Entregarían proyecto "consensuado" al
Congreso antes del 15 de noviembre
Abascal cabildea "intensamente" para sacar adelante
la reforma laboral
El documento de la STPS daría continuidad
al sindicalismo antidemocrático: Bensusán
FABIOLA MARTINEZ
El titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social (STPS), Carlos Abascal Carranza, cabildea de manera intensa con
dirigentes políticos, obreros y empresariales para "concluir de
inmediato" la iniciativa de reforma a la legislación laboral del
Ejecutivo.
Aun cuando ese tema se encuentra fuera de la agenda legislativa,
la consigna es entregar a los diputados, a más tardar el 15 de noviembre,
un proyecto "consensuado"; de lo contrario, en los próximos meses
no habrá espacio para discutirlo y podría correr la misma
suerte que otras iniciativas del Presidente Fox las cuales han sido detenidas
en el Congreso.
"Sabemos
que la prioridad del Presidente y de los empresarios es la reforma eléctrica,
pero el objetivo inmediato es sacar la iniciativa (laboral) en las próximas
dos o tres semanas. Estamos en la etapa final y tenemos confianza en amarrar
consensos", revelaron fuentes cercanas a la negociación.
Una vez más, como ha ocurrido desde 1987, trabajadores
y patrones discuten la vigencia de los derechos básicos que se desprenden
del artículo 123 constitucional, tales como huelga, jornada de ocho
horas, contratación individual y colectiva, liquidación pagada
y, en particular, el control del Estado sobre la vida sindical.
También, en este nuevo intento, los puntos que
ponen en riesgo la reforma son, entre otros, el voto universal, directo
y secreto en los procesos intersindicales, así como el cambio de
las juntas de conciliación por 'jueces de lo laboral', aspectos
que impulsan organizaciones independientes. En la contraparte, la iniciativa
privada insiste en la contratación temporal y en el cambio de la
jornada a las necesidades productivas de cada empresa.
Cabe recordar que tras la instalación de la mesa
de reforma laboral que impulsa el gobierno desde el año pasado,
representantes del Congreso del Trabajo (CT), la Unión Nacional
de Trabajadores (UNT) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) dejaron
en claro su intención de reformar la Ley Federal del Trabajo (LFT)
"sin la presencia de partidos políticos, académicos y otros
ajenos al proceso productivo".
Pocos meses después, la UNT se manifestó
en contra del proyecto CT-CCE y decidió promover su propia iniciativa
en la Cámara de Diputados por conducto del PRD, aunque el pleno
de esta central obrera decidió permanecer, de manera alterna, en
las mesas convocadas por la Secretaría del Trabajo.
Después de varios documentos preliminares filtrados
a la prensa, en mayo se difundió el denominado "Documento de Trabajo
CT-Sector Empresarial", cuyos críticos, en especial de la UNT y
del Instituto de Investigaciones Jurídicas, entre otros abogados
y académicos, lo calificaron como la Ley Abascal.
En la redacción de ese documento participaron el
asesor jurídico de la Confederación de Trabajadores de México
(CTM), Juan Moisés Calleja y, por los empresarios, el abogado Jorge
De Regil y Tomás Natividad, principalmente, toda vez que la mayoría
de las propuestas de la UNT fueron encorchetadas, es decir, destinadas
a discutirse hasta el final.
El cabildeo
Tras cinco meses de dudas respecto al avance de la reforma,
y sobre todo de críticas al proyecto delineado por el CT y los empresarios,
el secretario del Trabajo reactivó el cabildeó con reuniones
casi diarias y, desde hace algunos días se ha dedicado "a tocar
todas las puertas necesarias" para exponer el documento, con la promesa
que en esta ocasión será una "reforma gradual". "En todos
los casos la presentación ha sido exitosa, principalmente en las
cámaras del sector privado. La negociación va bien, está
en los puntos más avanzados y también en los más delicados,
pero confiamos en que salga antes del 15", agregaron las fuentes consultadas
por este diario.
El énfasis de las semanas recientes ha sido con
los dirigentes de los partidos políticos (PRI, PAN, PRD) y los coordinadores
de las fracciones parlamentarias representadas en el Congreso de la Unión.
Uno de los principales obstáculos para que prospere
la llamada Ley Abascal es la oposición de la UNT. A ello
se agrega un movimiento opositor a tal documento al interior del CT, promovido
particularmente por el sindicato minero.
Por ello, en los días pasados también el
subsecretario de Previsión Social, Francisco Salazar, ha destinado
prácticamente toda su agenda a "difundir" el proyecto ante grupos
del sector empresarial, sindical y abogados que ya le habían dado
el visto bueno.
Incluso algunos como Enrique Roel, cabeza de uno de los
principales despachos de representantes patronales, considera que la reforma
a la LFT debe ir más a fondo y no quedarse en un proyecto "liviano
o light" como el que actualmente se promueve.
Por su parte, Graciela Bensusán, especialista en
la legislación laboral y asesora de la UNT, advierte que el documento
Abascal no sólo es "insuficiente y de muy bajo perfil" sino que
puede afianzar los cotos de poder que impiden la renovación del
sindicalismo mexicano hacia un modelo democrático.
"De prosperar ese documento de trabajo se legitimarían
los rasgos más negativos de los sindicatos, pero sobre todo, tira
por la borda la construcción de un estado de derecho en el mundo
del trabajo de México", expresó la investigadora.