Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 1 de febrero de 2003
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Espectáculos
La puesta reinició temporada en el teatro Juan Ruiz de Alarcón

1822, el año que fuimos imperio, obra donde lo drámatico se suma a lo histórico

ARTURO CRUZ BARCENAS

El pasado domingo reinició temporada la obra de teatro 1822, el año que fuimos imperio, de la autoría de Flavio González Mello, dirigida por Antonio Castro, luego de una pausa desde mediados de diciembre de 2002. Las que también volvieron al teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario fueron las risas, las carcajadas, la mofa en torno a los personajes de ese año decisivo en la historia de México, cuando el Congreso apenas y se prefiguraba y operaba más bien como un circo.

Pasan por el tamiz irónico del autor los héroes fundadores de la patria: el emperador Agustín de Iturbide, el general Guadalupe Victoria y el intrigante Santa Anna, a los que se agregan Vicente Guerrero, Nicolás Bravo, Valentín Gómez Farías y toda una cohorte de gobernadores lambiscones, diputados oportunistas y políticos conspiradores.

El público imagina las rencarnaciones contemporáneas de estos próceres y sus comparsas. Destaca el rescate de fray Servando Teresa de Mier, encarnado por el talento actoral de Héctor Ortega, personaje corrosivo y estimulante cuya sola aparición revela las carencias de la intelectualidad palaciega y cortesana que conocemos hoy. Las sorprendentes apariciones de fray Servando: como conspirador perseguido, hombre salvaje, orador mordaz o suicida sarcástico, van punteando con irreverencia las sucesivas escenas de una forma nueva y refrescante de abordar la historia desde el teatro.

Roger Bartra ha aclarado que esta obra es muy divertida, pero no es una broma. Se llama la atención en las ideas de independencia, identidad nacional, la cursilería nacionalista y la corrupción política. Son dos actos, el primero de los cuales comienza con la escena del abrazo de Acatempan, en 1821, pasando por un paraje en la selva veracruzana, donde Guadalupe Victoria (Roberto Sosa) se convierte en ermitaño y volverá a la escena política para reinstalar el Congreso, hasta la escena séptima en un jardín de Palacio Nacional, en 1824.

México era una farsa y una comedia: Ortega

Entrevistado al final de la función, Héctor Ortega (fray Servando Teresa de Mier) expresó que 1822... "es vigente, porque trata puntos importantes de la historia de México, donde hay coincidencias muy dolorosas. La crítica formal que se hace al Congreso es válida en muchos aspectos, sobre todo porque quienes habían arribado por primera vez al Congreso no tenían mucha idea de su función".

Para Ortega se trata de una comedia, "donde lo dramático se suma a lo histórico. Es una obra seriamente histórica, porque se analizan las etapas en su esencia. El padre Mier es un personaje lleno de humor, de un sarcasmo e intolerancia sublimes; un escapista extraordinario, pues huyó unas cuatro veces de las cárceles de la Santa Inquisición.

"A mí, el personaje del padre Mier me deja... ¡es un hombre lleno de vida!, de compromisos, con la decencia, con la intolerancia en el mejor sentido; no transige en los asuntos esenciales. Escribió grandes estudios de lingüística e historia. Criticó las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el ayate."

Agregó que es importante que se hagan análisis sobre los hechos del pasado, "pues antes se glorificaba con exceso a los héroes nacionales. Aquí (en la obra) son seres humanos que meten la pata y hacen tonterías, se corrigen y están llenos de vida. Para quienes piensan que la corrupción somos todos, pues vemos que hay gente que no. Hay gente de nuestra historia que no fue corruptible, como Belisario Domínguez. Tenemos baluartes. Patria".

-¿El teatro es útil para la difusión histórica?

-No es ni difundir, ni educar, ni nada de esas cosas. Bertolt Brech dice en su Organón que el teatro es para divertirse. Lo que pasa es que tiene que ser una diversión inteligente. Si no es tal, pues ya no divierte.

-¿El teatro universitario es mejor en relación con el teatro de la cartelera comercial?

-Creo que la cartelera comercial tiene cosas importantes, valores y obras de teatro trascendentes, intimistas. Yo prefiero hacer el teatro político, soy un animal político. Siempre se dice que el teatro está en crisis, pero yo veo que, sin afán de presumir, nosotros estamos casi siempre llenos, desde mayo de 2002.

"Ha venido mucho público estudiantil. Uno de los grandes éxitos de esta obra es que le está gustando a los jóvenes", puntualizó Ortega, quien hace el personaje del Caníbal en la película La hija del caníbal.

1822... es presentada por la Coodinación de Difusión Cultural de la UNAM, por conducto de la Dirección de Teatro y Danza, y el Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio de la Coordinación Nacional de Teatro. Funciones: jueves y viernes, 20 horas; sábados, 19, y domingos, 18 horas.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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