Egresados del Centro de Investigación
Coreográfica del INBA presentaron su opera prima
Los personajes de Cien años de soledad
danzaron en El Hábito
La Cuerda Floja ofrece un universo de ''anhelos y ambiguas
aspiraciones'' a partir de la novela de García Márquez
Fusión de danza contemporánea, teatro, video y música
en vivo
ARTURO JIMENEZ
El coronel Aureliano, su hermano José Arcadio,
la madre de ambos, Ursula, así como Amaranta, la niña Remedios,
Amaranta Ursula y Rebeca, entre otros personajes de la novela Cien años
de soledad, de Gabriel García Márquez, aparecen en la
puesta La soledad de los Buendía, representada la noche del
miércoles en el teatro bar El Hábito.
Se trata de una versión muy libre que fusiona de
manera multidisciplinaria danza contemporánea, voces o monólogos
teatrales, imágenes en video y música en vivo con la joven
compañía La Cuerda Floja, integrada por estudiantes y egresados
del Centro de Investigación Coreográfica del Instituto Nacional
de Bellas Artes.
Imágenes, sensaciones, colores
Patricia
Hernández, encargada de la dirección y de la coreografía
junto con Itzia Nieves, señala:
''La puesta surgió de leer y enamorarnos de la
novela, y a partir de ahí conjuntamos nuestras ideas: Itzia con
la experiencia que tiene en teatro y yo más en lo dancístico.
La historia de Cien años de soledad no aparece tal cual,
sino que tomamos imágenes, momentos, sensaciones, colores."
Con dos años de fundado el grupo, La soledad
de los Buendía es su primera coreografía, que estrenaron
hace poco más de un año en el Foro Lenin, luego de otro tiempo
similar de investigación, experimentación y montaje.
''Queremos que una de las características de La
Cuerda Floja sea fusionar distintas disciplinas artísticas, como
danza, teatro, música, artes plásticas y visuales mediante
un trabajo de equipo, cada quien en su especialidad como creadores", comenta
Itzia Nieves.
Cuentan que en el proceso de investigación y experimentación
surgieron muchos textos escritos por ambas y que otros, los menos, los
extrajeron como citas breves de Cien años de soledad, de
acuerdo con las imágenes que les iba dando la danza.
De sueños y símbolos
En La soledad de los Buendía aparecen seis
bailarinas-personajes con vestidos beige y, en uno de sus movimientos,
estiran los brazos al frente, como en un intento de jalar al espectador
para introducirlo a su mundo ''onírico y simbólico", permeado
por ''anhelos y ambiguas aspiraciones".
Y en ese afán los movimientos dancísticos
de ellas y de otros dos bailarines se intercalan con las imágenes
de video en la pared, con música en vivo o grabada y con monólogos
y voces en off.
En ese contexto puede verse, por ejemplo, a un coronel
Aureliano en su banco de trabajo, quizá presa de algún delirio
o fabricando peces de oro, o a un José Arcadio imponiendo su presencia
o, en otra escena, transfigurado en anunciador de circo, el cual, por lo
demás, es recreado mediante máscaras, malabares, contorsiones
y otras suertes y artes.
Aparte de su estreno en el Foro Lenin, La soledad...
ya fue representada en el Museo Universitario del Chopo y en ''La fuente"
del Centro Cultural Universitario, ambos espacios de la UNAM. Además
de la posible segunda representación en El Hábito, participará
en un festival en Cuenca, Ecuador, a principios de enero.
Hernández, Nieves y La Cuerda Floja preparan dos
coreografías multidisciplinarias, aunque ahora más apoyadas
en las artes plásticas y la fotografía que en el video: una
con el tema de las mujeres de su generación, es decir, las de poco
más de 20 años, y otra basada en cuentos infantiles, cuya
autoría es de ellas mismas.