En 2002, el PIB de la región cayó uno por ciento, revelan datos preliminares del BID
La economía latinoamericana perdió la mitad de la década: Enrique Iglesias
Sin considerar la crisis que atraviesa Argentina, el crecimiento sería de cero, precisa
ANTONIO CASTELLANOS
La economía en América Latina permaneció estancada y, de acuerdo con los indicadores preliminares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el crecimiento de la región fue de menos uno por ciento. Sin considerar a Argentina que padeció una severa crisis, la tasa regional fue de cero. El presidente del banco, Enrique V. Iglesias, señaló: "Hemos perdido la mitad de la década".
Los datos definitivos los dará a conocer en el informe anual de 2002, durante la próxima asamblea de gobernadores a efectuarse en Milán, Italia. En este reporte, Iglesias estableció que "con pocas excepciones, la tasa de crecimiento en la región fue insatisfactoria".
En el caso de México, el producto interno bruto en 2001 fue de menos 0.3 por ciento respecto de 2000, y en 2002, las opiniones del sector privado y del Banco de México coinciden en que no llegará a 1.7 por ciento como proyecta el gobierno federal. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) lo ubicó en sólo 1.2 por ciento. Analistas independientes adelantan que apenas llegará a 1 por ciento.
Frente a este panorama, el dirigente del BID anunció que durante el presente año se concentrará en crear nuevos mecanismos e instrumentos para promover una mayor eficacia del desarrollo, mejorar la capacidad de respuesta del banco, fomentar el crecimiento sostenible y equitativo, reducir la pobreza y continuar apoyando los esfuerzos de integración y libre comercio de la región.
Entre los posibles pasos figuran los programas para financiar exportaciones, la canalización de más recursos para promover el crecimiento del sector privado, la creación de formas de financiamiento más flexibles y atractivas y de medidas para combatir la corrupción.
En este contexto, Iglesias enfatizó la importancia para la región y para la comunidad internacional de ayudar a Argentina a superar sus actuales dificultades financieras, que están afectando a países vecinos y contribuyendo a un "malestar" generalizado.
El sombrío panorama ya había sido adelantado a principio de este año por el presidente del BID al presentar su informe anual, dado a conocer en la reunión de gobernadores en Brasil. Entonces dijo: "No hay ninguna duda de que América Latina y el Caribe se encuentran en una encrucijada. La situación económica será especialmente difícil en 2002".
La mayoría de los gobiernos, recalcó, se ha comprometido a mantener la estabilidad macroeconómica y el proceso de reformas estructurales, pero no cuenta con un margen de maniobra suficientemente amplio para enfrentar una desaceleración económica prolongada.
En su informe de fin de año ante el directorio ejecutivo del BID, afirmó que entre los aspectos positivos para la región destaca un sostenido compromiso con la democracia y la constitucionalidad, así como las atinadas decisiones tomadas por los gobernantes recientemente electos y la continua estabilidad de la región.
Indicó que el BID se mantuvo, por noveno año consecutivo, como principal fuente de financiamiento multilateral de desarrollo en América Latina y el Caribe, no obstante el estancamiento económico y el difícil ambiente internacional que enfrentaron los países de la zona en 2002.
Los préstamos del banco sumaron 4 mil 500 millones de dólares. Dedicó 50 por ciento a los países más pequeños y menos desarrollados y 53 por ciento a los programas sociales. El programa rebasó las pautas fijadas por la asamblea de gobernadores para favorecer a los países más pequeños y vulnerables y a los sectores más pobres. También, concluyó, aprobó donaciones por 53.9 millones de dólares para cooperación técnica.