estoy de acuerdo,
Quizás... funciona bien.
-Deseando amar continúa con el tema de la
imposibilidad del amor que caracteriza a su obra. Pero es quizá
la más emotiva de sus películas. ¿Está de acuerdo?
-Para mí, representa un nuevo punto de arranque.
Mis películas previas eran sobre gente soltera. Esta vez, el tema
es el matrimonio. La vida en pareja puede ser un asunto muy aburrido pero,
de alguna manera, encontré muy intrigante el trabajo de Deseando
amar. Porque la pasión o los celos son más intensos en
una relación como la que describo.
-Sí, porque ambos personajes se sienten traicionados.
-Me interesa saber la perspectiva de alguien como usted,
que viene de México. En mi opinión, las culturas latinas
se parecen mucho a la china en lo que respecta a la familia, el amor, los
celos... y la mujer, en especial. He leído muchas novelas latinoamericanas
y pienso que podría adaptarlas sin problema a un contexto chino.
-Es cierto. Por ejemplo leí que su anterior cinta
Days of being wild, que es el antecedente directo de Deseando
amar, fue inspirada por la lectura de Boquitas pintadas, de
Manuel Puig.
-Así es.
-Su visión es pesimista. En su obra todos los personajes
suelen terminar solos.
-No creo que sea pesimista. Yo me considero un director
muy optimista. Creo que los sinsabores del amor son una parte de la vida.
Hay remordimientos, pero la vida continúa.
-En Deseando amar, los enamorados nunca se tocan
siquiera. Sólo son miradas y gestos.
-Los personajes nunca se declaran su amor. Es un coqueteo,
nada más.
-Ha dicho que es un nuevo punto de arranque. El estilo
es muy diferente, es más clásico. La cámara casi no
se mueve y permanece en interiores.
-Sí, pienso que la historia lo requería.
El trabajo de cámara debía ser muy sutil, esconderse detrás
de algo. Quería que el público se sintiera como vecino de
los personajes, que los espiara de algún modo.
-Hay además una sensación de encierro, los
personajes siempre están atrapados o incluso separados por paredes.
-Están forzados por su entorno a estar juntos.
-Fue una filmación muy larga.
-Dos años de rodaje. Ha sido la más difícil
de mi carrera, a la fecha, porque durante la producción sufrimos
las crisis económicas de Asia, por lo que nos vimos obligados a
suspender la filmación. Tuvimos que buscar otros inversionistas.
Y hacer una película sobre los años 60 en Hong Kong es casi
imposible, porque la ciudad ha cambiado tanto. Fue necesario encontrar
locaciones en Bangkok; 60 por ciento de la película se hizo allá.
''Además nos enamoramos de esta película
y podríamos haber pasado una eternidad haciéndola. Pero la
queríamos presentar en Cannes este año y eso proporcionó
una fecha límite. De otra forma, la seguiríamos filmando."
-¿Cuánto material descartó?
-El primer corte duraba más de dos horas. Y ahora
le quité casi 45 minutos.
-¿Hay algo que lamenta haber quitado?
-Cortamos la única escena de amor, de hecho. La
historia original abarcaba de 1962 a 1972, pero al final pensé que
debíamos concluir en 1966. Los 70 fueron totalmente diferentes en
Hong Kong y no teníamos tiempo ni recursos para hacerlo. Aunque
sí filmamos algunas escenas de los años 70.
-Me imagino que el trabajo con los actores fue muy intenso,
pues suspender el rodaje y retomarlo no es lo común.
-Sí, fue complicado, además porque Maggie
(Cheung) vive en Francia y había que hacerla viajar. La ventaja
es que he trabajado con ambos desde hace tiempo y nos conocemos bien. Ahora
el reto fue más grande, porque debían interpretar los dos
lados de la relación, pues también reflejan lo que sucede
con sus respectivas parejas. Se confundían, porque a veces no les
daba instrucciones precisas sobre si interpretaba al marido o a sí
mismo. De otra manera, no sería interesante. En el caso de Maggie
sí hay un lado oscuro; quizá sí podría ser
la amante. No es sólo fingir sino una excusa para liberar las posibilidades
de su carácter.
-Tony Leung se muestra más contenido, su personaje
es reactivo a lo que ella hace.
-Le dije a Tony que era un personaje muy reflexivo, que
siempre trata de resolver su identidad en ese proceso. ¿Es una venganza?
Pues a veces odia a esa mujer y la quiere atrapar para vengarse del marido.
O a veces está tan confundido por el amor a su esposa, o porque
realmente se siente atraído por la otra mujer.
-¿Por qué decidió no mostrar nunca
a los adúlteros?
-Porque creo que Maggie y Tony interpretan sus papeles
y no era necesario mostrarlos. Además, eso cambiaría el enfoque
a otra historia que sí es sobre un amasiato y entraríamos
a un terreno moral, que no me parece interesante. No podemos decir qué
es lo correcto o lo incorrecto. Las cosas suceden. Y lo que nos interesa
es saber cómo suceden.
-¿Por qué la inclusión de la toma
documental sobre De Gaulle?
-Al final de la cinta pensé que deberíamos
tener una escena que aportara otro ángulo y un lugar de connotación
espiritual que nos permitiera ver el asunto con distancia. Era como decir:
esto es sólo uno de los incidentes de la vida. Así que busqué
unos templos en Bangkok y uno de los productores ejecutivos dijo: "¿Por
qué no lo hacemos en Angkor Wat, en Camboya?" Me pareció
muy bien, pero debíamos encontrar una justificación para
situar a nuestro personaje. Buscamos en muchos noticiarios y lo único
que encontramos de esa época fue la visita de De Gaulle a Camboya...
y él, como periodista, estaría ahí para cubrirla.
Pero no lo quise hacer muy explícito. Además, me atrajo del
documental que al final la cámara nos muestra una serie de rostros,
como si fuera el punto de vista de Tony; a lo largo de los años
se ha cruzado con muchos rostros, pero no significan nada para él.
-Además rompe con el tono y el estilo de la película...
-Es como si se despertara de un sueño y se volviera
a la realidad.
-¿Tiene algún significado especial el templo
del final?
-Angkor Wat está decorado por esos bajorrelieves
que son como un museo del amor, los celos, la pasión del ser humano...
Se acomodaba muy bien el lugar al tema de la película.
-De algún modo significa que su amor es eterno...
-Pero también son los restos, las ruinas de miles
de historias de amor similares.