En
los últimos siete años, las autoridades policiacas del
estado de Chihuahua han anunciado en cuatro ocasiones que detuvieron
los homicidios en serie de mujeres al arrestar a los responsables, sin
embargo, las desapariciones y asesinatos de jóvenes humildes
se siguen perpetrando.
Sin embargo, autoridades, criminólogos y miembros de organizaciones
no gubernamentales ( Ong´s) no se han puesto de acuerdo ni siquiera
en el número de homicidios en serie registrados. La Fiscalía
Especial que Investiga Homicidios de Mujeres, cuenta con 290 casos registrados,
de los que 76 los considera homicidios en serie; en cambio Ong´s
como Nuestras Hijas de Regreso a Casa, aseguran que son 320 las muertes
registradas y de ellas más de 95 los seriales.
Las víctimas fueron
seleccionadas previamente, ya que tienen las mismas características.
Eran jóvenes, en su mayoría empleadas de plantas maquiladoras
o de comercios en la zona centro de Ciudad Juárez, que no contaban
con vehículos para trasladarse y que tenían que viajar
en camiones de pasaje urbano.
Eran bonitas y jóvenes, delgadas, morenas de cabello largo, que
vivían en los cinturones de miseria que rodean la ciudad y que
llegaron a la frontera desde otras ciudades, atraídas por la
posibilidad de encontrar trabajo de inmediato y de ayudar a sus familias.
Las muertes de mujeres en Ciudad Juárez 舑o femicidio- se
dan en un marco de violencia que ha registrado la región que
ha dejado mas de mil 600 muertes de hombres de 1993 a la fecha, incluyendo
460 ejecuciones de narcotraficantes.
Entre los homicidios de mujeres se registran los casos de 44 osamentas
localizadas en diversos sitios, que fueron enterradas de manera clandestina,
como si las hubieran sembrado en el desierto y que emergen cuando las
pocas lluvias que se abaten sobre la ciudad arrastran la arena que las
cubría, mostrando sus prendas íntimas colocadas a un costado
de sus cuerpos para que recordaran la desnudez de la muerte.
La mayor parte de los residentes fronterizos creen que las investigaciones
sobre las muertas de Juárez no han llevado a la detención
del o los responsables, que seguramente están libres y protegidos
por la corrupción, ineptitud y la intimidación de testigos.
Los que participan en las Ong´s consideran que lo que sucede en
Ciudad Juárez es una afrenta nacional que debe terminar.
La mayor parte de los homicidios considerados en serie fueron cometidos
con enorme brutalidad, ya que aparte de violarlas sexualmente por ambas
vías, el o los homicidas, les apretaban el cuello para estrangularlas,
con lo que el violador sentía mayor placer porque ellas contraían
de esta forma sus órganos genitales, además las mordieron,
y atacaron con cuchillos en pecho y abdomen en extraños ritos
de muerte.
Algunas tenían los senos cercenados, otras como las ocho localizadas
en el mismo sitio el año pasado, tenían el pelo cortado
en la base del cráneo, unas cuantas tenían cortado un
triángulo en sus órganos genitales lo que hace pensar
en ritos satánicos.
18 homicidas
en serie arrestados
Las Administraciones emanadas
del PAN y PRI en el estado de Chihuahua, han anunciado en cuatro ocasiones,
dos cada una, que resolvieron los crímenes en serie al detener
a los responsables de cometerlos. Sin embargo, de manera periódica,
en el desierto que circunda la ciudad y en lotes baldíos siguen
apareciendo mujeres sin vida. En casos como el del 6 y 7 de noviembre
del año pasado, la opinión pública, local, nacional
e internacional, se asombró cuando localizaron ocho cuerpos tirados
uno junto a otro, como un reto macabro a las autoridades.
Son 17 hombres y una mujer los que han sido arrestados y acusados de
cometer al menos 30 de los 76 homicidios en serie que se reconocen oficialmente
desde que apareció el cuerpo sin vida de Alma Chavira Farel,
niña de 13 años que murió estrangulada y atacada
sexualmente, y que fue localizada el 23 de enero de 1993, en la colonia
Campestre Virreyes, localizada en la zona sur de la ciudad.
