La "entrada" de México al primer mundo catalizó el secular malestar indígena
Sin respuesta aún, las demandas del EZLN a nueve años del levantamiento
La represión militar y las reformas legales no han bastado para frenar el descontento
DE LA REDACCION
El primero de enero de 1994 el país amaneció con un levantamiento armado que, en los hechos, contradijo el ingreso de México al primer mundo que ofreció el gobierno salinista con la entrada en vigor, ese mismo día, del Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos y Canadá.
Los primeros reportes daban cuenta de la toma por asalto de San Cristóbal de las Casas y simultáneamente de las ciudades de Las Margaritas, Altamirano y Ocosingo en el estado de Chiapas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), sin noticias de enfrentamientos con el Ejército.
Esa madrugada, los integrantes del EZLN tapizaron la ciudad de San Cristóbal con una declaración de guerra al Ejército. En el texto demandan la deposición del "dictador" Carlos Salinas de Gortari y rechazan cualquier acusación de narcoguerrilla contra el alzamiento. En conferencia de prensa, el subcomandante Marcos explica que el EZLN decidió levantarse en armas como respuesta a la entrada en vigor del TLCAN.
El domingo y lunes siguientes tuvieron lugar combates entre el EZLN y el Ejército en Ocosingo, Rancho Nuevo, Las Margaritas, Chanal y Altamirano que arrojaron, según cifras oficiales, 56 muertos y 43 heridos; extraoficialmente se habla de que al menos 50 de los caídos son zapatistas. Habían transcurrido las primeras 36 horas del levantamiento y el obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz, informa que desde el gobierno federal se le invitó a participar como mediador.
Los reportes de bajas en ambos bandos se fueron acrecentando con el correr de los días. Para el miércoles, en medio de los bombardeos se daba cuenta de 93 muertos; al menos cinco rebeldes con el tiro de gracia fueron ubicados en el mercado de Ocosingo.
Se confirmó que los insurgentes secuestraron al ex gobernador de Chiapas Absalón Castellanos.
Las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional y Desarrollo Social suscribieron un comunicado en el que se afirmó que no se trataba de un levantamiento indígena y que el grupo radical tenía una "dirigencia profesional, experta en conducir actos de violencia y terrorismo, bien educada, de origen nacional y extranjero, con armas de alto poder y sofisticados equipos de comunicación".
La PGR, a su vez, dio a conocer un primer retrato hablado del subcomandante Marcos. El gobierno federal propone a los alzados un cese al fuego, a condición de que depongan las armas.
En un mensaje a la nación y luego de fuertes críticas en los medios de comunicación por el hecho de que el gobierno federal se negaba a reconocer el conflicto, Carlos Salinas de Gortari reiteró su disposición al diálogo, llamó a deponer la conducta "violenta e ilegal", y sostuvo que en su gobierno "consideraremos el perdón", luego de augurar que quienes integran el EZLN "van a fracasar".
Ante la cada vez más intensa presión pública, el sábado 8 Salinas de Gortari designó una comisión para facilitar el diálogo en esa ciudad: la integraron Eraclio Zepeda, Andrés Fábregas Puig y Eduardo Robledo, hecho precedido por diversas propuestas de cese al fuego que firmaron los candidatos presidenciales Cuauhtémoc Cárdenas y Luis Donaldo Colosio.
En esos días arribó a Chiapas una caravana que integraron diversas organizaciones no gubernamentales y el obispo Samuel Ruiz ofició una misa por la paz.
El lunes 10 se anunciaron cambios en el gabinete. Renunció a la Secretaría de Gobernación el chiapaneco Patrocinio González Garrido, lo sustituyó Jorge Carpizo; Manuel Tello llegó a la Secretaría de Relaciones Exteriores; Diego Valadez a la PGR y Manuel Camacho Solís dejó la SRE y fue designado comisionado para la paz y la reconciliación, acrecentando la crisis en la campaña colosista. El EZLN dio a conocer sus condiciones para el diálogo: exigió reconocimiento como fuerza beligerante, cese del fuego y retiro de tropas federales, entre otras.
A su llegada a Chiapas, Camacho Solís reconoció la existencia del EZLN, ofreció una salida política inmediata y digna para todos, sin exterminio. Un día después, Salinas de Gortari anunció el cese unilateral del fuego y ratificó la oferta de perdón, en tanto el comisionado para la paz y la reconciliación aceptó la propuesta de los rebeldes para que Samuel Ruiz actuara como mediador entre el gobierno federal y el EZLN.
Esa misma semana, el Presidente ofreció amnistía a quienes participaron en el levantamiento del primero de enero. El lunes 17, el EZLN se manifestó en favor del diálogo e invitó formalmente al obispo de San Cristóbal a participar en una comisión negociadora. En textos enviados a La Jornada y a otros diarios informó haber suspendido toda acción ofensiva, en correspondencia al cese el fuego ordenado por Salinas de Gortari.
