VENTANAS
Eduardo Galeano
Sopa de letras
Por el tamaño y el brillo, parece una lágrima.
Los científicos lo llaman lepisma saccharina, pero él
responde al nombre de pescadito de plata, aunque de pez no tiene
nada y no conoce el agua.
Se dedica a devorar libros, aunque tampoco tiene nada
de polilla. Come lo que encuentra, novelas, poemas, enciclopedias, poquito
a poco, engullendo palabra por palabra, en cualquier idioma.
Se pasa la vida en la oscuridad de las bibliotecas. De
lo demás, ni se entera. La luz del día lo mata.
Sería erudito, si no fuera insecto.