La falta de pruebas contundentes y de elementos técnicos contra
el principal sospechoso y acusado de matar mujeres, Abdel Latif Sharif
Sharif, pone en duda su culpabilidad, ya que fue acusado de haberles
pagado a otros hombres, en 1996 y 1999, para que cometieran asesinatos,
mientras él se encontraba detenido y bajo la vigilancia de las
autoridades estatales, para eludir su responsabilidad con el argumento
de que seguían matando mientras estaba detenido.
En 1996 fueron detenidos 10 jóvenes, integrantes de la banda
Los Rebeldes, a quienes se acusó de recibir dos mil dólares
del egipcio Abdel Latif Sharif por cada mujer que mataran por él.
Los acusados son: Sergio Armendáriz Díaz (a) El Diablo
y Juan Contreras Jurado (a) El Grande, ambos líderes del grupo,
así como Carlos Hernández Molina Mariscal, Carlos Barrientos
Vidales, Héctor Olivares Olivares, Romel Ceniceros García,
Erika Fierro, Fernando Gremes Aguirre, Luis Andrade y José Juárez
Reyes Rosales.
Hernández, Olivares, Ceniceros, Fierro y Gremes salieron libres
en diversas fechas y los seis restantes no han sido sentenciados a pesar
de llevar casi siete años arrestados.
Uno de los casos que tiene mas fuerza jurídica en los homicidios
de mujeres es el de Jesús Manuel Guardado Márquez (a)
El Tolteca y líder de la banda de Los Ruteros. Fue detenido luego
de atacar sexualmente a una niña de 13 años y tirarla
en el desierto creyendo que la había estrangulado; ella sobrevivió
y acusó al responsable, así como a cuatro de sus cómplices
que fueron detenidos, ellos son Agustín Toribio Castillo, José
Ceballos Chávez, Bernardo Hernández Fernández y
el estadunidense Víctor Moreno Rivera.
Los últimos presuntos homicidas en serie que fueron arrestados
y acusados son Javier García Uribe (a) El Cerillo y Gustavo González
Meza (a) La Foca que fueron acusados de haber asesinado a 11 mujeres,
entre ellas las ocho cuyos cuerpos fueron encontrados el 6 y 7 de noviembre
del año pasado.
OTROS SOSPECHOSOS
Peritos del FBI
como Robert Ressler, quien realizó un estudio sobre los homicidios
de mujeres en Ciudad Juárez en 1998, pidieron que se interrogue
sobre algunas muertes de mujeres a Ángel Maturino Reséndez
-- el "asesino de los ferrocarriles" ya que venía seguido
a Ciudad Juárez, donde visitaba familiares, entre ellos a su
mamá. Las autopsias de las víctimas de Maturino en Estados
Unidos muestran semejanzas con los homicidios cometidos en Ciudad Juárez.
Homicida en serie de Juárez, libre
En
Ciudad Juárez ya se habían registrado homicidios de mujeres
en serie. En 1985 fue arrestado Pedro Padilla Flores, quien atacó
sexualmente y violó a varias mujeres a las que tiró a
la orilla del río Bravo. El número de ellas no fue determinado
con exactitud. Padilla se fugó del Cereso en 1990.
El ex Comandante del grupo de Homicidios de la Policía Judicial
del Estado, Felipe Pando, quien lo capturó, dijo que Padilla
era homicida en serie, mataba y violaba de manera similar a los casos
que se registran en la actualidad.
En 1999 mataron a la ciudadana holandesa Hester Suzanne van Nierop,
en un cuarto del hotel Juárez y con ella se registró un
hombre que no ha sido localizado y que dijo llamarse Roberto Flores,
segundo apellido del homicida prófugo.
Otro sospechoso de matar mujeres en Ciudad Juárez es Alejandro
Maynez, hijo adoptivo de un empresario que tiene en propiedad mas de
20 bares y cantinas. En 1992 fue arrestado por la PJE, pero obtuvo la
libertad y en la Procuraduría de Justicia Estatal 舠no aparecen舡
dos ordenes de aprehensión que se habían girado en su
contra por matar a empleadas de los bares propiedad de su familia.
