Amplia oferta cultural en el programa oficial de la isla en la FIL de Guadalajara
El quehacer literario de Cuba refrenda su tradicional vocación de universalidad
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Más de 120 actividades literarias, académicas y culturales integran el programa oficial que presentará la delegación de Cuba en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que este año tiene a la isla como país invitado de honor.
Durante nueve días -del 30 de noviembre al 8 de diciembre- la capital tapatía acogerá a la mayor delegación cultural -más de 600 miembros- que jamás haya salido de la tierra de José Martí. Escritores, editores, historiadores, artistas plásticos, poetas, académicos, investigadores, músicos, cantantes, bailarines, compositores, ofrecerán una muestra inédita de la vitalidad y diversidad de la cultura cubana.
El programa, obviamente, tiene como eje la literatura. Entre las actividades relacionadas con la materia, destaca la entrega del Premio Internacional de Literatura Juan Rulfo al poeta Cintio Vitier, cofundador, junto con José Lezama Lima y Eliseo Diego, de la legendaria revista Orígenes. También cabe señalar los homenajes que se ofrecerán a eminentes personajes de las letras cubanas: Nicolás Guillén, Dulce María Loynaz, Alejo Carpentier, Roberto Fernández Retamar, José Martí, José Lezama Lima y Eliseo Diego.
Se efectuarán las mesas redondas Cine, drama y literatura en Cuba; Narrativa cubana contemporánea; Voces femeninas de la literatura cubana; Poesía cubana contemporánea; Literatura cubana de la diáspora; Identidad y literatura: género y etnos..., y Creación literaria y lectura en Cuba.
Apertura y diversidad
De acuerdo con Edel Morales, vicepresidente del Instituto Cubano del Libro, el sello distintivo del actual quehacer literario en la isla es el refrendo de su tradicional vocación de universalidad: ''Desde sus orígenes, la literatura cubana se ha constituido a partir de la asimilación de lo mejor de la literatura universal. Desde el siglo XIX y parte del siglo XX cubano, en todos los escritores ha existido esa apertura y esa diversidad. Hubo un periodo, en la década de los 70, en que las políticas de algunos sectores gubernamentales contradecían la manera en que la Revolución asumió la creación y las políticas hacia la creación -de apertura y diversidad-. Esos años fueron un paréntesis, que de alguna manera pudiera relacionarse con periodos anteriores, como el de los primeros 50 años del siglo XX, que llamamos la República Colonial, en que no había una política de inclusión, un sitio suficientemente flexible y eficaz para asumir esa diversidad. Después de los años 70, apertura y diversidad se recuperan como una política estatal desde principios de los años 90, en coincidencia con la entrada en el mundo literario de una nueva generación de escritores y la formulación de una lógica institucional distinta hacia la creatividad".
Morales recuerda un aspecto que será perceptible en el programa diseñado para la FIL: ''La literatura de Cuba es producida en muchos lugares del mundo, con un tronco esencial. En la isla está lo más valioso de la creación literaria cubana, pero entre lo que se escribe fuera y lo que se escribe dentro, se encuentra un signo de identidad que recoge lo mejor de esa tradición de apertura y diversidad que históricamente la sustenta".
Esta breve revisión permite a Edel Morales afirmar que el rasgo esencial de la actual literatura cubana es la diversidad: ''No existe un centro dominante, se nutre de diferentes experiencias de vida y lecturas que permiten que se vaya conformando un aporte realmente importante". Estima que la literatura cubana está en lo que puede considerarse el momento previo a la maduración de una parte de esa relación, entre experiencias de vida y lecturas diversas.