La derrota, por la incapacidad demócrata, dice estratega del triunfo electoral de Clinton
Ofensiva de Bush para imponer su agenda legislativa conservadora
El presidente contará con 51 de los cien senadores, y con mayoría de 20 curules en la Cámara
El mandatario ha conseguido "una gran victoria", admite el ex vicepresidente Walter Mondale
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 6 de noviembre. Washington amaneció republicano, con los tres poderes del gobierno en manos de ese partido político. Sin desperdiciar un momento, el presidente George W. Bush empezó hoy a implementar una ambiciosa agenda legislativa conservadora, horas después de que las históricas elecciones intermedias llevaron a su instituto a retomar el control de ambas cámaras del Congreso y ofrecieron un espaldarazo popular a las políticas de uno de los mandatarios más conservadores de es-te país en décadas.
Esta coyuntura marca la primera vez en un siglo que un presidente republicano no ha perdido escaños legislativos en una elección intermedia.
Este triunfo es aún más sorprendente ya que se produjo en un momento en el que existe una economía anémica, los mercados de valores están a miles de puntos por debajo de donde se encontraban hace apenas un año, los es-cándalos empresariales continúan arrojando consecuencias negativas y prevalece una amplia incertidumbre tanto sobre el futuro in-mediato de la economía doméstica como de la anunciada guerra contra el "terrorismo".
Los resultados finales no se co-nocerán con precisión en algún tiempo, pero cuando el nuevo Congreso comience su periodo en ene-ro, los republicanos contarán con 51 votos de los cien en el Senado y habrán incrementado su margen de mayoría en la Cámara de Representantes en hasta 20 votos.
Todos los temas a favor
"Teníamos los temas a nuestro fa-vor. La guerra contra el terrorismo, la seguridad en casa, una de-fensa nacional fuerte y manejar honestamente la economía", afirmó esta mañana el por ahora líder de la minoría republicana en el Senado, Trent Lott, al explicar el triunfo de su partido.
"Era difícil competir contra eso y es por esto que creo que ganamos, por la combinación de estas cosas", agregó.
Pero también quedó claro que aunque el nombre de Bush no aparecía el martes anterior en las boletas, él merece gran parte del crédito de lo logrado por su partido en los comicios.
El mandatario visitó 40 de los 50 estados para promover las campañas proselitistas de los candidatos republicanos durante los últimos dos meses y recaudó montos ré-cord de fondos para ellos.
Hoy el presidente buscó no presentarse en público y se dedicó a llamar a los triunfadores de la contienda para felicitarlos, mientras empezaba el cabildeo para promover su agenda legislativa.
"El presidente estaba muy alentado por los resultados electorales de anoche -declaró Ari Fleischer, vocero de la Casa Blanca-. No hay duda de que la votación favorable del martes incrementa la posibilidad de hacer las cosas".
Las dos prioridades inmediatas, señaló Fleischer, son ganar la aprobación legislativa para establecer un nuevo Departamento de Seguridad de la Patria, además de medidas para fortalecer la economía nacional.
El vocero gubernamental indicó que Bush desea que el actual Congreso aborde estos temas inmediatamente cuando el 12 de noviembre regrese para una breve y última sesión, antes de inaugurarse la nueva legislatura en enero.
Sin embargo, el cálculo político de esta sesión está complicado, ya que algunos cambios -incluso hasta por muertes de legisladores- provocarán ajustes dentro del Senado actual.
Por ejemplo, el candidato republicano que ganó anoche contra una senadora demócrata tomará posesión de su escaño inmediatamente, ya que la derrotada había sido nombrada en el puesto en sustitución de su marido, quien falleció en un accidente aéreo.
En Minnesotta, el gobernador y ex Jesse Ventura nombró a un senador interino después de la muerte de Paul Wellstone en otro accidente aéreo más reciente, y esa persona es un "independiente" no afiliado con ninguno de los dos partidos, y ocupará el puesto hasta que se instale el ganador republicano en los comicios de ayer con el nuevo Congreso en enero.
Por tanto, cuando los senadores regresen a Washington la semana entrante es muy probable que los republicanos ya podrán ejercer la mayoría y, por consiguiente, estarían dispuestos a aprobar varias iniciativas claves del presidente que hasta ayer habían sido obstaculizadas por los demócratas, quienes el martes tenían el control de la Cámara alta.