Desde 1988 aparece el apellido Maynes en una serie de homicidios en
los que participó Ana Benavides, una mujer que mató y
desmembro a un matrimonio y su hijo de 3 años de edad. Era empleada
de un bar y en su declaración oficial dijo que ella sirvió
de chivo expiatorio, y que los responsables de las muertes en un rito
satánico continúan gozando de libertad.
Ramiro Romero Gómez, agente de la policía judicial federal
mexicana, y Víctor Valenzuela, auxiliar de la policía
judicial estatal, en 1997 fueron ante las autoridades estatales de Chihuahua
con el fin de informarles que Maynez tal vez hubiera asesinado a mujeres.
Dijo Valenzuela durante una entrevista en el Cereso de Ciudad Juárez:
"Estábamos en un club cuando nos dijo que él y otra
persona se dedicaban a violar sexualmente y a asesinar a mujeres舡.
"Una vez nos invitó a ir con él a violar a mujeres
... pero no aceptamos su proposición. Él agregó
que nunca le pasaría nada, porque su padre es un hombre muy importante".
Todo gira
en torno a Sharif
Desde que fuera
arrestado hace siete años, el químico egipcio Abdel Sharif
Sharif ha ocupado un lugar central en la controversia de los asesinatos
en serie que han ocurrido en Ciudad Juárez. Fue acusado de cometer
mas de 20 homicidios en serie de adolescentes que presuntamente conocía
en bares y cantinas que frecuentaba.
El arresto de Sharif fue el primero de los 18 presuntos homicidas en
serie, sin embargo, a la mayoría de la gente ya no las convence
la idea de que Sharif lo hizo todo, dice Esther Chávez Cano,
activista de Ong´s a favor de las mujeres desde hace muchos años
en Ciudad Juárez, quien considera que los fronterizos 舠perdieron
la confianza en las autoridades."
Soy inocente:
Sharif
A Principios del
2000, en la última entrevista que permitieron las autoridades,
Sharif Sharif dijo a La Jornada, "Yo no he matado a nadie, ni pagué
para que lo hicieran, pero alguien se sale con la suya con ayuda de
la policía que protege a los verdaderos responsables".
Fue arrestado en octubre de 1995 acusado de violar a una sexoservidora.
Obtuvo la libertad por ese delito, y ella murió hace cuatro años
de una sobredosis de heroína.
Desde esa fecha, la Procuraduría Estatal ha acusado a Sharif
dos veces de planear y organizar los asesinatos de 24 jóvenes
en Ciudad Juárez. En 1999, un juez de Chihuahua absolvió
a Sharif de todos los cargos anteriores relacionados con la pandilla
Los Rebeldes. Posteriormente, el mismo juez lo condenó por el
asesinato de Elizabeth Castro, cometido en 1995, y lo sentenció
a 30 años de prisión, sentencia que aún no es firme
porque fue apelada.
Los 13 acusados que permanecen detenidos por los homicidios en serie
de mujeres fueron trasladados a la cárcel de Máxima Seguridad
en la ciudad de Chihuahua, a 387 kilómetros de Juárez
y sus expedientes fueron enviados a otros jueces.
Policias
involucrados en homicidios y violaciones
En marzo de 1998,
los ex agentes de la Policía Judicial Federal Carlos Cárdenas
Cruz y Jorge García Paz, desaparecieron a Silvia Arce de 29 años
y Griselda Mares de 24. La mamá de la primera de ellas es una
de las activistas que presentó denuncia ante la Corte Interamericana
de Derechos Humanos de la OEA para que autoridades mexicanas localicen
a su hija y a los responsables de desaparecerlas para que los interroguen.
En febrero de 1998, Rocio Barraza fue localizada sin vida, con un impacto
de bala en el cuerpo en el estacionamiento de la Academia de Policía,
donde la mató el agente estatal Pedro Valles que investigaba
homicidios de mujeres. No ha sido arrestado.
El agente municipal Dagoberto Ramírez fue arrestado a raíz
de la muerte de su novia, Gladys Lizeth Ramos, debido a una herida por
arma de fuego. Ramírez fue liberado cuando convenció al
juez de que ella murió a causa de suicidio.
