Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 3 de diciembre de 2002
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Política
Lo que los obispos critican son ideas, no conclusiones del encuentro, aclara

Propone Menchú que la cumbre indígena plantee relanzar el diálogo en Chiapas

"Las iglesias han sido medios de reproducción y difusión del patriarcado", dicen

ROSA ROJAS ENVIADA

Oaxaca, Oax., 2 de diciembre. Rigoberta Menchú Tum, premio Nobel de la Paz 1992, propuso hoy que la primera Cumbre de Mujeres Indígenas de las Américas emita una declaración en favor de la reanudación del diálogo en Chiapas. "Ya nadie habla del proceso de paz", afirmó, indicando que se debe plantear en ella que la población y en especial los indígenas que viven en los 17 municipios autónomos zapatistas, puedan entrar y salir de esos territorios sin problemas y sin temor. La propuesta fue acogida por aclamación de las más de 300 delegadas.

Menchú recibió con reserva -haciendo gala de la diplomacia aprendida en más de una década de cabildear en la Organización de Naciones Unidas y otra década como Nobel- el mensaje de la Comisión Episcopal de Indígenas (CEI) a la cumbre, que hace críticas a los "documentos de trabajo", señalando que "incitan a la violencia" y lamentando "que la cumbre pretenda imponer el concepto de derechos sexuales y reproductivos".

"Documentos absolutamente preliminares"

Sopesando cuidadosamente sus palabras, Menchú agradeció la atención de la Iglesia católica al evento y sus conclusiones. "Nos parece importantísimo" -dijo- aclarando que la cumbre no ha terminado y por consiguiente no hay ninguna conclusión, y procedió a deslindar a la cumbre de los documentos criticados por la CEI: "Son documentos que tienen autores, documentos absolutamente preliminares, elaborados por equipos de consultores a nivel de los países... Por lo que nos parece prematuro realmente pensar que esto eran conclusiones de la cumbre; son redacciones, consultas, ideas que se trabajó, se socializó a partir del momento en que se convoca".

-Los obispos dicen que hay una serie de sugerencias que incitan a la violencia. ¿Hay algo en los documentos que puedan decir ellos que incita a la violencia?

-Los documentos preliminares, que no son documentos de la cumbre, sino una somera idea de consultores y de gente que trabajó los documentos, es precisamente para generar una perspectiva de discusión.

-¿Hablar de derechos sexuales y reproductivos será pecado?

-No quisiera responder eso en tanto que no hemos sacado conclusiones. Yo presido la cumbre y quisiera presidirla hasta el final. La presidencia de la cumbre, en mi caso, sólo voy a ratificar aquellos documentos que van a salir de la cumbre.

-Ese escrito es una crítica; están descalificando a la cumbre desde ahora, ¿no?

-Si para la gente del mundo las conclusiones de la cumbre son impertinentes, estaremos dispuestos a recibir cualquier tipo de adversidades, opiniones profundas, de divergencias de fondo, todo lo que sale de esta cumbre va a ser nuestra guía, nuestra agenda en los proximos años. Esta es la primera cumbre, es normal que habrá otras cumbres en el futuro, pero en esta primera van a adoptarse un conjunto de posiciones que vamos a defender en el futuro, pero esas posiciones no han salido hasta ahora.

-Una cosa a título personal: ¿las indígenas tienen derecho a tener derechos sexuales?

-Yo espero ahorita que no se confundan mis opiniones en relación con las discusiones, porque precisamente los temas tan delicados como espiritualidad, como la globalización, como las mujeres indígenas, como tal se han hecho discusiones muy profundas a nivel de las mesas y yo asumo totalmente y ratifico lo que las compañeras digan.

En la plenaria matutina, en la que se dieron a conocer las conclusiones de los grupos de trabajo sobre los diferentes temas que discutieron las delegadas la tarde anterior, en la mesa sobre Género desde la visión de las mujeres indígenas se concluyó que "las iglesias han sido uno de los medios de reproducción y difusión del patriarcado"; "es necesario hablar de género no como palabra, sino como acción" y que "lo que las mujeres no hacemos por nosotras nadie lo hará por nosotras".

Se sugiere, para el plan de acción, "analizar desde la crítica constructiva los movimientos fundamentalistas que plantean nuevas filosofías en cuanto a la dualidad", así como rescatar el respeto entre hombres y mujeres; mujeres y mujeres.

Además "promover sistemas de salud reproductiva, educación sexual y de la sexualidad de las mujeres indígenas desde su cosmovisión". Dar alternativas económicas que permitan ejercer "nuestros enfoques de género y nuestros derechos".

Igualmente, incidir en la cooperación y asistencia técnica internacional, de forma que toda acción desarrollada en la región incorpore el enfoque de género y asigne una cuota financiera que beneficie a las mujeres hasta en 50 por ciento.

"Las mujeres indígenas debemos mirar hacia arriba, el costado y al frente, ante el peligro de reproducir lo que no queremos".

En las propuestas para la declaración de la cumbre, se afirma: "El sistema del Estado patriarcal y centralista ha marcado, estereotipado y definido a las mujeres indígenas bajo elementos económicos, sociales, políticos, jurídicos, morales, éticos, sexuales, generacionales y de clase de carácter excluyentes, discriminatorios, opresores y desiguales. Todo esto ha ocasionado el poco o casi (nulo) acceso de las mujeres a los diferentes servicios básicos, recursos y al poder".

"Es necesario retomar tres principios de la cosmovisión: la dualidad o la doble mirada no en competencia sino en reconocimiento, como el principio que debemos respetar todos; el equilibrio como la paridad, y la complementariedad como el complemento de la otra, como un hilo común pero no parte de ella."

Se añade: "Las mujeres indígenas enfrentan múltiples discriminaciones, por ser mujer, por ser indígena, por ser pobre económicamente, por edad, educación, por falta de información, etcétera".

Se señala que todavía hay problemas en las comunidades para abordar el tema de género; que la equidad de género "no sólo no es posible por la pobreza, sino también por la resistencia que hay en todos los ámbitos de la vida, lo que impide que las mujeres defiendan sus derechos" y que la discriminación se da "desde nuestras propias familias...".

En la mesa sobre Desarrollo indígena y globalización se propuso mantener una resistencia cultural, social y de identidad indígena; luchar por el reconocimiento y defensa de los territorios ancestrales y los derechos de los pueblos indígenas; generar un concepto de etnodesarrollo y autogestión; capacitación para las mujeres indígenas en los instrumentos jurídicos, políticos, sociales y económicos y garantizar la participación de las mujeres indígenas en los diferentes espacios nacionales e internacionales; fortalecer el ejercicio de autonomía para el control territorial, ambiental, social y cultural.

En la mesa sobre Espiritualidad, educación y cultura se proponen medidas para fortalecer y mantener los conocimientos ancestrales, como la creación de proyectos educativos propios que rescaten los rituales olvidados o impulsar que los centros formadores de recursos humanos incorporen en su currículum aspectos relativos a la conceptualización de la espiritualidad.

Tras la plenaria, Menchú recibió el Premio Iberoamericano José Martí, que otorga la Fundación Iberoamericana Cultural y Científica que lleva el nombre del prócer cubano, de manos del ex ministro de Cultura de Cuba Armando Hart y de Rolando Rodríguez García, ambos vicepresidentes de la citada fundación, por su lucha en favor de los derechos de los pueblos indios de América y por la dignidad, la paz y la justicia.

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