Expone Dos años en la galería
Enrique Guerrero
Víctor Rodríguez ahora se preocupa por
la identidad
El pintor, con residencia en Nueva York, afirma: ''es
más fácil ver lo mexicano desde afuera''
MERRY MAC MASTERS
Ahora se vive un momento como a principios de siglo XX,
pues "todo es tan confuso y disperso", que se requiere de "cohesión
con nuevos iconos, con los que se identifique lo mexicano", afirma el pintor
Víctor Rodríguez (1970, ciudad de México).
Radicado en Nueva York desde hace seis años, para
Rodríguez si en aquel entonces había la necesidad de que
se hicieran murales, por ejemplo, para decir "nosotros somos esos", "todos
somos así" y "así somos los mexicanos", ahora esas mismas
diferencias sociales son una preocupación que se ve reflejada en
"artistas de video y demás creadores de mi generación". Entonces
''estamos en un momento en el que necesitamos volver a revisar esos iconos
de identidad nacional, porque ya no somos como en 1918". Y, al revisarse
a distancia, tal vez sea "la gran preocupación de nuestra generación
aunque sea inconsciente".
Uno
de los tres ganadores de la pasada Bienal de Pintura Rufino Tamayo, Rodríguez
presenta hasta el 11 de enero la muestra Dos años, de ocho
acrílicos de gran formato y de factura hiperrealista, en la Galería
Enrique Guerrero, Horacio 1549 A, Polanco.
Además de que su esposa participa como modelo,
su actual producción incorpora dos o tres personajes más;
Rodríguez también sale maquillado de payaso, pero más
que un autorretrato, actúa un papel a la manera del teatro. Sus
"historias" tienen que ver con "el circo (de allí un colorido 'technicolor
hipercolorificado'), el periodo rosa de Picasso y la identidad de lo mexicano".
Para Rodríguez los saltimbanquis y arlequines del malagueño,
además de poseer cierto glamur, son "una referencia a un periodo
de la historia de la pintura y de todos a principios del siglo 20. A partir
de eso empecé a elaborar las ideas para esas imágenes.
"En cada cuadro hay temas distintos, como el punto de
la religión, la antigüedad clástica, que se deben retomar
en la pintura que, ya de por sí, se ve como un arte arcaico, no
como una manifestación hipercontemporánea".
Víctor Rodríguez se fue de México
porque, a pesar de recibir la Beca Jóvenes Creadores 1994-95, el
trabajo que hacía "no era de interés en el campo cultural
ni comercial". En Nueva York, después de sólo "tres días"
de buscar, la Galería OK Harris, de "fotorrealismo clásico",
se interesó en exhibir sus cuadros. Hubo ventas y el joven pintor
se quedó allá.
Si hace seis años a Rodríguez se le criticaba
la falta de correspondencia en lo "formal con el estilo mexicano, que en
ese entonces representaban pintores como Boris Viskin y Germán Venegas",
es curioso que ahora se hable de "la identidad de lo mexicano" en su trabajo.
Explica: "Como siempre pasa, es más fácil
ver lo mexicano y demás desde afuera. Las cosas se comienzan a ver
distinto. Me empezó a gustar poner en los cuadros elementos que
tienen que ver con mi vida cotidiana, como la familia Burrón. No
todos son elementos de cultura popular, pero la identidad de lo mexicano".
-¿Qué concepto hay del arte mexicano en
el extranjero?
-Depende en qué niveles porque la gente que sabe,
sabe. Cuando fui a Japón pensaban que Frida Kahlo estaba viva. Para
los estadunidenses y europeos que coleccionan arte latinoamericano, como
que México se acabó en 1952. Entonces, hacer que cuadros
que tienen imágenes como éstas se relacionen con lo latino,
pues, es interesante y refrescante.
Respecto a los preparativos para sus pinturas, el entrevistado
reflexiona: "A lo mejor el momento artístico de hacer eso es el
performance y todo lo demás es un registro. Pero, hacer la
pintura a mí me gusta, me satisface, me divierte y me llena. Para
mí es el resultado final".