Desastre opositor
Esta elección fue más una derrota demócrata que un triunfo republicano, ya que muchos analistas es-peraban que las tendencias históricas, más la condición de la economía y los escándalos empresariales, favorecieran a los candidatos de la organización opositora. Pero los resultados del martes fueron nada menos que un desastre para el Partido Demócrata.
"El presidente ha logrado una gran victoria", reconoció por su parte el ex vicepresidente demócrata Walter Mondale, quien fue derrotado en una contienda sumamente cerrada en Minnesotta para un puesto en el Senado (el que ocupaba el recién desaparecido Paul Wellstone).
"Declara (Bush) que obtuvo un mandato; yo creo que el público aceptará eso", añadió.
El famoso estratega demócrata James Carville, arquitecto del primer triunfo presidencial de Bill Clinton, ofreció tal vez la mejor imagen del sentir dentro de las filas demócratas en la madrugada de este miércoles, cuando como comentarista en la televisora CNN se tapó la cabeza con un cesto de basura por buen rato.
"Uno tiene que pronunciarse a favor de algo" en una batalla política, comentó, y los demócratas no lo hicieron. "Estamos en medio de una economía mal manejada y con el gobierno más pro empresarial... y los demócratas nunca lo articularon", dijo Carville.
Para Paul Begala, otro estratega demócrata y ex consejero presidencial de Bill Clinton, "esto fue una derrota para la corriente complaciente del partido. Los demócratas se acomodaron ante la política exterior y la política fiscal de Bush, y jamás definieron su propia postura, o qué proponían".
Todos ahora esperan un largo periodo de críticas entre los demócratas y un intenso intercambio de denuncias sobre quién tiene la culpa de la debacle, algo dentro de lo cual también estarán en juego las perspectivas para miembros de ese partido que ya están considerando postularse como candidatos presidenciales para el año 2004.
Otra consecuencia de esta elección se manifestó la noche de este miércoles cuando se filtró la noticia que el representante Richard Gephardt anunciará que no buscará relegirse como líder de los de-mócratas en la Cámara baja.
Un cambio, pero no dramático
Pero la derrota política de los demócratas no necesariamente se traduce en un cheque en blanco absoluto para los republicanos y los deseos de su presidente.
Como señaló un comentarista de Business Week, el voto bruto total nacional para los candidatos a los 435 escaños de la Cámara baja se dividió casi por la mitad entre ambos partidos. Aunque los resultados fortalecieron a la mayoría republicana, ambas cámaras del Congreso se mantendrán divididas por márgenes muy estrechos.
Particularmente en el Senado, los demócratas aún podrán utilizar maniobras parlamentarias para obstaculizar iniciativas del presidente, como reconoció Ari Fleischer: "El Senado aún permanece muy dividido, aunque el partido en el poder ha cambiado".
De hecho, aunque este tipo de cambio de poder en una elección intermedia sí es de proporciones históricas, el Partido Republicano tuvo el control de ambas cámaras del Congreso y la Casa Blanca apenas hace 18 meses.
Las elecciones de 2000 concluyeron con Bush en la Casa Blanca y su partido en el liderazgo de ambas cámaras del Congreso. Pero estos dos años anteriores han sido bastante extraños en el mundo político estadunidense.
Poco después de esas elecciones, un senador republicano moderado, James Jefford, de Vermont, se alarmó tanto ante las políticas extremistas del presidente Bush que abandonó su afiliación a su partido para declararse independiente.
Jefford decidió votar en favor de los demócratas sobre el asunto del liderazgo y, con ello, otorgó la mayoría por un sólo voto al Partido Demócrata en la Cámara alta.
Sin embargo, este margen minúsculo se vio amenazado ante los escándalos políticos en torno al senador Robert Torricelli, de Nueva Jersey, quien al final abortó su campaña de relección un mes antes de los comicios de ayer -comicio que fue ganado por su sustituto demócrata, el veterano ex senador Frank Lautenberg.
Esta muerte política fue seguida por una muerte física de uno de los senadores más liberales y enemigo feroz del gobierno de Bush, Paul Wellstone.
Pero la estrategia de promover un estadista veterano a último momento no funcionó igual que en Nueva Jersey, y Walter Mondale, quien relevó al fallecido Wellstone una semana antes de la elección, fue derrotado el martes anterior.
Pero será en estos próximos días y meses cuando tanto los estadunidenses como el resto del mundo podrán determinar las consecuencias reales de este cambio en el po-der dentro del último superpoder.