Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 15 de diciembre de 2002
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Cultura
Reconocimiento al poeta en el Palacio de Bellas Artes

Ferlinghetti, a palazos de ciego

CARLOS PAUL

Con los ojos vendados y guiándose con un palo de escoba como bastón, Lawrence Ferlinghetti entró a la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, subió al escenario y de pie lanzó El ciego, el primero de una serie de poemas en lo que fue un reconocimiento a este personaje considerado leyenda viva del movimiento beat.

En el acto también participaron Alberto Blanco, Sergio Mondragón, José Agustín, José Vicente Anaya, Juan Beat y Carlos Martínez Rentería (a quien se debe la visita del poeta estadunidense a México), quienes coincidieron en la "infatigable, coherente, bella y profunda labor creativa" de Ferlinghetti.

Blanco hizo una semblanza del también editor de escritores como Jack Kerouac y Allan Gingsberg. En casi medio siglo -apuntó- ''ha escrito y publicado una veintena de libros que se cuentan entre los fundamentales de la poesía estadunidense contemporánea. Ejemplo de ello es A Coney Island of the Mind, libro que ''en 1989 y en su vigesimaoctava edición había vendido 700 mil ejemplares tan sólo en Estados Unidos, y más de un millón en el resto del mundo".

Luego de señalar la importancia de la librería City Lights, fundada por Ferlinghetti, como ''destino obligado en San Francisco, California, para cualquier interesado en el arte y la política'', Alberto Blanco enumeró algunos de los momentos históricos y artísticos en los que ha participado el poeta, destacando el juicio por obscenidad (al publicar Aullido, de Gingsberg) que le ganó a la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, "sentando un precedente de enorme alcance para la libertad de expresión en su país".

Mondragón, luego de explicar los distintos significados del termino beat y definir a ese grupo como "la generación golpeada, y, al mismo tiempo, sagrada", cuya poética se caracteriza también por el golpeteo rítmico del jazz, que fue su música emblemática, reflexionó en la declaración repetida por Ferlinghetti, en la que este autor señala que él nunca se ha considerado un poeta beat.

En primer lugar -apuntó Mondragón-, "él rechaza el método practicado por Gingsberg, que privilegia la valía del primer pensamiento que llega a la mente, cuya formula es: 'First thought, best thought' (el primer pensamiento es el mejor pensamiento). Al respecto, Ferlinghetti piensa lo contrario: 'First thought, worst thought' (el primer pensamiento es el peor pensamiento), esto es, toda escritura necesita una revisión, una autocrítica.

''Otras diferencias -dice Mondragón- son de estilo y forma: clásico y platónico, hace suyas las palabras de James Joyce: 'Una obra de arte debe ser completa en sí misma, armoniosa y radiante'.

''La mayoría de los poetas beat -según el juicio de Ferlinghetti- no siguen esas premisas. Además, para él el poema es un 'campo abierto', mientras que el de los otros está más bien cerrado, esto es, el significado en ellos es algo inexorable sobre la página, algo que no admite ya el movimiento.

''Sea como fuere -concluyó Mondragón-, Lawrence Ferlinghetti, su poesía, su vida, su obra toda, es un himno a la solidaridad política, social, artística y, dicho de manera directa, un ejemplo impecable de solidaridad humana y de compromiso con el poema, con la vida".

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