Los estadunidenses tienen certidumbre a mediano plazo, indica funcionario de Aserca
Continuidad, diferencia entre México y EU en lo relativo a apoyo al campo
MATILDE PEREZ U.
En el sector agropecuario, México no mantiene una relación de uno a uno con Estados Unidos, pero las asimetrías son ''más en esquemas que en presupuestos absolutos'', aseguró el director de Apoyos a la Comercialización de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca), Andrés Rosenzweig, al presentar un análisis de la ley de seguridad agropecuaria (Farm Bill) e inversión rural 2002 de Estados Unidos.
Durante su exposición, Rosenzweig ubicó las principales asimetrías entre México y Estados Unidos en: acceso al financiamiento, comercialización, andamiaje legal, presión demográfica en el campo, superficie sembrada y tecnología. Sin embargo, no descartó que los presupuestos multianuales y los apoyos que brinda el gobierno estadunidense a sus productores les dan mayor certidumbre, situación que no existe en México.
El productor estadunidense cuenta con acceso a financiamiento para la producción y comercialización, y un andamiaje legal e institucional que genera un clima propicio de negocios. Adicionalmente, algunos insumos productivos clave -como diesel, fertilizantes y costos financieros- ponen en desventaja aún mayor al productor nacional frente a Estados Unidos.
Pero, abundó, el gobierno de México no ha descuidado a los productores, y como ejemplo mencionó los ingresos garantizados que por tonelada tienen los agricultores. En el caso del maíz, su ingreso fue de mil 550 pesos por tonelada; en trigo de mil 660; sorgo de mil 100, y soya de 2 mil 420 pesos, mientras en Estados Unidos fueron de 870 pesos, mil 168, 821 y mil 875 pesos por tonelada, respectivamente. A pesar de ello, los productores mexicanos siguen con dificultades económicas.
La diferencia es que los estadunidenses tienen certidumbre a mediano plazo por sus presupuestos multianuales y en México el presupuesto para el campo está sujeto a años fiscales y ni siquiera corresponden a los periodos de siembra, abundó.
Respecto de la densidad de población rural entre ambos países, el director de Aserca detalló: la superficie sembrada en el país es de 21 millones de hectáreas y en Estados Unidos es de 129.7 millones, es decir, mientras un productor estadunidense siembra, en promedio, 44.4 hectáreas, en México sólo 2.5. En el vecino país del norte 2.9 millones de personas se dedican a alguna actividad agropecuaria y en México son 8.6 millones de personas.
Por tanto, en México el valor de la producción agropecuaria es de 32.7 millones de dólares, mientras en Estados Unidos asciende a 225.8 millones de dólares. Así, las transferencias fiscales (valor de la producción agropecuaria) entre ambos son de 10.8 y de 17.5 por ciento, respectivamente.
Poco más de la mitad de los 5.2 millones de personas que son consideradas como trabajadores del campo no tienen ingresos, ya que labor es de carácter familiar.
Insistió en que no se puede ver al Tratado de Libre Comercio de América del Norte con una visión sectorial y productiva, sino como "vasos comunicantes" con la economía nacional. Por ello, en la medida en que se fortalezca la generación de empleo fuera del sector rural se podrá ofrecer empleo a esos 2.7 millones de personas que no tienen ingresos a pesar de trabajar en el campo y que paralelamente realizan actividades fuera de éste para obtener dinero.
Agregó que los productores más sensibles a la desgravación en el TLCAN son los porcicultores, avicultores y cultivadores de cebada y papa.