Lo que los obispos critican son ideas, no conclusiones
del encuentro, aclara
Propone Menchú que la cumbre indígena
plantee relanzar el diálogo en Chiapas
"Las iglesias han sido medios de reproducción
y difusión del patriarcado", dicen
ROSA ROJAS ENVIADA
Oaxaca, Oax., 2 de diciembre. Rigoberta Menchú
Tum, premio Nobel de la Paz 1992, propuso hoy que la primera Cumbre de
Mujeres Indígenas de las Américas emita una declaración
en favor de la reanudación del diálogo en Chiapas. "Ya nadie
habla del proceso de paz", afirmó, indicando que se debe plantear
en ella que la población y en especial los indígenas que
viven en los 17 municipios autónomos zapatistas, puedan entrar y
salir de esos territorios sin problemas y sin temor. La propuesta fue acogida
por aclamación de las más de 300 delegadas.
Menchú recibió con reserva -haciendo gala
de la diplomacia aprendida en más de una década de cabildear
en la Organización de Naciones Unidas y otra década como
Nobel- el mensaje de la Comisión Episcopal de Indígenas (CEI)
a la cumbre, que hace críticas a los "documentos de trabajo", señalando
que "incitan a la violencia" y lamentando "que la cumbre pretenda imponer
el concepto de derechos sexuales y reproductivos".
"Documentos absolutamente preliminares"
Sopesando cuidadosamente sus palabras, Menchú agradeció
la atención de la Iglesia católica al evento y sus conclusiones.
"Nos parece importantísimo" -dijo- aclarando que la cumbre no ha
terminado y por consiguiente no hay ninguna conclusión, y procedió
a deslindar a la cumbre de los documentos criticados por la CEI: "Son documentos
que tienen autores, documentos absolutamente preliminares, elaborados por
equipos de consultores a nivel de los países... Por lo que nos parece
prematuro realmente pensar que esto eran conclusiones de la cumbre; son
redacciones, consultas, ideas que se trabajó, se socializó
a partir del momento en que se convoca".
-Los
obispos dicen que hay una serie de sugerencias que incitan a la violencia.
¿Hay algo en los documentos que puedan decir ellos que incita a
la violencia?
-Los documentos preliminares, que no son documentos de
la cumbre, sino una somera idea de consultores y de gente que trabajó
los documentos, es precisamente para generar una perspectiva de discusión.
-¿Hablar de derechos sexuales y reproductivos será
pecado?
-No quisiera responder eso en tanto que no hemos sacado
conclusiones. Yo presido la cumbre y quisiera presidirla hasta el final.
La presidencia de la cumbre, en mi caso, sólo voy a ratificar aquellos
documentos que van a salir de la cumbre.
-Ese escrito es una crítica; están descalificando
a la cumbre desde ahora, ¿no?
-Si para la gente del mundo las conclusiones de la cumbre
son impertinentes, estaremos dispuestos a recibir cualquier tipo de adversidades,
opiniones profundas, de divergencias de fondo, todo lo que sale de esta
cumbre va a ser nuestra guía, nuestra agenda en los proximos años.
Esta es la primera cumbre, es normal que habrá otras cumbres en
el futuro, pero en esta primera van a adoptarse un conjunto de posiciones
que vamos a defender en el futuro, pero esas posiciones no han salido hasta
ahora.
-Una cosa a título personal: ¿las indígenas
tienen derecho a tener derechos sexuales?
-Yo espero ahorita que no se confundan mis opiniones en
relación con las discusiones, porque precisamente los temas tan
delicados como espiritualidad, como la globalización, como las mujeres
indígenas, como tal se han hecho discusiones muy profundas a nivel
de las mesas y yo asumo totalmente y ratifico lo que las compañeras
digan.
En la plenaria matutina, en la que se dieron a conocer
las conclusiones de los grupos de trabajo sobre los diferentes temas que
discutieron las delegadas la tarde anterior, en la mesa sobre Género
desde la visión de las mujeres indígenas se concluyó
que "las iglesias han sido uno de los medios de reproducción y difusión
del patriarcado"; "es necesario hablar de género no como palabra,
sino como acción" y que "lo que las mujeres no hacemos por nosotras
nadie lo hará por nosotras".
Se sugiere, para el plan de acción, "analizar desde
la crítica constructiva los movimientos fundamentalistas que plantean
nuevas filosofías en cuanto a la dualidad", así como rescatar
el respeto entre hombres y mujeres; mujeres y mujeres.
Además "promover sistemas de salud reproductiva,
educación sexual y de la sexualidad de las mujeres indígenas
desde su cosmovisión". Dar alternativas económicas que permitan
ejercer "nuestros enfoques de género y nuestros derechos".
Igualmente, incidir en la cooperación y asistencia
técnica internacional, de forma que toda acción desarrollada
en la región incorpore el enfoque de género y asigne una
cuota financiera que beneficie a las mujeres hasta en 50 por ciento.
"Las mujeres indígenas debemos mirar hacia arriba,
el costado y al frente, ante el peligro de reproducir lo que no queremos".
En las propuestas para la declaración de la cumbre,
se afirma: "El sistema del Estado patriarcal y centralista ha marcado,
estereotipado y definido a las mujeres indígenas bajo elementos
económicos, sociales, políticos, jurídicos, morales,
éticos, sexuales, generacionales y de clase de carácter excluyentes,
discriminatorios, opresores y desiguales. Todo esto ha ocasionado el poco
o casi (nulo) acceso de las mujeres a los diferentes servicios básicos,
recursos y al poder".
"Es necesario retomar tres principios de la cosmovisión:
la dualidad o la doble mirada no en competencia sino en reconocimiento,
como el principio que debemos respetar todos; el equilibrio como la paridad,
y la complementariedad como el complemento de la otra, como un hilo común
pero no parte de ella."
Se añade: "Las mujeres indígenas enfrentan
múltiples discriminaciones, por ser mujer, por ser indígena,
por ser pobre económicamente, por edad, educación, por falta
de información, etcétera".
Se señala que todavía hay problemas en las
comunidades para abordar el tema de género; que la equidad de género
"no sólo no es posible por la pobreza, sino también por la
resistencia que hay en todos los ámbitos de la vida, lo que impide
que las mujeres defiendan sus derechos" y que la discriminación
se da "desde nuestras propias familias...".
En la mesa sobre Desarrollo indígena y globalización
se propuso mantener una resistencia cultural, social y de identidad indígena;
luchar por el reconocimiento y defensa de los territorios ancestrales y
los derechos de los pueblos indígenas; generar un concepto de etnodesarrollo
y autogestión; capacitación para las mujeres indígenas
en los instrumentos jurídicos, políticos, sociales y económicos
y garantizar la participación de las mujeres indígenas en
los diferentes espacios nacionales e internacionales; fortalecer el ejercicio
de autonomía para el control territorial, ambiental, social y cultural.
En la mesa sobre Espiritualidad, educación y cultura
se proponen medidas para fortalecer y mantener los conocimientos ancestrales,
como la creación de proyectos educativos propios que rescaten los
rituales olvidados o impulsar que los centros formadores de recursos humanos
incorporen en su currículum aspectos relativos a la conceptualización
de la espiritualidad.
Tras la plenaria, Menchú recibió el Premio
Iberoamericano José Martí, que otorga la Fundación
Iberoamericana Cultural y Científica que lleva el nombre del prócer
cubano, de manos del ex ministro de Cultura de Cuba Armando Hart y de Rolando
Rodríguez García, ambos vicepresidentes de la citada fundación,
por su lucha en favor de los derechos de los pueblos indios de América
y por la dignidad, la paz y la justicia.