Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 24 de diciembre de 2002
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Política
Incrementos de diciembre y los que se anuncian en tarifas de bienes y servicios, las causas

El nuevo minisalario, pulverizado aun antes de su entrada en vigor

La empresa mexicana basa su competitividad en el pago de bajos sueldos, indica un estudio de la UNAM De 2000 a la fecha el poder adquisitivo cayó 9.17 por ciento: Universidad Obrera

PATRICIA MUÑOZ RIOS

Aún no reciben su aumento los salarios mínimos y éste ya quedó pulverizado por los incrementos de diciembre y los que ya se anunciaron para enero en bienes y servicios del sector público, así como el ajuste de impuestos y tarifas, como el predial y el agua, señaló la firma Consultores Internacionales.

En tanto, un informe del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM apunta que la empresa mexicana basa toda su competitividad en el pago de bajos salarios, y una investigación de la Universidad Obrera indica que en dos años del gobierno de Vicente Fox el poder adquisitivo del minisalario cayó en 9.17 por ciento y sólo alcanza para adquirir una cuarta parte de la canasta básica, es decir, para comprarla se precisa de cuatro salarios mínimos.

A su vez, la Asociación Nacional de Abogados Democráticos asegura que la contención de salarios es la pieza clave de la restructuración del capital. Incluso, el propio secretario del Trabajo y Previsión Social, Carlos Abascal Carranza, reconoció la semana pasada que el minisalario ya dejó de ser una remuneración y ahora sólo es una ''referencia'' económica, que sirve para el pago de impuestos, multas o la asignación de una casa.

Rezago histórico

El Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM establece, en un informe sobre la evolución de los salarios en México, que tanto los mínimos como los contractuales acumulan un ''rezago histórico'' grave y que no han recuperado su nivel de 1982 ni el de 1994; ni siquiera el de 2000. El deterioro parece irreversible, su poder de compra es sumamente bajo -sólo alcanza para adquirir unos cuantos productos básicos-, no cubre ninguno de los requerimientos mínimos de salud, educación y esparcimiento, y se tiene que complementar con otros aportantes familiares o ingresos extra. Por todo ello, apunta, está en extinción.

De esta forma, el sector productivo nacional basa prácticamente toda su competitividad en el pago de bajos salarios y en el desconocimiento de derechos laborales de los trabajadores. Inclusive, se utiliza este argumento por parte del sector gubernamental para atraer inversiones extranjeras.

En este sentido, Laura Juárez Sánchez, investigadora de la Universidad Obrera de México, puntualizó que tan sólo en dos años de este gobierno el minisalario perdió 9.17 por ciento de su valor, que se acumula al rezago que arrastra en los 26 años anteriores. Según su análisis, ''para que el salario mínimo estuviera apenas al nivel de 1994 requiere de un aumento no menor a 292.17 por ciento''.

Se requieren cuatro de estos salarios para adquirir una canasta básica indispensable, ya que el poder adquisitivo de esta remuneración pasó de tener 28.07 por ciento de la canasta, a 25.5 entre diciembre de 2000 y diciembre de 2002. En este mismo periodo, dice, el mínimo sólo aumentó 11 por ciento. Señala también que las remuneraciones promedio contractuales cayeron en 56.38 por ciento entre 1982 y este año.

Por su parte, la firma Consultores Internacionales apunta que los salarios en México tardarán al menos 30 años para tener el poder adquisitivo de mediados de la década de los 70; eso, siempre y cuando la inflación continúe a la baja y se otorguen incrementos al mínimo de 2 por ciento por arriba del índice nacional de precios; de no ser así, tardaría el país más de tres décadas en recuperar el poder de compra que se tenía antes de la apertura de la economía.

Las previsiones de la consultora para el mediano plazo son que el incremento al mínimo ya quedó pulverizado con los aumentos de diciembre, que sufrieron prácticamente todos los rubros de la economía, y quedará sepultado con los ajustes que se avecinan en bienes y servicios públicos y los ajustes en los impuestos.

En este sentido, la investigación de la UOM expone que según la Encuesta Nacional de Empleo de 2000, del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, el número de trabajadores que reciben hasta tres salarios mínimos o no reciben ingreso por su trabajo ascendió a 28 millones 374 mil personas; esto indica que más de 28 millones no tienen acceso a la canasta básica alimentaria.

Cascada de aumentos

Entre diciembre de 1994 y noviembre de 2002, los aumentos que registraron los productos fueron considerables; por ejemplo, el chile se incrementó 998.5 por ciento; tortilla, 567; retaso con hueso, 502.6; gas, 491.2; jabón, 477, en promedio; Metro, 400; pan blanco, 377; frijol, 333.5; peseras, 305.8; leche, 281.1, y el arroz, 256.5 por ciento, lo cual indica que el salario mínimo no puede satisfacer las necesidades básicas de calorías y proteínas para la nutrición de una familia media.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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