Se le presiona para entrar en la dinámica
mercantil, señala a La Jornada el experto del Cesu
La universidad en México, atada a la política,
dice Hugo Casanova
Aunque se hable de desregulación gubernamental,
hay mayor dependencia de la educación superior ante los poderes
estatal y económico, anota el análisis del investigador de
la UNAM
KARINA AVILES
Desde los años ochenta los sistemas de educación
superior de las naciones latinoamericanas, sumidas en graves crisis económicas
y políticas, han recibido "fuerte presión gubernamental"
para introducir reformas que apuntan más hacia una dinámica
del mercado, contención de la matrícula, incremento de los
"mecanismos de control" político y burocrático de las universidades
y nuevas formas de financiamiento basadas en el cobro de cuotas y créditos
estudiantiles, establece el análisis "Políticas y gobierno
de la educación superior en América Latina", del investigador
Hugo Casanova Cardiel.
El estudio, incluido en el libro Nuevas políticas
de educación superior, coordinado por Casanova Cardiel, apunta
que "aunque el discurso hegemónico indica tendencias hacia la desregulación
gubernamental de la educación superior, los hechos han evidenciado
de manera paradójica una mayor dependencia de la educación
superior ante los poderes político y económico".
Intuición y voluntariedad
El libro en mención fue publicado recientemente
en España, bajo el sello de la editorial Netbiblo en colaboración
con la Red de Investigadores sobre la Educación Superior, en la
serie Universidad Contemporánea. El investigador Hugo Casanova Cardiel,
del Centro de Estudios sobre la Universidad (Cesu) de la Universidad Nacional
Autónoma de México y profesor visitante en la Universidad
de Barcelona, expresa a La Jornada que en gran número de
países, incluidos México y España, las decisiones
gubernamentales en los ámbitos de ciencia y de educación
superior "suelen estar más cerca de la intuición y la voluntariedad
políticas, que del saber generado bajo las condiciones propias del
trabajo académico".
Destaca
que en las decisiones sobre el saber y sus instituciones debe partirse
de la lógica del propio saber y "no de las disputas por el poder".
En México, añade, las decisiones sobre la universidad están
marcadas por una idea de naturaleza política y burocrática,
de manera que las definiciones sobre los temas de la educación superior
y de la ciencia "se siguen generando al calor de los acontecimientos políticos
y aun de las crisis institucionales".
En su análisis sobre las políticas y gobierno
de las universidades en América Latina, el investigador expresa
que los conjuntos de educación superior de la región han
"tendido a estar situados en la línea Estado-oligarquía académica
y, desde los ochenta, han recibido fuerte presión gubernamental
para involucrarse en la dinámica del mercado".
Por otro lado, las modalidades de la autoridad burocrática
de los sistemas de educación superior latinoamericanos se han incrementado
y las formas colegiadas de gobierno han sufrido un proceso de refuncionalización,
sólo contenido por la necesidad de legitimación del gobierno
universitario.
En el nivel institucional, destaca, las decisiones se
han desplazado en buena medida a la competencia de cuadros administrativos,
así como de expertos en planeación y evaluación, "quienes
llegan a imponer su racionalidad sobre la propia lógica del trabajo
académico".
En suma, las interpretaciones internacionales acerca de
un incremento de la autoridad burocrática y de la autoridad política
en detrimento de la académica en la conducción de la educación
superior se confirman en el ámbito de la región latinoamericana,
añade.
Casanova Cardiel alude a algunas de las reformas emprendidas
en las dos décadas recientes en los sistemas de nivel superior de
México, Chile, Brasil, Argentina y Colombia, en las que destacan
dos rasgos fundamentales: la implementación de un modelo diversificado
de financiamiento de las universidades públicas -cuotas por los
servicios, créditos estudiantiles, aportes fiscales a las instituciones
con base en el desempeño- y nuevos controles burocráticos
y políticos.
En referencia a México, señala que el sistema
educativo superior, al igual que los de otros países, vivió
a partir de los años 70 un proceso de cambio que implicó
crecimiento y diversificación. Sin embargo, el proceso de crecimiento
"fue contenido" en los 80, cuando las políticas gubernamentales
optaron por fórmulas restrictivas.
Apunta que factores críticos, como el acceso de
los estudiantes, la formación de los académicos y la producción
del conocimiento científico, así como el gobierno académico
y la administración profesional, han sufrido fuertes cambios que
dan forma "a una nueva etapa" en el ámbito de la educación
superior.
Resultados costo/beneficio
Para Casanova es previsible que en materia política,
la educación superior seguirá respondiendo "a las presiones
gubernamentales por generar mejores resultados costo/beneficio en términos
sociales y políticos".
La variable económica, añade, seguirá
desempeñando un papel importante en la definición de las
políticas y el ejercicio del gobierno "y es posible que los sistemas
de educación superior de la región continúen enfrentando
un contexto de limitaciones financieras, así como una profundización
de la brecha internacional en materia tecnológica".
En el tema de las políticas y el gobierno de la
educación superior los procesos de transición política
y de democratización en América Latina y el Caribe demandan
mecanismos eficaces de consenso y legitimación. Hasta ahora, añade,
dichos mecanismos son deficientes y los cambios que han impuesto de manera
vertical han encontrado serias dificultades para su implementación.
Lo que hoy se percibe en los conjuntos de la educación superior
de la región son "las tensiones entre los esquemas políticos
de corte autoritario y los de transición".
Por último, subraya que los esfuerzos para mejorar
el ámbito universitario latinoamericano corresponden en primera
instancia a las propias instituciones y a sus actores. Pero sólo
con la voluntad política y la efectiva participación tanto
de los gobiernos nacionales como de las entidades de coordinación
internacional será posible proyectar hacia el futuro la educación
superior de Latinoamérica.