El hallazgo de maíz para animales en grano destinado a humanos, el ejemplo, dice
Provoca la inserción genética daños a cultivos: OMS
ANGELICA ENCISO L.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de reconocer que la transferencia de genes de vegetales modificados por la biotecnología a las especies silvestres tiene un efecto real en la seguridad de los alimentos, y por eso en las naciones donde se hacen estos cultivos se separan de las siembras tradicionales.
En el documento 20 preguntas sobre los alimentos genéticamente modificados, la organización los define como "organismos a los cuales el material genético (ADN) ha sido alterado de forma artificial".
Los transgénicos se han desarrollado porque se "percibe cierta ventaja, tanto para los productores como para los consumidores de los alimentos". Entre las ventajas están un menor precio o mayor valor nutricional. Como ejemplo menciona el caso del maíz BT, al cual se le agregó la bacteria bacillus thuringiensis, la cual se utiliza como insecticida convencional en la agricultura y es inocua para el consumo humano.
Detalla que con esos productos también se puede lograr resistencia viral, la cual reduce la susceptibilidad de los vegetales a enfermedades causadas por los virus, y otro aspecto que se consigue es la tolerancia a herbicidas.
Precisa que la evaluación de inocuidad de los alimentos investiga los efectos directos sobre la salud, las tendencias a provocar una reacción alérgica, la estabilidad del gen insertado, los efectos nutricionales asociados con la modificación genética y "cualquier efecto no deseado que podría producirse por la inserción genética".
El documento refiere que un panel de expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y de la OMS se han manifestado por el uso de tecnología sin genes de resistencia a antibióticos, aunque la probabilidad de transferencia es baja.
En cuanto a lo que denomina outcrossing, indica que el desplazamiento de genes de vegetales transgénicos a cultivos convencionales -como el maíz- "puede tener un efecto directo sobre la seguridad de los alimentos. Este es un riesgo real, como se demostró cuando aparecieron rastros de un tipo de maíz que sólo fue aprobado para alimentación animal en productos de maíz para consumo humano en Estados Unidos".
Agrega que está en discusión la factibilidad y los métodos para monitorear estos productos después de su comercialización para mantener una vigilancia continua de su inocuidad.
En la pregunta de cuáles son los temas de preocupación en cuanto al medio ambiente, indica que se considera la capacidad de dispersión de los organismos y la posibilidad de introducción de los genes de ingeniería genética dentro de las poblaciones silvestres, la persistencia del gen, una vez que el organismo ha sido cosechado, la posible pérdida de biodiversidad así como y un mayor uso de sustancias químicas en la agricultura.
Destaca que la preocupación de los consumidores respecto a estos productos es por los problemas que se desataron en la Unión Europea la década pasada han "cuestionado la validez de las evaluaciones de riesgos, tanto en relación con los peligros para la salud de los consumidores como para el medio ambiente, concentrándose principalmente en los efectos a largo plazo".
Precisa que en el mercado internacional actualmente se comercializa maíz, soya, colza, achicoria, calabazas y papa, las cuales las producen Argentina, Canadá, Sudáfrica, Estados Unidos y la Unión Europea.
A México ingresa maíz transgénico mediante las importaciones que provienen de Estados Unidos, y las autoridades mexicanas presumen que esto es lo que ocasionó el flujo de transgenes a los cultivos criollos.