La crisis no se localiza en el sector militar, sino en el petrolero, afirma

No pudo mostrar la oposición venezolana en EU opciones claras para una solución

Se extienden a Park Avenue los enfrentamientos verbales entre chavistas y detractores

DAVID BROOKS Y JIM CASON CORRESPONSALES

Nueva York y Washington, 15 de enero. Casi como obra de teatro, una microscópica escena del conflicto venezolano fue interpretada en una esquina de la lujosa Park Avenue, en Nueva York, cuando se enfrentaron a gritos chavistas y opositores con acusaciones de traición, asesinato, pro cubano y pro yanqui, mientras que tres de las principales figuras de la disidencia venezolana participaban en un foro empresarial en víspera de la visita del presidente Hugo Chávez a la sede de la Or-ganización de Naciones Unidas (ONU).

Todo el drama, la retórica y la aparentemente imparable espiral de la crisis venezolana fueron importados a Estados Unidos con la gira por Washington y Nueva York de Carlos Fernández, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio; Carlos Ortega, lí-der de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, y el legislador y miembro de la mesa de negociación, Timoteo Zambrano.

Mientras, Estados Unidos, después de una ausencia, al menos en público, en el conflicto venezolano, busca rescatar su papel de interlocutor inevitable en el conflicto.

Sin embargo, después de lo que se consideró una actuación poco diplomática durante el intento de golpe de Estado, en abril de 2002, cuando elogió la destitución momentánea de Chávez y luego rectificó, la política de Washington parece carecer de coherencia.

El Departamento de Estado reconoció ayer, por primera vez, que la propuesta de Brasil para conformar un grupo de amigos de Venezuela no fue de su agrado porque "no estaba dirigida a apoyar al secretario general" de la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo el vocero Richard Boucher, quien agregó: "estamos trabajando con Brasil" y otros "socios hemisféricos" para establecer lo que caracterizó como grupo de amigos de César Gaviria.

Al mismo tiempo la Casa Blanca continúa reiterando su posición oficial a favor de una resolución "pacífica, constitucional, democrática y electoral" de la crisis venezolana para apoyar los esfuerzos de la OEA.

Al parecer la palabra clave en esta negociación, que subrayaron los líderes de la oposición en un foro organizado por la Americas Society y el Consejo de las Américas en Nueva York, es "solución electoral", que según Zambrano, Brasil aún no ha respaldado como parte de su propuesta.

Sin embargo, los líderes de la oposición tampoco lograron ofrecer aquí una posición consistente sobre este punto. Argumentaron que como promotores de una solución "pa-cífica, incluyente, democrática" del conflicto ante un gobierno "autoritario y excluyente", insisten en una solución electoral. Pero advirtieron, en voz de Ortega, que "mientras Chávez esté en el poder no hay posibilidad de un proceso electoral".

Solicitud de embargo

En ponencias aderezadas con acusaciones de "asesinatos", "masacres", "golpistas", "terrorista" y "ligado a la narcoguerrilla", sin faltar referencias al supuesto intento de imponer aspectos del modelo cubano en Venezuela, los opositores señalaron que el peligro que representa Hugo Chávez no se limita a Venezuela, sino que se extiende a la comunidad internacional, por lo que solicitaron apoyo, que incluye la solicitud de un embargo a la venta de armas, para salvar a su país y a la región.

"La crisis no se localiza en el sector militar, como en abril, sino en el petrolero", aseveró Zambrano, y eso convierte el conflicto no sólo en asunto nacional, sino con "consecuencias en la geopolítica internacional".

Agregó que "Chávez no existe sin el pe-tróleo" y es en torno al combustible que se centran las dos visiones del país: una del gobierno "represivo" y "autoritario" que só-lo busca utilizarlo para su proyecto político y como arma internacional; y la otra, la de la oposición "pacífica, incluyente, democrática", que ve el petróleo como recurso para el desarrollo nacional.

Fernández reiteró: Chávez "ha cometido traición a la patria al entregar el know how (de la empresa) a manos extranjeras", y señaló que ahora son argelinos los que la manejan; afirmó que "desde 1996 hay elementos de la inteligencia cubana trabajando en algunos sectores" de la industria petrolera venezolana. Y es precisamente el petróleo lo que ha renovado el interés del gobierno estadunidense en la crisis venezolana.

Arturo Valenzuela, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown y ex alto funcionario del gobierno de Bill Clinton, considera que el tema del petróleo y los cambios políticos en la región provocan que Estados Unidos reaccione nuevamente ante la crisis venezolana, pero el momento es muy complejo.

"La credibilidad de Estados Unidos fue claramente afectada en abril por sus equivocaciones, cuando (sus funcionarios) apoyaron al gobierno interino sin criticar la interrupción del orden constitucional, para rectificar después y apoyar la resolución de la OEA", afirma en entrevista con La Jornada.

Valenzuela considera que la OEA no funciona sin que los estados miembros clave estén involucrados directamente en sus esfuerzos, y que un fracaso en Venezuela podría dañar de manera significativa a esa organización y a su secretario general.

En este contexto, la iniciativa de Brasil para convocar a un grupo de amigos alarmó a Washington, ya que no consideraba la participación de Estados Unidos. Ahora la Casa Blanca está buscando retomar un papel en torno a la crisis, pero según Valenzuela debe hacerlo incrementando su compromiso, "y tiene que mantenerse dentro del esquema de la OEA... y a la vez tiene el reto de intentar que Brasil lo acepte".

Pero este proceso de mediación tiene una falla inicial, estimó: el grupo de amigos se tenía que haber constituido antes de que comenzara un proyecto de mediación encabezado por Gaviria. Ahora tienen que buscar la fórmula para rescatar el proceso.

Por lo pronto la atención de países y políticos se enfocó hoy en Quito, donde se esperaba una posible propuesta del grupo de amigos y la fórmula para la mediación.

Sin embargo, cunde el pesimismo en algunos analistas financieros que participaron en el foro. Uno de ellos comentó que las partes en conflicto parecen estar dedicadas a em-peorar la situación, y ello amenaza mayor destrucción de la economía venezolana.

Un vistazo de este conflicto fue exhibido hoy cuando un chavista interrumpió a gritos a los ponentes en el foro en la Americas So-ciety, lo que provocó una reacción verbalmente violenta, al coro de "ni un paso atrás" entre simpatizantes de la oposición.

Expulsado a la fuerza de la sala, el chavista fue escoltado hasta la salida, donde unas 15 personas lo apoyaron. Pero una decena de opositores se enfrentó a gritos e insultos con los chavistas, y se produjo un apasionado intercambio de acusaciones; luego llegó la policía y los separó.

El griterío continuó y alguien entonó un himno, que fue respondido, lo que confundió a la policía. Ahí acabó la escena, por el momento. Chávez llega este jueves. Venezuela está presente en Estados Unidos.