Incidente armado en la frontera con Siria; un muerto y un desaparecido
Sharon ya no es digno de su cargo, opina 31 por ciento de israelíes en encuesta
Mueren dos palestinos en Cisjordania y Gaza durante operativos de fuerzas de Tel Aviv
REUTERS, AFP Y DPA
Jerusalén, 8 de enero. Cuando faltan tres semanas para las elecciones legislativas en Israel, el primer ministro Ariel Sharon prometió defenderse de acusaciones de corrupción por un préstamo sospechoso de 1.5 millones de dólares, mientras el escándalo afecta su liderazgo, pues casi la tercera parte de los israelíes considera que ya no es digno de su cargo.
El ejército israelí impidió este miércoles un intento de infiltración de un comando "terrorista" armado procedente de Siria, en una operación en la que mató a uno de los integrantes del grupo y capturó a otro. indicó la radio estatal israelí citando fuentes militares.
Por su lado, un vocero militar de Siria dijo que un policía fue muerto y otro está considerado desaparecido en la zona fronteriza con Israel. Afirmó además que "disparar contra ciudadanos sirios en la zona tapón (que separa ambos países) es una violación del acuerdo sobre la retirada (de las fuerzas israelíes y sirias de la meseta del Golán) y una provocación injustificada".
En el norte de Cisjordania, un joven de 18 años fue muerto por miembros de una unidad especial del ejército israelí cuando se encontraba en el techo de un edificio ubicado cerca de una casa del pueblo de Saida, que los soldados estaban destruyendo, indicaron testigos palestinos.
La casa dinamitada pertenecía a la familia de un militante de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, grupo armado vinculado al movimiento político Fatah del dirigente palestino Yasser Arafat. Un vocero del ejército afirmó, en un comunicado, que la "destrucción de casas de terroristas constituye un mensaje a los potenciales suicidas y a sus cómplices para que sepan de antemano el precio que deben pagar por sus operaciones terroristas".
Otro palestino, un taxista de 30 años, murió en la madrugada, en medio de un tiroteo de las tropas israelíes con palestinos en Jan Yunes, sur de la franja de Gaza.
Además, las fuerzas isarelíes arrestaron esta noche a unos 26 palestinos y volvieron a imponer el toque de queda en la ciudad cisjordana de Belén, después de haberlo levantado dos días.
Estas operaciones se dan como parte de la política de represalias por los dos atentados suicidas que dejaron el domingo 22 muertos. Israel prohibió también que dirigentes palestinos viajaran a una conferencia en Londres sobre reformas requeridas por Estados Unidos, lo que provocó el enojo de Londres.
La Unión Europea, por medio de su enviado especial a Medio Oriente, Miguel Angel Moratinos, pidió este día a Israel que levante esa prohibición, y subrayó que la conferencia es importante "no sólo para los palestinos, sino en beneficio de toda la comunidad internacional y la situación en la región".
Asimismo, un comunicado de la Unión Europea consideró que la prohibición "perpetúa el odio y el extremismo".
En el plano político, Sharon, jefe del derechista Partido Likud, pasó a la ofensiva, al calificar de "vergonzosa calumnia política" el escándalo y aseguró que puede "demostrarlo con hechos y documentos".
En sus primeras declaraciones desde que salieron a la luz las denuncias, Sharon dijo que "quien difunde esta calumnia sólo tiene un objetivo: derrocar al primer ministro".
También los dos hijos del primer ministro, Omri y Gilad, se encuentran en el centro de un escándalo revelado el martes por el diario Haaretz, en torno a un préstamo de 1.5 millones de dólares concedido por un empresario sudafricano para ser utilizado como garantía de otro crédito con un banco israelí. Este último préstamo tenía como objetivo permitir al primer ministro paliar la deuda ilegal de su campaña para relección como líder del Likud en 1999.
Según el consejero jurídico del gobierno, Eliakim Rubinstein, la investigación no habrá finalizado antes de las elecciones del 28 de enero, y anunció la creación de una comisión para encontrar el origen de las informaciones obtenidas por Haaretz.
El periódico Yediot Aharonot ya cuestionó la posible implicación de Gilad Sharon en la entrega de varios cientos de miles de dólares por parte de un hombre de negocios israelí. Omri Sharon era sospechoso en un caso de compra de votos en las elecciones del comité central del Likud el pasado 8 de diciembre. En este último caso, Sharon destituyó el 31 de diciembre a la viceministra de Infraestructuras Naomi Blumenthal, que se negó a responder a la policía.
Según sondeo hecho público el miércoles por la radio militar, casi la tercera parte de los israelíes (31 por ciento) considera que Sharon ya no es digno de su cargo, mientras 46 por ciento piensa lo contrario.
Además, un sondeo publicado por Haaretz determinó que el escándalo hizo caer el apoyo para el Likud, previendo sólo un estrecho triunfo para el partido derechista que haría difícil para Sharon establecer una coalición de gobierno.
Su adversario, el líder del Partido Laborista, Amram Mitzna, lo instó públicamente a decir toda la verdad o dimitir, mientras los analistas coincidían en afirmar que "esta vez apareció una brecha en el sistema de defensa de Sharon", como publicó este miércoles el diario Maari.