La compañía japonesa se presentó en el Teatro Juárez
Tragedia amorosa y ritualidad oriental a cargo de Bunraku
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
Guanajuato, Gto., 22 de octubre. Una oleada de melancolía se apoderó anteanoche de los asistentes al Teatro Juárez con la presentación de la compañía Teatro Bunraku, de Japón, la cual ofreció una especie de tragedia -según el canon occidental- con un contradictorio final feliz, dentro del Festival Internacional Cervantino.
Con la obra titulada Sonezaki shinju (El suicidio de amor de Sonezaki), estos artistas de las marionetas de gran formato, de la música mediante instrumentos de cuerda shamisen y de la narración, recrearon la muerte voluntaria de dos amantes para prolongar su amor en el otro mundo ante la imposibilidad de conservarlo en éste.
Es decir, algo así como el arquetipo de Romeo y Julieta, pero abordado desde la riquísima tradición teatral del bunraku, la cual se reveló como la conjunción de variados y virtuosos ejercicios: dramatúrgico, poético, narrativo, actoral, musical y escenográfico, permeados todos por la profunda ritualidad de ese país oriental.
''šQué triste es este sueño dentro de un sueño!", le dice el protagonista Tokube a su amada, la bella cortesana Ohatsu, ya en el bosque del altar de Sonezaki Tenjin, luego de cruzar un puente sobre el río Umeda, cuyas aguas ''se anegarán con sus lágrimas", como canta y se lamenta el narrador.
El bunraku es una de las formas más refinadas del manejo de títeres en el mundo y se requieren años de entrenamiento para logra la manipulación ningyo, la recitación jôruri y la música de shamisen, todas ellas artes sólo ejecutadas por varones. Narradores y músicos aparecen a un costado, vestidos con el tradicional kamishimo.