La Barranca afirma que el bajo costo de su cidí es una manera de existir desde la independencia
Denzura intenta dar la idea de que el rock lo inventaron los aztecas
Incluye material de los nuevos integrantes de la banda Se presentará el primero de marzo
JUAN JOSE OLIVARES
Denzura es el nombre del nuevo disco de la ecléctica banda mexicana La Barranca, en el cual incluye la aportación de los nuevos integrantes: los hermanos José María y Alonso Arreola y Alejandro Otaola, que unieron su sonido "sabor a son, Pink Floyd y mariachi cósmico" al experimentador José Manuel Aguilera. El material, que circula en tiendas Sanborns a 79 pesos, será presentado con todo y músicos invitados el primero de marzo en el Hard Rock Live.
"Todas las rolas de Denzura tienen que ver con esa idea de educación sentimental que tenemos los mexicanos, la cual está hecha de boleros y canciones rancheras; es una convivencia muy extraña, esquizofrénica. El disco tiene sonido y forma de rock, pero el alma es más de bolero, eso es lo que coexiste en él: un sonido rocanrolero, pero con un centro emocional surgido del bolero", argumenta José Manuel Aguilera, partícipe también de proyectos como Nine Rain y Jaguares.
Dicen que "una barranca es un capricho de la tierra, una herida de la montaña", y esa es la idea de esta agrupación: "Mostrar nuevos trayectos a quienes buscan despeñarse desde un borde diferente".
Alonso afirma: "Denzura, el primer sencillo, es la canción más pesada en cuestión de ruido, pero casi puedes escuchar en ella décimas veracruzanas. Incluso en la lírica, no sólo en la melodía. Al mismo tiempo tiene elementos de blues".
Interviene Aguilera: "Hemos caído en el esquema de que hacemos una canción de rock, y de tajo le queremos meter una parte latina, como si eso fuera fusión. Lo que La Barranca quiso hacer es algo tan mezclado que fuera difícil distinguir los elementos, pero en el fondo aspira a dar la idea de que el rock lo hubieran inventado los aztecas".
Aunque no lo hayan inventado los aztecas, Denzura (que se une a los discos El fuego de la noche, Tempestad y Rueda de los tiempos) contiene 12 bien escogidas piezas, se puede decir de rock, que fueron aderezadas con percusiones, trompetas, pianos y cuerdas, además de la voz de apoyo de Cecilia Toussaint... y el respaldo de músicos como Alfonso André, Federico Fong y muchos otros.
"La denzura a la que nos referimos no es la de la música. No nos autocalificamos. El disco tiene la intención de penetrar en el misterio de las cosas. Hay piezas que se alejan bastante del rock. Cuando grabábamos el disco yo decía que el rock ya me tenía hasta la madre, pero esa sólo una postura porque finalmente lo que hicimos fue rock", comenta Aguilera en referencia al manejo de definiciones y subgéneros del rock.
Agrega: "Los conceptos y los géneros se han manoseado tanto que hasta da güeva. La Barranca ha tenido un problema: está difícil ponerle una etiqueta. La cuestión era no sólo vernos como músicos de rock, sino tener la chance de vernos como músicos. Hay canciones en las que nos dimos la chance de ser otros, de abandonar nuestro instrumento. Hay piezas en las que o no hay bajo o guitarra, o voz, en las que casi ni tocamos y lo hace un cuarteto de cuerdas. El disco nos permitió vernos como unos güeyes que hacen música con liras, con una computadora o con nada".
Coincidencias musicales, estéticas y de amistad
Alonso Arreola comentó: "Cada uno de los tres nuevos miembros llegamos a la banda de forma diferente, pero con coincidencias musicales, estéticas, de amistad. Tenemos gustos musicales diversos, pero coincidencias importantes, nos damos mucha libertad los unos a los otros. Recuerdo que cuando mi hermano tenía un año con ellos, en nuestro caso era o tocar con La Barranca o no tocar con nadie. En realidad nos interesó el grupo por la propuesta estética, que no responde a corrientes que suenan en este momento, sino a posturas personales. Fue importante el disco que hizo José Manuel (Yendo al cine solo), porque fue cuando nos integramos como grupo, grabamos canciones, empezamos a tocar".
Agregó Alonso: "Es el cuarto disco del grupo, pero a la vez es el primero, y ese estilo se mantiene porque hay elementos de José Manuel que son muy claros. Pero pudimos colaborar con un nuevo aporte rítmico".
-ƑEste tipo de discos tendrá alguna dirección, hacia una audiencia?
Responde José María: "Nos hemos dado cuenta de que sí existe una especie de menosprecio hacia el público, pero éste tiene más capacidad de lo que los medios imaginan. Es una cuestión de murallas y tenemos la responsabilidad, como muchas otras bandas, de encontrar la forma de pasarlas o de aventarle a la gente las canciones. La Barranca trata de hacer cosas chingonas; nuestro interés es tener un discurso natural, que ya había desarrollado José Manuel, y que compartimos. Creemos que nos toca encontrar estrategias para acercarnos a la gente".
Abundó: "Las disqueras podrían tener un negocio más cabrón si supieran explotar a grupos como el nuestro, con algo qué decir. Los que hacemos cosas diferentes, que no mejores, tenemos también cabida y somos un producto comerciable, la cosa es que no hay voluntad de abrir los mercados".
El también periodista Alonso,opinó: "Hay moldes establecidos en las disqueras que es muy fácil mantener; no generan estrategias específicas para determinados grupos, es decir, las disqueras lo que pretenden es tener el mismo esquema de lanzamiento, promoción".
En opinión de Alejandro Otaola -integrante también de Santa Sabina- en La Barranca se trata de "nutrir algo para cuando llegas al laboratorio, plantear nuevas cosas. El disco originalmente lo empezamos en la compu, a partir de demos, agarramos nuestro instrumento. La Barranca es un laboratorio colectivo que tiene como resultado la interacción de todo lo que sucede".
Apropiarse del rock, el deseo
Sin duda, este proyecto surgió de "una visión personal, que persigo desde hace tiempo y que es apropiarse del rock", señala Aguilera. "No es un grupo que haya surgido de la nada. Emergió para apoderarse del vocabulario del rock, para decir cosas. Es la continuación de una tradición."
Este, como otros proyectos independientes, se gesta por la solidaridad de amigos músicos y de otro tipo. Eduardo del Aguila, quien grabó e hizo la mezcla en el estudio Submarino del Aire, asevera que intervino en el proyecto porque todo "empieza por la amistad y luego las ganas de contribuir a un proyecto interesante, que pueda conocer mucha gente".
Sobre lo módico del precio del disco, los barrancos argumentaron: "Buscamos encontrar maneras de existir desde la independencia, desde el empaque del disco, ofrecimos algo personal. No es estrategia contra la piratería, porque ésta también tiene una razón de ser, hay una realidad en este país. Lo que pasa es que brincamos el paso de la distribución"
José Manuel Aguilera (guitarra, voz y órgano), Alejandro Otaola (guitarra, piano y teclados), José María Arreola (batería) y Alonso Arreola (bajo y guitarra acústica), ofrecen además su sitio en Internet (www.labarranca.com.mx) "para tener un contacto más directo con la gente".