Ponencia de Adolfo Sánchez Vázquez en el Día Internacional de la Filosofía
Las humanidades desaparecen en las universidades privadas
El mercado y el dinero son los dioses supremos de la actualidad, señaló el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2002 ''No sólo se trata de entender el mundo, sino de transformarlo''
KARINA AVILES Y CARLOS PAUL
El filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, recientemente distinguido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2002, advirtió que en el sistema actual regido por el capitalismo se rinde ''culto supremo a los nuevos dioses" que son el ''mercado y el dinero", mientras que la filosofía y las humanidades desaparecen de las universidades privadas y hay una tendencia a reducir su presencia en las de carácter público.
En la celebración del Día Internacional de la Filosofía, el profesor emérito de la UNAM destacó que no obstante los embates que ha sufrido y sufre la filosofía, esta disciplina acrecienta su importancia, porque los problemas engendrados por el sistema social y económico se han agravado.
Afirmación de principios y valores
La filosofía tiene especial importancia y escapa a la estrecha visión egoísta y pragmática del hombre común y corriente. ''Se trata de una disciplina con un territorio propio que no rivaliza con el de la ciencia, aunque se basa en ella, y finalmente es una actividad que por no ser rentable escapa a toda mercantilización".
En el aula magna de la Facultad de Filosofía y Letras, Sánchez Vázquez explicó que puesto que en toda filosofía hay un componente ideológico, el sistema económico y social vigente -mediante lo que hay en ella de valoración, de comportamiento humano, moral, político y religioso- no deja de interesarse en ella, por lo que propicia y promueve una disciplina que por su contenido ideológico afirma principios y valores que justifican su existencia.
Omnipotencia del mercado
Uno de los embates que intenta reducir la importancia, función e influencia de la filosofía en el mundo contemporáneo, es el que desarrolla el capitalismo en su fase neoliberal, en la que rige la omnipotencia del mercado y la transformación de toda actividad en mercancía, principios que califican al saber filosófico, como a las humanidades, de una actividad no productiva ni rentable, explicó Sánchez Vázquez.
Un segundo embate ''tiene que ver con la constitución y desarrollo de la ciencia moderna. De acuerdo con esta concepción, la ciencia haría innecesaria a la filosofía, en cuanto que el verdadero conocimiento queda en manos de la ciencia, pues la filosofía no contrasta sus proposiciones con la realidad y sólo le quedaría el campo de la especulación o la imaginación. Sin embargo, el desarrollo de la ciencia necesita de la filosofía, no sólo para examinar sus criterios de verdad, los fundamentos mismos de la ciencia, sino incluso para esclarecer los fines, el sentido, el significado moral de ese desarrollo científico".
Mercantilización generalizada
Un tercer embate ''es el de la mercantilización generalizada y la hegemonía del valor de cambio, propios del capitalismo en su fase neoliberal".
En ese sistema -destacó el autor de Estética y marxismo- ''en el que todos los valores se supeditan a los valores de cambio, el saber filosófico, como las humanidades no son productivas o rentables. Sí lo es, en cambio, el de la ciencia, sobre todo la que, aplicada como tecnología, se convierte en fuerza productiva y contribuye por tanto a crear valores de cambio.
Sánchez Vázquez, luego de reflexionar sobre las libertades individuales y colectivas, la desigualdad social y el individuo que se vuelve objeto, instrumento o mercancía, concluyó ''que de lo que se trata no es sólo de entender al mundo mediante la filosofía, sino de transformarlo''.
La igualdad no es clonación
Moderada por Jorge Martínez Contreras, en la primera mesa de trabajo del Día Internacional de la Filosofía también participaron Ramon Xirau, Juliana González, quien reflexionó sobre el desarrollo de la metafísica y diversas cuestiones ontológicas y bioéticas. Se leyó también un texto de Leopoldo Zea, quien luego de definir y explicar las maneras de filosofar a lo largo del tiempo y el mundo, apuntó:
''Filosofar es reconocerse entre los otros. La igualdad no es clonación. La igualdad se da en la inevitable diferencia. Todos iguales por ser distintos, pero no tan distintos que unos puedan ser más humanos que otros, por ello no puedo exigir a otro lo que no estoy dispuesto a aceptar. Se trata de comprender y hacerse comprender, no de someter a otros, no se trata de disyuntivas entre el bien y el mal, es algo que nosotros originamos. No se trata de vivir o sobrevivir, sino de saber porqué se vive y sobrevive. Estos son los retos de la filosofía como tal en el nuevo milenio".