DESFILADERO
Jaime Avilés
Castañeda en el trampolín
El secretario de Relaciones Exteriores, caballo de Troya
de Carlos Salinas de Gortari para el 2006
EL PODER SUAVE. El viernes de la semana pasada,
al hablar en Tijuana ante los dirigentes de la Coparmex, la confederación
de los "patrones", el secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda,
pronunció el primer discurso de su campaña a la Presidencia
de la República.
"A falta de poder económico y militar, México
debe crearse una buena reputación que le dé autoridad política
en el ámbito internacional", dijo a guisa de preámbulo. Por
fortuna, agregó, nuestro país "goza de una buena imagen en
el exterior gracias a las elecciones de 2000, que marcaron la transición
a un régimen plenamente democrático".
El gobierno surgido de aquel proceso, añadió,
"ha convencido a Europa, Canadá y Estados Unidos de su voluntad
para solucionar el conflicto en Chiapas", y éste, siguiendo el hilo
argumental del canciller, sería el segundo elemento que sustenta
el prestigio externo de México. Pero si algo ha sido determinante
para ganarnos el cariño, la admiración y la confianza del
mundo ancho y ajeno, dijo en tercer término, "es la impresionante
penetración de la cultura mexicana", debido -y esto lo subrayó
con orgullo patrio- a cintas como Amores perros, Y tu mamá
también, El crimen del padre Amaro, Frida y las
telenovelas.
Castañeda, por supuesto, no mencionó los
nombres de esas películas, como lo hubiera hecho nuestro queridísimo
Emilio García Riera, pero aludió a ellas alabando el trabajo
de Alejandro González Iñárritu (director de Amores
perros), Gael García Bernal (protagonista de Amores perros,
Y tu mamá también y El crimen del padre Amaro),
y Salma Hayek (productora de Frida y actriz de algunos olvidados
culebrones de Televisa).
Con esos tres ingredientes -elecciones "democráticas",
"voluntad" en Chiapas, así como cine y televisión for
export-, México, sintetizó el titular de la Secretaría
de Relaciones Exteriores, ha elaborado una "nueva diplomacia", a la que
llamó "el poder suave", fórmula que tradujo como "una política
que presente al extranjero una buena imagen" del país (nota de David
Zúñiga, La Jornada, sábado 12 de octubre de
2002, p. 15).
Bananas virtuales
Para
desdicha de los patrones que ovacionaron a Castañeda al cabo de
su muy reveladora intervención, todo lo que el hombre expuso es
patéticamente falso. ¿Elecciones democráticas? Jaime
Cárdenas Gracia, consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral,
interpuso el jueves una denuncia penal ante la Procuraduría General
de la República, acusando a Vicente Fox por el delito de recibir
"financiamiento ilegal" para su campaña a través de la asociación
Amigos de Fox, misma que -es la opinión general de la gente de la
calle- obtuvo "donativos" de empresas como Coca Cola, Enron y algunas trasnacionales
más a cambio de sectores estratégicos de la economía
mexicana.
¿"Voluntad de solucionar el conflicto en Chiapas"?
No gastemos tinta en derribar tan grosera falacia. ¿"Buena imagen
gracias al cine y las telenovelas"? Sólo quien no haya visto Amores
perros -premiada en todos los festivales del planeta- puede afirmar
que el discutido tríptico de González Iñárritu
evoca un país digno de ser amado; al contrario, ninguna película
mexicana había fotografiado, con tanta fidelidad, la mugre de la
ciudad de México y ésta es una de sus mayores virtudes. Por
lo que toca a Y tu mamá también -una historia básicamente
idiota-, nadie tiene derecho a ostentarla como un producto de la cinematografía
vernácula, toda vez que fue realizada en Hollywood por un director
mexicano que huyó de aquí ante la terrible falta de estímulos
que padece el cine nacional.
El crimen del padre Amaro -es hora ya de decirlo-
es un bodrio sin pies ni cabeza, por el que sin embargo todos estuvimos
dispuestos a dar la vida para que no lo censuraran, pero que aburrió
a los jueces de los festivales de San Sebastián y Viña del
Mar, donde no pocos espectadores se salieron sin ver el desenlace. Por
último, la Frida de Salma Hayek fue abucheada por la prensa
italiana después de su estreno mundial en el festival de Venecia.
¿Dónde está, pues, la "impresionante"
penetración de la cultura mexicana? Sí, en las telenovelas...
pero, ¿hace cuánto la industria del moco no produce un hit
como los que hicieron mundialmente famosas a Verónica Castro y Edith
González? ¡Siglos, camarada Castañeda, siglos!
Ocupado a toda hora del día y de la noche en hacer
la política exterior de George WC Bush contra Irak y contra Cuba,
el señor de Tlatelolco se ufana de su más reciente creación
intelectual. Pero, si lo vemos con calma, el "poder suave" no es sino el
emblema de una diplomacia bananera que, además de petróleo
y cerveza y tequila y mezcal y aguacates y braceros, exporta mentiras sobre
el origen democrático del gobierno de Fox y el asedio paramilitar
a las comunidades indígenas de Chiapas: bananas virtuales...
