Luego de ser rescatados de la calle, los niños eran sodomizados y prostituidos

Investigan en España a orden católica que utilizó sexualmente a menores

La Guardia Civil arrestó al máximo responsable del grupo, pero fue liberado bajo cargos

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, España, 6 de noviembre. Cuando Marco Antonio Rosendo tenía 15 años la vida parecía sonreírle, quizá por primera vez: de las calles de Caracas, donde vivía con su madre enferma y sus tres hermanos, fue rescatado por una orden "católica y benéfica" que lo trasladó a un convento en el sur de España, donde, sin embargo, nueve meses después de cruzar el Atlántico sufrió sodomizaciones y otras vejaciones sexuales, y se le forzó a ejercer la prostitución.

El máximo responsable de la orden franciscana Hermanos Obreros de la Cruz, que cuenta con varios centros de "asistencia" en la región, fue detenido por la Guardia Civil ante las reiteradas denuncias de huérfanos o desamparados como Rosendo, en lo que podría ser el primer caso en España de abusos sexuales a niños por parte de miembros de la Iglesia católica.

Un centro "benéfico" llamado El Santísimo, situado en la localidad gaditana Medina-Sidonia, fue el claustro donde el joven venezolano sufrió, junto con otros, el doloroso calvario de quedar a merced de frailes supuestamente dedicados a la "ayuda al prójimo". José Herrera Pérez-Blanco, religioso de unos 50 años y conocido como el hermano Pepe, fue puesto desde el domingo pasado a disposición judicial por presuntos delitos de "abusos deshonestos y agresión sexual", si bien esta misma tarde, después de prestar declaración, fue puesto en libertad con cargos.

Rosendo cumplió los 16 años bajo la potestad del hermano Pepe, quien fungió como "protector" del adolescente durante cuatro años más, hasta que el joven venezolano decidió huir de El Santísimo, y dejar como único testimonio del infierno que tuvo que sufrir unas 200 cartas que repartió entre los vecinos del pueblo, en las que denunciaba las prácticas sodomitas y vejatorias a las que le sometieron los frailes.

Sin embargo, todo quedó en el olvido hasta que el pasado 5 de julio Angel Sánchez Rus, un joven español que huyó de su casa a los 15 años al ser víctima de la violencia doméstica y fue acogido por esta misma orden, denunció ante la Guardia Civil su caso, similar al de Rosendo. Fue entonces cuando el joven venezolano se sumó a la denuncia contra la organización de los Hermanos Obreros de la Cruz, que se califica como "benéfica" y "católica".

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Unos meses después de que Rosendo viajó de su natal Venezuela a Cádiz empezó un acoso que consistió en realizar desde "favores sexuales" a los frailes, hasta ejercer la prostitución, ya que, según relató el afectado, los miembros de la orden lo chantajearon emocionalmente al prometerle traer a sus tres hermanos a España y pagar una operación a la que tenía que someterse su madre. El propio Rosendo dice contar con fotografías y videos en los que se documenta parte de este trato vejatorio, que se atrevió a denunciar desde su actual lugar de residencia, Alicante, Valencia.

El caso de Angel Sánchez Rus es similar: cuando escapó de su casa huyendo de los malos tratos pidió auxilio a una de las casas de acogida que esta orden religiosa tiene en Ceuta, donde hay cientos de niños de la calle. En 1995 fue trasladado a El Santísimo, que puede albergar a 200 personas y que recibe diversas ayudas públicas, entre ellas la del ayuntamiento y de la comunidad autónoma de Andalucía.

El joven español acusó no sólo al hermano Pepe de las violaciones reiteradas que sufrió durante siete años, sino también a los frailes José Amado Morejón e Isidoro Lezcano Guerra, quienes están en libertad, de haberlo forzado a la prostitución.

Sánchez Rus, quien hoy tiene 31 años y que trabajó para la congregación, explicó que la denuncia la presentó porque "tenía que dar este paso por una pura cuestión de liberación personal, porque necesito descargarme de todo lo que he ido llevando dentro y que en muchos momentos de mi vida me ha hecho sentirme culpable. No busco venganza, lo que estoy haciendo ahora es un reto que me he marcado para superarme y sentirme algún día una persona normal".

Según el testimonio que prestó ante las dependencias policiales, estos abusos sexuales se realizaron con regularidad tanto en el centro de la orden en Ceuta como en Medina-Sidonia hasta hace unos tres años. "Para mí llegó un momento en el que aquello me parecía tan normal como lavarme la cara. Lo hacía por los demás. Porque estaba tan manipulado que pensaba que de mí dependía la suerte de los niños y los deficientes acogidos. Ahora me doy cuenta de que han jugado y se han aprovechado de mi debilidad y mi necesidad", reiteró Sánchez, que incluso acusó a los frailes de instigarle a realizar actividades delictivas relacionadas con el tráfico de drogas, pues -sostiene- "hay muchas cosas oscuras en los Obreros de la Cruz, por muy frailes que digan que son".

Las amenazas

Una vez que desde julio pasado empezó el goteo de denuncias judiciales contra la congregación religiosa, los dos principales testigos -los jóvenes venezolano y español- han denunciado haber recibido diversas amenazas por teléfono e incluso algún intento de soborno para que no declararan contra la orden. Rosendo recordó que le han hecho al menos cuatro llamadas telefónicas. En una le advirtieron que lo "quitarán de en medio" si no retira las denuncias, y en otra le ofrecieron 10 mil dólares a cambio de una declaración firmada en la que niega los supuestos delitos sexuales de los frailes investigados.