FOX: DOS AÑOS DE GOBIERNO
Seguro popular, apuesta oficial para resolver el
problema
Instituciones de salud, al borde de la insolvencia
En 10 años, el IMSS no podrá continuar
con la prestación de servicios: Levy Posible desabasto de fármacos
en el ISSSTE
ANGELES CRUZ
El segundo año de gobierno foxista termina para
el sector salud en medio de una crisis económica en las instituciones
de seguridad social que, a decir de sus directores, prácticamente
las mantiene en una situación de insolvencia, y con la decisión
de la Secretaría de Salud (Ssa) de impulsar la restructuración
financiera del sistema sanitario.
Con la premisa de que los recursos destinados al sector
son parte de la inversión que el país debería hacer
para alcanzar el desarrollo económico, la Ssa apuesta a convencer
a los legisladores para que incrementen los fondos destinados al ramo,
y principalmente a legitimar la existencia del seguro popular de salud.
Este
panorama podría cambiar si el titular de la Ssa, Julio Frenk Mora,
logra la dirección general de la Organización Mundial de
la Salud, puesto para el que fue postulado por el gobierno de la República,
y para lo cual empezó actividades en busca de los votos de los países
miembros del organismo, con "pasarelas" en foros internacionales, acompañando
al presidente Vicente Fox Quesada. Mañana asistirá a la celebración
del 100 aniversario de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), que se realiza en Washington.
En cuanto a los programas de la Ssa, a diferencia del
primer año de gobierno, en el cual la dependencia presentó
más de 20 estrategias para mejorar la salud de los mexicanos, en
2002 se enfocó en la consolidación del seguro popular, que
pretende ser el proyecto social más importante del sexenio.
De acuerdo con los lineamientos de la estrategia, beneficiará
a la población que no tiene acceso a los servicios de seguridad
social, y está basado en un esquema financiero similar al de los
institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios
Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), es decir, de aportación
tripartita. Su principal objetivo es terminar con la desigualdad en el
acceso a la atención médica y evitar el empobrecimiento de
alrededor de 2 millones de familias que cada año enfrentan gastos
catastróficos para curar sus enfermedades.
Con el propósito de introducir el seguro popular
en la política de Estado, el Ejecutivo federal envió al Senado
de la República una iniciativa para reformar la Ley General de Salud.
Descapitalización en la seguridad social
El director general del IMSS, Santiago Levy Algazi, empezó
a hablar abiertamente de lo que ya era un secreto a voces: la crisis financiera
que enfrenta la institución y el riesgo de insolvencia que la amenaza
por el régimen de jubilaciones y pensiones de sus trabajadores,
así como por la insuficiencia de recursos del Seguro de Gastos Médicos
de Pensionados.
Levy Algazi planteó la problemática casi
siempre en tono alarmista; incluso señaló ante legisladores
que de no actuarse a la brevedad, en 10 años el IMSS no podrá
continuar con la prestación de los servicios médicos, y para
evitar esto es necesario reformar la Ley del Seguro Social. De no hacerlo,
advirtió, el monto que se necesitará para rescatar al instituto
será superior al destinado al Fobaproa.
En días pasados, el funcionario planteó
que los cambios a la legislación podrían presentarse en uno
o dos años, y mientras deben analizase las alternativas, entre ellas
incrementar la edad de retiro, limitar los beneficios de la seguridad social,
establecer un sistema de copago de medicamentos y modificar el régimen
de pensiones.
En el ISSSTE también sobresalió la descapitalización,
que desde hace varios años lo mantiene prácticamente en quiebra
financiera. El director general de esta institución, Benjamín
González Roaro, planteó en diversos sitios la problemática
que enfrenta, y que este año se vio agravada por los recortes presupuestales.
El funcionario admitió el riesgo de desabasto en
las unidades médicas, y dijo que los 45 mil millones de pesos asignados
al ISSSTE en 2002 no alcanzaban para cubrir las necesidades de fármacos
y material de curación, y que los ingresos adicionales por aportaciones
de las dependencias de gobierno le permitieron solventar el problema.
A pesar de la crítica situación financiera,
a la fecha las autoridades del instituto no han planteado con claridad
las alternativas de solución, y según el proyecto de Presupuesto
de Egresos de la Federación, el próximo año no será
distinto. Apenas se le destinan 4 mil millones de pesos más respecto
a lo ejercido en 2002. Esa cantidad forma parte del subsidio fiscal que
se utiliza para el pago de más de 400 mil pensiones y jubilaciones,
y que en el próximo año ascenderá a 26 mil millones
de pesos, de los cuales 17 mil millones provienen de las arcas federales.