Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 19 de noviembre de 2002
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Capital

El único sobreviviente está fuera de peligro pero no podrá hablar en 15 días: Bátiz

Continúan las investigaciones sobre el asesinato de una familia en Tlalpan

La necropsia reveló que los asesinos probablemente violaron a dos de sus víctimas

SUSANA GONZALEZ Y MIRNA SERVIN

Los responsables de asesinar a los cinco integrantes de la familia Narezo Loyola y a dos empleadas domésticas, podrían haber agredido sexualmente por lo menos a dos mujeres: la hija mayor de la familia, Andrea, de 17 años de edad, y Margarita Santiago Cortés, de 25 años, quien visitaba a su prima, que laboraba en la casa donde ocurrió el crimen, en Tlalpan.

Así lo revelan los resultados de la necropsia realizada por los peritos del Servicio Médico Forense, cuyo titular, José Ramón Fernández Cáceres, precisó que se encontraron rastros de coito reciente en ambas jóvenes, pero acotó que para determinar si fueron violadas se requiere realizar más exámenes de laboratorio y lo mismo tendrá que hacerse respecto al resto de los asesinados.

Sobre Juan Pablo Quintana, amigo de la familia y quien, como sobreviviente de la masacre, es también el principal testigo, el procurador capitalino Bernardo Bátiz aseguró que se encuentra fuera de peligro, luego de haber sido intervenido quirúrgicamente en el Hospital Médica Sur, pues fue herido en el cuello con un arma punzocortante.

No obstante, Bátiz dijo que por el momento el joven no podrá hablar, pues su herida tardará en sanar alrededor de 15 días; reiteró que es protegido por agentes judiciales. También informó que los peritos revisan el taller mecánico propiedad del jefe de familia, así como la casa donde ocurrieron los hechos "para encontrar cualquier vestigio, cualquier huella; se está viendo milímetro por milímetro", pero se abstuvo de confirmar o negar la existencia de un video, presuntamente grabado desde el sistema de seguridad de una casa vecina, en el que al parecer el hijo mayor aparece acompañado en su automóvil por un sujeto de unos 40 años cuando llegó a su casa.

En torno a la manera en que fueron ejecutadas las víctimas, Fernández Cáceres detalló que Andrea, Margarita, Cecilia de los Angeles Machado -empleada de la casa- y la hija menor de la familia -Andrea Narezo Loyola, quien apenas tenía 8 años de edad- fueron degolladas. Los tres adultos restantes murieron por disparos a quemarropa. Ellos fueron Ricardo Narezo Benavides y su esposa Diana Loyola Bautista, así como del primogénito de ambos, Ricardo, cuyo cadáver, a diferencia de los demás, fue encontrado afuera de la casa, cubierto prácticamente con una planta de bambú en el jardín.

Sin embargo, señaló que todos los integrantes de la familia y las jóvenes empleadas, ambas provenientes de Oaxaca, presentaban huellas de haber sido maniatados y golpeados, además de haber recibido varias heridas en el cuerpo con objetos punzocortantes. Tan sólo el padre recibió 17 heridas de este tipo.

Damián Canales, jefe de la Policía Judicial, pidió la colaboración de la gente, tal como lo hizo un día antes el procurador capitalino Bernardo Bátiz, para aportar cualquier dato. Precisó que las autoridades rastrean el paradero de un automóvil de la familia, el Jetta color negro matrícula 838 KPN, donde presuntamente huyeron los asesinos, ya que se aclaró que el segundo vehículo que se buscaba fue vendido.

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