Se presenta por vez primera en México,
con el espectáculo Songs and stories
Laurie Anderson, por un vínculo más allá
de la identidad nacional
La artista se dice convencida de que el arte es un medio
eficaz para cambiar las ideas políticas
En Estados Unidos prevalece una ''carencia fundamental
de debate y discusión''
ANGEL VARGAS
El de Laurie Anderson es un espíritu irrefutablemente
renacentista. Compositora, cantante, violinista, poeta, performancera,
coreógrafa, académica, se le considera figura esencial del
arte y la cultura estadunidenses contemporáneos. Sin embargo, está
muy lejos de creerse los títulos de juglar tecnológica o
sacerdotisa del arte radical que se le atribuyen, y con sencillez se asume
sólo como creadora snob.
''Lo soy -explica- en la medida que no me interesa lo
que sucede ni lo que se produce en la cultura pop, tan en boga en
Estados Unidos. Soy parte de una escena distinta y mi trabajo no necesariamente
está relacionado con mi país. Me siento más cómoda
aquí en México, en Berlín o en Londres. Busco construir
un vínculo más allá de la identidad nacional y olvidarme
de que la industria del entretenimiento estadunidense centra su hegemonía
mundial en la exportación de discos compactos y hamburguesas. Afortunadamente
soy una snob, por mantenerme al margen de eso."
EU, ¿país del temor?
La
artista se presentará por vez primera en el país este fin
de semana, con el espectáculo Songs and stories, creado ex
profeso para el público mexicano (algunas de las historias y
canciones fueron traducidas al español), en una especie de recorrido
por los 20 años de su trayectoria. Las funciones serán en
el Teatro de la Ciudad hoy y mañana, a las 20:30 horas, y el domingo
a las 18:30 horas.
Anderson aclaró a la prensa, ayer, que no gusta
hablar de política en público, pero señaló
que ante el ''proceder de George W. Bush y la actual situación de
Estados Unidos, lo considero indispensable, pues es un asunto más
de índole moral que política".
Agregó: ''El presidente Bush pone las cosas en
términos absolutos, como lo bueno o lo malo. La pregunta para él
es quién le enseñó qué está bien y qué
está mal. En términos del clima político y cultural
de Estados Unidos me siento muy decepcionada. Considero que han desaparecido
del plano todas las personas que podía contribuir a la discusión.
Hay una carencia fundamental de debate y discusión".
Tejedora de historias
Sin tapujos, Anderson calificó de ''imbécil''
al presidente George W. Bush y sostuvo que en su país existen ahora
varias preguntas que deben plantearse y están relacionadas con la
libertad y el temor.
''Durante largo tiempo Estados Unidos se ha ostentado
como el país de la libertad, de la valentía. Sin embargo,
a raíz de los ataques a Nueva York y la ofensiva contra el llamado
'eje del mal', Estados Unidos y sus habitantes tienen que empezar a plantearse
si el país de la libertad puede ser también el país
del temor. Cabe subrayar que el temor, como desde épocas ancestrales,
es utilizado para oprimir, para amenazar con la pérdida de las libertades",
agregó.
Tejedora de historias, la creadora expresó su convencimiento
de que el arte es una forma eficaz de tratar de cambiar las ideas políticas
de las personas.
''Es una buena manera de observar las cosas desde un ángulo
distinto y de hacer buenas preguntas. Además, vivimos una coyuntura
propicia para pensar en la perspectiva que se tiene de la vida y en algunas
creencias básicas acerca de qué podría ser mejor o
peor."