Los productores deben organizarse y competir,
afirmó en asamblea de la ANEC
El agro no está en crisis, vive un momento de
gran intensidad: subsecretario de Sagarpa
Movilización social, único recurso para
modificar políticas del gobierno hacia el sector: expertos
ROSA E. VARGAS Y MATILDE PEREZ
Frente a la desgravación de casi la totalidad de
los productos agropecuarios en el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN), cada quien adopta posiciones de acuerdo con el papel
que juega en el campo.
Mientras para el titular de la Subsecretaría de
Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Antonio
Ruiz García, el agro mexicano no está en crisis sino "viviendo
un momento de gran intensidad'', legisladores que presiden las comisiones
que tienen que ver con el campo hicieron el vacío al encuentro convocado
por la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos
del Campo (ANEC), y en medio, los productores agrícolas de todo
el país se preguntan si el gobierno federal decidirá solicitar
formalmente a sus socios revisar ese apartado del acuerdo comercial.
Al mismo tiempo, un par de académicos y expertos
en temas del campo, Alejandro Nadal y Armando Bartra, convienen en que
sólo la movilización campesina conseguirá modificar
la política gubernamental hacia el agro, y el senador priísta
José Bonilla apremia por una renegociación de ese apartado,
ante el "avasallamiento'' al campo mexicano que habrá a partir de
enero.
Desde
ahora también la tarea en la que muchos piensan converger: el año
que entra habrá tantos antiglobalizadores que será difícil
que, como está programado, la Organización Mundial de Comercio
(OMC) sesione en Cancún, o de plano, es posible que aquello se convierta
en un segundo Seattle. "Ojalá que se descarrile; las condiciones
están dadas. Ya nadie cree en la globalización y las crisis
en los países cada vez son más frecuentes y más violentas.
La movilización social es lo más importante'', dice el investigador
Nadal a un auditorio ávido de escuchar su exposición sobre
la crisis del modelo económico neoliberal y sus efectos en el campo.
Lo singular en esta sexta asamblea de la ANEC es que los
funcionarios de la Sagarpa la ubican como ejemplo de lo que deben ser las
organizaciones campesinas, pero de inmediato se retiran del auditorio y
ya no escuchan a quienes critican sus esquemas de aplicación a instrumentos
como el Procampo, las nuevas fórmulas para el crédito y,
sobre todo, el bajo precio de las cosechas.
Y es que, por ejemplo, para Ruiz García el campo
no tiene una situación más crítica hoy que hace 5,
6, o 7 años: "pienso todo lo contrario, que a partir de dos grandes
sucesos, el desmantelamiento de la agricultura del Estado y la apertura
comercial, empezamos a ver fenómenos positivos para el agro''.
Porque en su esquema, la organización de los productores
para los procesos de comercialización e industrialización
es "la gran esperanza del sector'', pues se empieza a reconocer "que el
nombre del juego se llama integración vertical y competitividad'',
dijo.
Ruiz García cita entonces a su jefe, Javier Usabiaga,
titular de la Sagarpa, cuando dice que México ha sido de los países
que en recientes décadas destinaron más dinero por campesino
en todo este continente, pero también es de los países que
tienen los peores resultados en el agro.
"El problema fue que gastamos, no invertimos." Ahora,
añadió, lo que debe reconocerse es que el recurso público
es un instrumento de inversión para el desarrollo y, partiendo de
los productores, identificar las inversiones estratégicas donde
el presupuesto puede tener viabilidad.
Y basado en el principio de que por primera vez el espacio
vacío que dejó el Estado en el campo "está siendo
llenado por los productores, y ese es el círculo virtuoso al que
tarde o temprano tenemos que entrar todos'', Ruiz García pidió:
"no confundamos el actual momento, terriblemente intenso, que vive el campo.
No hay que vivir en la inocencia e incluso en la inconciencia del agente
que genera riqueza en el sector agropecuario, del pasado... hoy tenemos
conciencia de que debemos organizar a los productores y tenemos que competir,
y eso genera tensión''.
Diputados, ausentes de la asamblea
Ante la ausencia -no se dieron explicaciones oficiales
de ello- de los diputados Jaime Rodríguez López, presidente
de la Comisión de Agricultura y Ganadería; de Oliverio Díaz
Cardona, presidente de la Comisión de Desarrollo Rural, y del senador
Jeffrey Max Jones, presidente de la Comisión de Asuntos Fronterizos,
el único legislador que habló ante la ANEC fue el priísta
José Bonilla, ex dirigente de la Confederación Nacional de
Propietarios Rurales, quien indirectamente se manifiesta por compactar
la propiedad rural al estilo de los países europeos como Holanda
y Alemania, pues "no es posible hacerle creer a una familia que va a vivir
con tres hectáreas o 40 surcos''.
Evoca que en la visita que realizó a esos países
constató que los productores que no pudieron tener propiedades mayores
de 80 hectáreas para dedicarlas al cultivo destinaron sus ranchos
a la "protección ecológica'' o como escenario turístico
para dejar constancia de cuál fue su actividad.
Con todo, Bonilla debió aceptar que más
allá de puntos de acuerdo en el que se pide al Ejecutivo que renegocie
el capítulo comercial del TLCAN no existe una exigencia formal del
Senado en este punto, pero dijo que ese es un asunto que urge, "porque
si no se hace una moratoria (de la apertura) el campo tenderá a
desaparecer''.
La sesión cerró con Armando Bartra, quien
habló enfático sobre la necesidad de un cambio de rumbo,
de una política agrícola y de desarrollo en el campo distinta.
"Que no nos vengan con blindajes de saliva; la producción
tiene que ser vista de otra manera."
Apeló también a la movilización como
recurso, y pidió a los campesinos que se vean no sólo como
productores de un determinado bien, sino como productores sociales, ambientales
y culturales, y asumir desde esa perspectiva su lucha sin excluirla de
las que deben darse por el crédito, los precios, etcétera.