Otros policías de diversas corporaciones han sido señalados
como responsables de cometer violaciones, homicidios y desapariciones
de mujeres en años recientes:
En mayo de 1999, una joven de 14 años y una mujer de 28, dieron
aviso a la policía municipal y declararon que un chofer de camión
urbano y un agente federal judicial armado, las violaron cerca de Lomas
de Poleo; en abril de ese año una adolescente de 16 años
dio aviso a la policía citando que el jefe de la policía
comunitaria del Sauzal, Julio Alfonso Rodríguez Valenzuela, la
trato de asaltar sexualmente.
En febrero de 1999, una mujer de Ciudad Juárez puso una denuncia
en contra de un agente de la policía en la antigua cárcel
municipal. Ella declaró que dicho agente le había hecho
tocamientos. Una denuncia parecida en contra de otro agente en la misma
cárcel fue presentada en 1998. La víctima era esposa de
un doctor. En ambos casos no se hizo nada al respecto. Ese mismo mes
María Maura Carmona de Hernández, de 30 años, murió
a causa de una herida de arma de fuego en su domicilio en Ciudad Juárez.
Su esposo, Sergio Hernández Pereda de 32 años, fungió
como policía estatal hasta 1997, fue el sospechoso del asesinato
y huyo de la ciudad.
En julio de 1998, una mujer acusó a cuatro agentes de la policía
municipal de atacarla sexualmente en la cárcel municipal. Los
agentes negaron las acusaciones. Fueron arrestados en 1999, y luego
fueron liberados después de que un juez declaro que no hubo pruebas
suficientes. En agosto de ese año, seis agentes del grupo policiaco
Fortac fueron acusados del secuestro de la esposa de un supuesto narcotraficante.
Después fue liberada sin haber sido lastimada. No hubo cargos
en contra de los agentes, sin embargo este grupo fue desintegrado y
sus dos comandantes fueron ejecutados a balazos a principios de este
año por relaciones con grupos de narcotraficantes.
La prensa local ha consignado decenas de casos en los que se han visto
involucrados agentes policiacos; uno de ellos fue en agosto de 1998
cuando una mujer de 23 años fue brutalmente agredida por un policía
municipal en el centro de la ciudad. Ella identificó al agresor
por el apodo "Fausto", y declaró a las autoridades
que él se enojó cuando ella se negó a practicarle
el sexo oral.
Elizabeth Gómez de 29 años, fue localizada sin vida en
enero de 1995 en el parque deportivo de PEMEX. Las autoridades estatales
dijeron que sospechaban de un policía municipal, al igual que
en la muerte de Laura Ana Irene, de 27 años, que fue asesinada
con una arma de fuego. Su cuerpo fue encontrado en el cementerio municipal.
Las autoridades dijeron que se sospechaba de un policía municipal.
El ex agente de la Policía Judicial Federal, Melchor Baca, amenazó
a su ex esposa, y luego persiguió y asesinó a Rubén
Vázquez, amigo y compañero de trabajo de ella en el Juzgado
Cuarto de Distrito. No ha sido arrestado
Persona
prominente y con poder, probable homicida
Miembros
de la Fundación Internacional Para la Investigación de
la Naturaleza del Hombre, reunidos en Ciudad Juárez, consideran
que el homicida de mujeres de Ciudad Juárez es 舠una o varias
personas prominentes de la sociedad, con capacidad económica
para pagar a quienes les consiguen las víctimas舡.
Durante un foro organizado en la ciudad, especialistas en conductas
de criminales en serie, como el psicólogo Sergio Antonio Rueda
Delgado y el doctor Stanley Kripnner, coinciden en mencionar que existe
similitud entre los primeros crímenes en serie registrados en
Ciudad Juárez y los ocho localizados el año pasado.
Consideran que él o los asesinos, al parecer tienen ya establecido
un modus operandi muy sofisticado al que incorporan nuevos rituales
para experimentar mas satisfacción. Normalmente los psicópatas
actúan solos, pero cuando se trata de una persona prominente
en la sociedad o alguien que es considerada una autoridad, utiliza un
grupo de hombres para 舠levantar舡 a las víctimas y
luego deshacerse de los cuerpos.
