ENTREVISTA/
EUGENIO TRUEBA OLIVARES,
TITULAR DE TEATRO UNIVERSITARIO
''Los Entremeses han resistido a las innovaciones
técnicas''
EL TRADICIONAL MONTAJE, DETONANTE DEL FIC, LLEGA A
LOS 49 AÑOS
En 1953 era el divertimento de aficionados. Ahora en
torno de ellos gira uno de los festivales artísticos más
importantes de México. La representación anual de estas piezas
cervantinas se mantiene fiel a la tradición
ANGEL VARGAS ENVIADO
Guanajuato, Gto., 26 de octubre. A casi medio siglo
de existencia del Teatro Universitario en Guanajuato, Eugenio Trueba Olivares
es el único de sus fundadores que se mantiene activo. Incluso es
el responsable del grupo desde 1990 y, como tal, del montaje de los Entremeses
cervantinos, en sustitución del maestro Enrique Ruelas, quien
fue su director durante 35 años, hasta su muerte, en 1987.
Abogado de profesión y, entre otros cargos, ex
rector de la Universidad de Guanajuato, Trueba Olivares actualmente alterna
los menesteres propios de su carrera con la puesta en escena no sólo
de esas pequeñas obras del manco de Lepanto en la plazuela de San
Roque, proyecto precursor del Festival Internacional Cervantino, sino también,
al frente del grupo de Teatro Universitario, integrado por aficionados,
se ocupa del montaje de títulos más contemporáneos.
''El
Teatro Universitario nació con un ideal que muchos veíamos
como utopía: sacar el arte escénico de los foros cerrados
y llevarlo a la gente que no tenía contacto con esta expresión.
Nos sentíamos motivados e inspirados por la experiencia ocurrida
en España con García Lorca y La Barraca, y queríamos
aprovechar las características de la ciudad sacando el teatro a
las plazas y callejones. Ruelas entendió bien eso y se logró",
refiere Trueba Olivares en entrevista exclusiva para La Jornada.
-¿Cómo se ha modificado el montaje de los
Entremeses en este casi medio siglo de vida?
-Se ha procurado respetar la propuesta original, que se
remonta a 1953, y se ha logrado mantenerla. No cabe duda de que a través
de todos estos años se han presentado muchos avances y novedades
en teatro, en cuanto a escenografía, ritmo, etcétera. Los
Entremeses de la Plazuela de San Roque parece ser que han resistido
el enfrentamiento con otras técnicas. Cuando menos el público
sigue solicitando sus representaciones y el grupo que integra Teatro Universitario
responde a esa demanda, sin que hayamos hasta ahora sentido alguna preocupación
por hacer cambios radicales. Esto obedece a un afán por mantener
la tradición y porque aún contamos con la generosa aprobación
del público.
-¿Cuál considera que ha sido el legado de
este montaje?
-En un principio, en la década de los 50, Guanajuato
era una ciudad con poca población, la minería en decadencia,
sin estructura industrial de importancia ni industria turística.
Recuerdo que, ante la difusión creciente que tuvieron los Entremeses
-son de hecho las obras que más reseñas han merecido en el
país- comenzaron a llegar muchos visitantes, con el propósito
de ver las representaciones y sus particulares características:
al aire libre, un montaje sin añadidos escenográficos falsos,
con un cierto ritmo que en ese momento resultaba avanzado, hasta cinematográfico.
''Eso contribuyó, estoy absolutamente seguro, a
poner a Guanajuato en el mapa turístico y en un lugar que nunca
había tenido; la gente comenzó entonces a descubrir a la
ciudad, que en aquel entonces casi se reducía al Centro Histórico,
y a sentirse atraída por sus características.
''Lo que quiero resaltar es que los Entremeses,
mejor dicho la actividad cultural de la Universidad de Guanajuato, fue
el detonador de otras muchas otras actividades que repercutieron en el
desarrollo económico y social de la ciudad. El principio de los
años 50 fue una época de auge universitaria, en la que Teatro
Universitario fue parte de un movimiento educativo y cultural muy importante
al interior de la institución universitaria. En esos años
se crearon también las escuelas de Filosofía y Artes Plásticas,
y la Orquesta Sinfónica de la Universidad, por ejemplo. Con ello
queda constatado que las universidades públicas son trascendentales
en la configuración de un estado".
-¿Cuál es su concepción del arte
teatral?
-Lo veo desde mi perspectiva: la del teatro de aficionados.
Cuando éramos estudiantes -Ruelas estudiaba derecho aquí-
nos entreteníamos en diversas actividades: hacíamos publicaciones
en periódicos estudiantiles, jugábamos un poco al intelectual,
teníamos un estudio, leíamos muchísimo, allí
surgió la idea de hacer teatro al aire libre, inspirándonos,
como ya dije, en el caso de García Lorca y La Barraca, en España.
''Al
principio pensábamos que podíamos montar desde la primera
vez Fuente Ovejuna u otra obra de esa talla, pero era demasiado
para un simple grupo de aficionados. Entonces se optó por algo más
sencillo: los Entremeses, por sus características. Fueron
una serie de elementos que se conjuntaron y que tuvieron mucho éxito.
''Nunca hemos tenido la idea de hacer grandes alardes
de modernidad; somos simples aficionados y no estamos capacitados para
revolucionar las artes escénicas. Nuestro afán es hacer lo
que nos gusta y seguir dando vida a las creaciones de Miguel de Cervantes,
con el abogado, el doctor, el sastre y el ama de casa".
-¿Qué significa para usted que los Entremeses
fueran el punto de partida del Festival Internacional Cervantino?
-Es algo que nunca imaginamos. Fue una decisión
del presidente Luis Echeverría, quien vivió en Guanajuato
algún tiempo, como presidente del comité estatal del PRI;
era muy joven, muy inquieto, e hicimos amistad con él cuando nadie
pensaba que iba a ser un personaje tan importante.
''Algunas versiones del Cervantino han sido estupendas
y otras no tan afortunadas, pero siempre vinculadas con los Entremeses.
Mejor dicho: más que con los Entremeses, el festival ha estado
siempre vinculado con la Universidad de Guanajuato, porque sin esta institución
no sería posible nada.
''Para Guanajuato, cada versión del festival significa
una derrama económica de mucha importancia. Aunque también
representa grandes molestias para la población local. Poco a poco
el festival se fue convirtiendo en una convocatoria para que los jóvenes
acudieran casi sin ningún propósito de acudir a los espectáculos
culturales, sino simplemente para divertirse, beber y hacer de las suyas
en las calles. Y eso ha sido una de las grandes contradicciones del Cervantino,
donde se traiciona el fin meramente cultural.
''Pero independientemente de esas molestias, cada festival
no deja de ser una fiesta mágica. De tal manera, a casi 50 años
de haberse fundadoTeatro Universitario y a 30 del Festival Internacional
Cervantino, el balance considero que es sumamente positivo."