Nunca tuve relación con él ni
recibí obsequio alguno, sostiene Quirós Hermosillo
Sí conocí a Amado Carrillo, pero fue
irrelevante, asegura Acosta Chaparro
En 1994, Adrián Carrera se lo presentó
como "comandante" de la Judicial Federal
Afirma que lo vio en Las Arboledas cuando investigaban
el secuestro de Harp Helú
JESUS ARANDA
El general Mario Arturo Acosta Chaparro aceptó
que sí conoció al narcotraficante Amado Carrillo Fuentes,
El señor de los Cielos, aunque asegura que éste le
fue presentado como "comandante" de la Policía Judicial Federal
(PJF) en 1994.
Para el general especializado en temas de contrainsurgencia,
quien fue director de la Policía Judicial Militar, fue tan irrelevante
el encuentro que no lo relacionó con una reunión que había
tenido en el restaurante La Cañada, en la ciudad de México,
en donde se lo presentó el ex director de la PJF, Adrián
Carrera Fuentes.
Al darse a conocer las declaraciones ministeriales -en
el contexto del consejo de guerra que se sigue a los generales Acosta Chaparro
y Francisco Quirós Hermosillo sobre su relación con Amado
Carrillo-, el general brigadier fue cuestionado por la fiscalía
acerca de que si no le había llamado la atención el que le
presentaran al Señor de los Cielos.
"No me llamó la atención", contestó
el 21 de agosto de 2000, y agregó que su forma de actuar era la
misma, porque "precisamente no me gusta involucrarme con quien no puedo
ayudar, y menos si me va a causar problemas", respondió el militar
en relación con este personaje, quien fuera uno de los narcos
que, oficialmente, era de los más perseguidos por las fuerzas de
seguridad del país.
El 6 de marzo de 1997, la Dirección de Justicia
Militar le requirió por escrito sobre su presunta relación
con Amado Carrillo. Acosta respondió en un texto manuscrito, en
el cual señala que en 1994 -cuando estaba en la Coordinación
de Seguridad Pública- se realizaban investigaciones en Las Arboledas,
en el estado de México, para ubicar una casa donde pudiera entregarse
el pago y el rescate del banquero Alfredo Harp Helú.
"Yo formaba parte de la coordinación, había
investigadores y gente especializada en intervenciones telefónicas.
El comandante José Abizail comentó que el equipo estaba autorizado
por el comandante Amado Carrillo, que estaba a 10 o 12 metros del suscrito,
quien portaba una identificación de policía en su cinturón.
No pudiendo precisar si era de la Procuraduría General de la República
o del Distrito Federal."
En agosto de 2000, la fiscalía militar cuestionó
a Acosta Chaparro sobre el aspecto físico de Amado Carrillo. El
general contestó que había cierta similitud, que el agente
de la Policía Judicial Federal era más robusto y el otro
era más delgado.
Por su parte, desde su primera declaración preparatoria,
Quirós Hermosillo mantuvo su dicho en el sentido de que no conoció
a Amado Carrillo, ni recibió de él una camioneta blindada
ni aparatos de intercepción satelital, como tampoco una camioneta
Suburban blindada y dos autos Mercedes Benz o cualquier otro tipo de obsequio.
Por otra parte, en la audiencia de ayer del consejo de
guerra, la defensa de los acusados centró su labor en desvirtuar
la veracidad de las declaraciones de los testigos de la fiscalía
militar.
En este contexto, se presentó el testimonio de
Paloma Luigi Sterna, esposa de Rubén Gardea Vara, a quien la fiscalía
atribuye la entrega de una camioneta Suburban blindada a Quirós,
de parte de Amado Carrillo, así como equipos de intercepción
satelital y comunicaciones, con los que ambos generales habrían
creado una estructura de "inteligencia" para facilitar el aterrizaje y
despegue de aviones que transportaban droga.
La señora Luigi declaró que su esposo fue
inicialmente desaparecido por elementos militares el 9 de julio de 1998,
y después detenido y arraigado durante 90 días por la Unidad
Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO). El propósito,
le aseguró en ese entonces José Trinidad Larrieta, director
de dicha instancia, era proteger a su marido del general Quirós
Hermosillo, quien lo quería matar.
Asustada por esa declaración, la esposa de Gardea
acudió a ver a Quirós Hermosillo, quien rechazó tajantemente
que pretendiera matar a su esposo. Sobre el particular, Quirós declaró
a la fiscalía militar que solicitó al intervención
del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Enrique
Cervantes Aguirre, para aclarar la situación, pero que nunca hubo
respuesta.
La defensa de Quirós argumentó también
que la procuraduría castrense sólo incluyó en el expediente
la tercera declaración que hizo bajo presiones Gardea contra el
general, pero no así las dos primeras declaraciones ante el Ministerio
Público, en las que rechazó haber acusado a su ex jefe.
En el caso de los testigos protegidos Tomás Colsá
Mc Gregor y José Jaime Olvera Olvera, llama la atención que
ambos fueron asesinados meses después de declarar contra los generales
acusados.
Además, Colsá fue consignado penalmente,
en su momento, por los delitos de secuestro, extorsión, asociación
delictuosa, fraude específico, abuso de confianza y contra la salud.
Lo que desvirtuaría su calidad moral para hacer acusaciones.
En lo que se refiere a Gustavo Tarín Sánchez,
quien se encuentra preso en Estados Unidos, se dijo que en 1998 éste
recibió invitación de la Oficina Federal de Investigaciones
(FBI) en el Paso, Texas, para convertirse en su informante, sobre todo,
que les revelara las actividades de Acosta Chaparro.
Víctor Manuel Villalobos Gutiérrez declaró
a su vez que a instancias de Tarín fue a la ciudad de El Paso, en
donde también le propusieron que trabajara para ellos, cosa que
rechazó.
Acosta, por su parte, rechazó las versiones de
Tarín, de que trató de asesinarlo en dos ocasiones -cuando
militares irrumpieron en su casa de Rosario, Durango-, luego de haber declarado
a un medio de información sobre la actuación de Acosta Chaparro
en la guerra sucia.
A preguntas expresas de la fiscalía, vertidas en
sus declaraciones ministeriales, Villalobos negó tener conocimiento
sobre los presuntos nexos del general brigadier con el narcotráfico.
Este miércoles continúa el consejo de guerra,
en donde se espera la presencia de los testigos, entre los que destacan
el ex secretario de la Defensa Nacional Antonio Riviello Bazán;
Arsenio Farell Cubillas, ex secretario del Trabajo, y Adrián Carrera
Fuentes, ex director de la Policía Judicial Federal. Según
estimó la defensa de los militares, este día podría
concluir el proceso penal, en caso de que los careos entre testigos y acusados
terminen, y el jurado tenga tiempo para emitir su dictamen.