El o los asesinos que realizan estos homicidios son personas que pasan
ante la sociedad como buenos ciudadanos y pueden estar involucrados
en los casos seriales, ya que la mayoría de ellos presenta el
mismo patrón de conducta.
Los especialistas en conductas criminales están abordando los
crímenes de mujeres desde un punto de vista científico,
situación que no se había analizado con anterioridad pesar
que desde 1993 se registraron los primeros casos.
La mayoría de los casos considerados seriales por la Procuraduría
Estatal tienen características de orden sexual que se inscriben
en las parafilias y crímenes seriados.
Sergio Rueda Delgado explicó que las evidencias en poder de la
policía son de sadismo sexual, asfixofilia, violación
y mutilación, entre otros desordenes mentales.
En Ciudad Juárez la Procuraduría de Justicia Estatal reconoce
que de los 290 crímenes de mujeres que se han registrado, 76
son considerados homicidios múltiples de los que 27 han sido
resueltos, 12 en la pasada administración, de 1992 a 1998, que
dejó pendientes 44 expedientes y 15 de los 20 de los que ha tomado
conocimiento la actual administración, de 1998 al 2001.
La mayor parte de casos sexuales o múltiples, como son conocidos,
fueron cometidos en la administración estatal de 1992 a 1998
y no fueron resueltos. El resto de casos se considera son pasionales,
o ligados al narcotráfico.
PROCURACION
DE JUSTICIA
En cuanto a la
procuración y administración de justicia en los crímenes
de mujeres, sobre todo en aquellos clasificados como seriales por la
Procuraduría del Estado, se observa un patrón sistemático
de violaciones al proceso y al acceso a la justicia para las víctimas
y sus familiares.
Estas irregularidades fueron constatadas por la Comisión Nacional
de Derechos Humanos (CNDH), quien en 1997 analizó 24 expedientes
de homicidios de mujeres, en los que encontró graves irregularidades
de las que cabe destacar:
· No se practicaron las pruebas periciales correspondientes (Levantamiento
del cadáver, serie fotográfica del cadáver y lugar
de los hechos, descripción gráfica de las lesiones, criminalística
de campo, entre otras).
· Retardo injustificado en la realización de diligencias.
· Ausencia de diligencias necesarias para la integración
adecuada de las indagatorias (exhortos, declaraciones, indagar sobre
los indicios que presumen la existencia de abuso sexual, colaboración
con otras Procuradurías).
· Falta de seguimiento de las investigaciones.
· Ausencia de actuaciones tendientes a la identificación,
localización y búsqueda de mujeres.
De este análisis, la CNDH determinó que existían
violaciones a instrumentos nacionales e internacionales de protección
de los derechos humanos por parte del gobierno mexicano en los ámbitos
de procuración e impartición de justicia y seguridad pública,
por omisión y negligencia, por ello emitió en mayo de
1998 la Recomendación 44/98.
En dicho documento la CNDH realizó ocho recomendaciones a los
gobiernos estatal y municipal en los ámbitos arriba mencionados
de procuración, impartición de justicia y seguridad pública,
de manera que se pusiera fin a la impunidad de los crímenes de
mujeres y que se evitara la comisión de más asesinatos.
Actualmente, a más de cuatro años de emitida, dicha recomendación
no ha sido cumplimentada por el gobierno mexicano en ninguno de los
tres ámbitos de procuración, impartición de justicia
y seguridad pública, ya que la mayor parte de los crímenes
no han sido resueltos, continúa el patrón de irregularidades
en las investigaciones y desde 1997 hasta mayo 2002 se han cometido
55 asesinatos más que corresponden a la categoría dada
por las Procuraduría del Estado de 舠seriales o multihomicidas舡.
Activistas de Ong´s, así como investigadores privados,
criminólogos y especialistas en homicidios en serie consideran
que las autoridades de los tres niveles de gobierno no han tomado en
serio las investigaciones y labores preventivas, tal vez porque la mayoría
de las víctimas son gente de bajos recursos económicos,
que no han tenido la capacidad de organizarse para exigir justicia.