Siete días después el EZLN liberó a Absalón Castellanos y planteó una agenda de cuatro puntos para iniciar negociaciones. Consideró demandas económicas, sociales, políticas y garantías para una y otra parte en el conflicto. Manuel Camacho anunció el inicio del diálogo.
Jornadas de la paz
El 21 de febrero, en la catedral de San Cristóbal de las Casas se inició el Diálogo para las Jornadas de la Paz entre la representación gubernamental, encabezada por Manuel Camacho Solís como comisionado para la paz y la dirigencia del EZLN. EL subcomandante Marcos advirtió que "los indígenas no estamos arrepentidos de luchar por nuestros derechos" y manifestó luego su disposición de "escuchar la palabra del gobierno federal".
Tras ocho días efectivos de diálogo y dos meses después del alzamiento, concluyó la primera fase del encuentro del EZLN con el gobierno federal. Dejó como resultado el documento denominado Compromisos para una paz digna en Chiapas, que ofreció respuesta a 35 demandas del EZLN y que significó cambios y reformas de fondo a la Constitución.
El 11 de octubre, luego de varios meses de comunicaciones fragmentadas entre el gobierno y los rebeldes, el EZLN rompió el diálogo. Un mes después se creó en el Congreso la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa). Ambas partes en conflicto reconocieron a la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) como instancia facilitadora del diálogo.
El año del alzamiento terminó con el anuncio del EZLN sobre una nueva ofensiva de expansión a 38 municipios de los 111 que entonces integraban la división política en Chiapas y posteriormente estableció los llamados "municipios autónomos" en nueve de ellos.
La traición
En 1995, el 9 de febrero, la Procuraduría General de la República, a cargo del panista Antonio Lozano Gracia, dio a conocer la identidad del subcomandante Marcos, a quien identificó como Rafael Sebastián Guillén Vicente, iniciándose una movilización en todo el país para ubicar a familiares de éste.
Un mes después el Presidente de la República envió al Congreso la iniciativa de ley para el diálogo, la conciliación y la paz digna en Chiapas, aprobada por unanimidad. El 9 de abril, miembros del EZLN, la Conai, la Cocopa y la representación gubernamental firman la Declaración Conjunta de San Miguel, en la que se acuerdan los principios básicos para el diálogo y la negociación.
La reunión entre el gobierno federal y el EZLN, ya con la participación de la Cocopa y la Conai, tuvo lugar el 22 de abril en San Andrés Larráinzar.
Los diálogos en San Andrés se extendieron hasta el 16 de febrero de 1996, cuando se firmaron los primeros acuerdos sobre derechos y cultura indígenas, que el gobierno nunca cumplió. El 18 de abril se desarrolló la mesa Democracia y Justicia, y el 29 de agosto el EZLN emitió un comunicado en el que anunció la suspensión de su participación en los diálogos de San Andrés Larráinzar y estableció requisitos mínimos para reanudar las conversaciones, sin que hasta el momento se hayan restablecido.
Un mes después, la Cocopa elaboró un proyecto de reforma constitucional sobre derechos y cultura indígenas que fue aprobado por el EZLN y al que el gobierno federal formuló diversas observaciones.
Matanza en Chenalhó
El 22 de diciembre de 1997, en el poblado de Acteal, municipio de Chenalhó, 45 indígenas tzotziles del grupo Sociedad Civil Las Abejas fueron asesinados en una iglesia por un grupo civil armado. Dos semanas después renuncian el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, y Pedro Joaquín Coldwell, entonces comisionado para la paz.
Fue hasta la administración foxista cuando nuevamente se dieron condiciones para plantear el diálogo. El 24 de febrero de 2001 se inició la marcha zapatista con dirección a la Cámara de Diputados, espacio que luego de un intenso debate y aun con la oposición del PAN se abrió para el EZLN. Desde la tribuna, la comandante Esther dio a conocer cuatro puntos que allanarían el camino para ese diálogo.
En esencia se propuso la intervención de Fernando Yáñez como puente para el diálogo entre el EZLN y el gobierno federal, además de "cabildear" en favor de la iniciativa de la Cocopa sobre derechos y cultura indígenas, misma que quedó aprobada por la 58 Legislatura, pero con limitaciones que la alejan del texto original que recoge los acuerdos de San Andrés, ya que dicha reforma no reconoce la autonomía de las comunidades indígenas, el derecho al territorio, al uso y disfrute colectivo de los recursos naturales, el respeto al ejercicio de la libre determinación y tampoco los reconoce como entidades de derecho público. Nueve años y tres gobiernos federales después las ofertas de solución siguen sin surtir efecto y los reclamos continúan sin respuesta.