El feminicidio que se comete en la ciudad es el caso serial mas grave
que ha tenido México y tal vez América Latina, pero la
respuesta no ha sido la adecuada, ya que ni siquiera se ha contratado
personal forense para identificar 44 osamentas localizadas a lo largo
de 10 años y que permanecen cada una en un costal en el anfiteatro
municipal.
La muerte ronda a las trabajadoras, pero nadie la enfrenta a pesar de
que los medios locales y nacionales han planteado las diversas hipótesis
sobre la causa de las muertes y que van desde el secuestro de las adolescentes
por bandas de narcotraficantes para utilizarlas en orgías y luego
sacrificarlas en ritos satánicos, hasta el tráfico de
órganos o la filmación de cine pornosádico.
Evidencias encontradas en varias de las víctimas muestran que
estuvieron secuestradas en un mismo sitio, ya que las prendas de una
fueron colocadas a otra, además, existe la presunción
de que los ocho cuerpos localizados el año pasado fueron congelados
y conservados en formol antes de tirarlos en el mismo sitio.
Solamente alguien muy poderoso, que cuente con mucho dinero, como los
narcotraficantes, y con la protección policiaca en todos los
niveles puede ordenar secuestros de mujeres sin tener problemas. Mientras
investigan, la muerte sigue de cerca de las obreras juarenses. Para
investigar el caso es necesario que llegue un grupo de fuera, sin compromisos
y dedicado exclusivamente a estos expedientes.
El Gobierno federal a través del Instituto Nacional de la Mujer
(Inmujer) formó mesas de análisis para auxiliar en estos
casos, las que al igual que las comisiones que han formado las legislaturas
pasada y actual del Congreso de la Unión, solamente han servido
para que los partidos políticos intenten sacar provecho político
y no solucionar los problemas.
En octubre,
otros dos cadáveres de mujeres en Cerro Negro
En Ciudad Juárez
舠continúa la tensión舡 por los asesinatos de
mujeres. Apenas el 28 de octubre pasado fue encontrado el cadáver
de una niña de unos 13 años de edad en Cerro Negro; hace
escasos 20 días, en el mismo lugar, se localizó el cuerpo
de otra mujer.
En esa región fronteriza, de acuerdo con lo señalado por
Esther Chávez del grupo Casa Amiga, aunque el gobierno 舠está
tratando de llevar la relación en paz舡 con las mujeres
que luchan por acabar con la impunidad de los crímenes y se está
trabajando y recibiendo sus propuestas en las Mesas Interinstitucionales,
la Procuraduría de Justicia del Estado solicitó a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos no acepte las demandas interpuestas
por familiares de mujeres desaparecidas y asesinadas, porque supuestamente
舠éstas fueron plenamente identificadas sin necesidad de
realizar las pruebas de ADN y los responsables de esas muertes ya están
en prisión舡.
Además, lamentó, la labor de las mesas interinstitucionales
舠es insuficiente舡 cuando las investigaciones 舠no están
en manos de una autoridad competente舡 y se está 舠ocultando
la información舡. El ánimo de la ciudadanía,
expuso, es de 舠frustración, enojo, dolor e indignación
porque las autoridades siguen jugando con el dolor de las víctimas舡
Allá, explicó, se siguen dando situaciones 舠insoportables舡,
como lo que sucedió en días pasados cuando encarcelaron
a dos mujeres que defendieron a su hermana menor de un violador. Ellas,
explicó Chávez, fueron obligadas a pagar los gastos médicos
del agresor a quien finalmente dejaron libre y en venganza agredió
por segunda ocasión a la menor.
Además de los asesinatos, la violencia en Juárez, es un
problema latente. En lo que va del año, informó Chávez,
Casa Amiga atendió 701 casos de violencia doméstica, 18
de violación a niñas y 45 a adultas, 46 por incesto, dos
por estupro, una por acoso sexual, 35 por abuso sexual y a 118 que sobrevivieron
a la violencia intrafamiliar.
ver en El Agora:
La
guerra, los medios y las/os prescindibles