Próxima parada: la SEP
Pero, aunque usted no lo acabe de creer, ése de
Tijuana fue el primer discurso de la campaña electoral de Castañeda.
Consciente de su propio desgaste político y de su incapacidad manifiesta
para sentar al gobierno de Estados Unidos a negociar un convenio sobre
el tema de los migrantes mexicanos, el canciller comprende que, si desea
seguir vivo en la carrera a la Presidencia, su trabajo en Relaciones Exteriores
está cerca del fin.
¿Recuerda usted aquella foto que hace unos meses
lo sorprendió en un restaurante comiendo a solas con Elba Esther
Gordillo? Pues ahora ha trascendido -tres fuentes distintas me lo confirmaron
esta semana- lo que en esa reunión se pactó. Reyes Tamez
Guerra, secretario de Educación Pública (y antes rector de
la Universidad Autónoma de Nuevo León, y antes porro de la
misma casa de estudios), llegó al gabinete de Fox como pieza de
Alfonso Romo Garza, el empresario regiomontano que en 2000 flotaba en las
nubes del esplendor financiero.
Hoy, Romo Garza ha vuelto a su origen, es decir, a la
pobreza, y Tamez Guerra, a quien algunos apodan el "alto vacío"
por su elevada estatura y su patente carencia de pensamientos, no goza
ya del respaldo del Grupo Monterrey. "Es pichón", habría
resumido la señora Gordillo, propietaria del sindicato nacional
de maestros, insinuando con esas dos palabras que la SEP tiene las condiciones
ideales para convertirse en el gimnasio donde Castañeda volvería
a renacer como hombre de ideas y de libros, amigo de los intelectuales,
protector de los artistas, y dada su indudable capacidad de trabajo, estaría
a tiempo de poner por los cielos el programa de bibliotecas para todos
y alcanzar otras agradables y espectaculares metas.
A decir del oráculo
En enero de 1999, la página sabatina de El Tonto
del Pueblo -abuela de este Desfiladero- publicó una primicia: "Jorge
G. Castañeda y Adolfo Aguilar Zinser son asesores de Fox y enlaces
entre Carlos Salinas de Gortari y el gobernador de Guanajuato". Las reacciones
no se hicieron esperar. Aguilar Zinser, que era entonces el amigo más
querido de Castañeda, envió una carta kilométrica
a este diario para refutar ambas afirmaciones. En la primera página
a renglón seguido y a título personal, aceptó que
estaba trabajando con Fox, mas no como "empleado" (por aquello de "asesor"),
sino como amigo; en las cuartillas restantes, sinceramente furioso, demostró
cuándo, cuánto, cómo y por qué había
combatido en distintos frentes a Salinas de Gortari. Luego de una charla
telefónica, aceptó entregar esas mismas opiniones en forma
de entrevista.
Castañeda no apeló a la sección de
El Correo Ilustrado, pero por conducto de Aguilar Zinser me transmitió
su inconformidad. Lo llamé por teléfono y le pedí
una declaración. Fue una conversación muy amable. El también
dijo que no era empleado sino amigo de Fox y me preguntó, a su vez,
en qué me basaba para sostener que fungía como "enlace" de
Salinas. Ofrecí dos hipótesis comprobables: en 1996, Castañeda
y Salinas se reunieron en Dublín y hablaron largamente (de hecho,
el encuentro fue concertado por Agustín Gutiérrez Canet,
quien fue echado de la embajada mexicana en Irlanda cuando Ernesto Zedillo
lo supo). Y en segundo lugar, ahí estaban las sesiones de análisis
y discusión, organizadas por Roberto Mangabeira, amigo de Salinas
y Castañeda, a las que había acudido Fox.
Eso, replicó, nada prueba. Mangabeira animaba un
foro latinoamericano al que habían asistido Cuauhtémoc Cárdenas,
Andrés Manuel López Obrador, Luiz Inacio Lula da Silva, Fernando
de la Rúa y Ricardo Lagos, el actual presidente de Chile... Meses
más tarde, Salinas y Mangabeira publicaron un folleto en inglés
y Castañeda y Aguilar Zinser, al igual que Santiago Creel, empezaron
a actuar públicamente como asesores de la campaña presidencial
de Fox. Así que, antes los insistentes rumores que hoy auguran la
mudanza de Castañeda a la SEP, fui a ver al oráculo que me
había regalado aquella noticia profética.
"No sé nada", me dijo desde el anonimato, claro
está. Pero puede ser verdad. Castañeda ha logrado exitosamente
lo que se propuso al llegar a Tlatelolco: borrar su pasado "comunista"
a los ojos de la ultraderecha de Estados Unidos y ganarse la confianza
de Bush destruyendo los nexos diplomáticos entre México y
Cuba, asediando a Hugo Chávez, etcétera. Con su apoyo incondicional
a los planes de guerra contra Saddam Hussein -aunque de dientes para afuera
diga que México está en la misma línea que Francia-,
lo único que está pidiendo es la adhesión del complejo
petrolero y militar de Washington a su candidatura.
"Quiere que lo vean como uno de los suyos y lo ha conseguido.
Además, tiene todas las simpatías de Salinas. Y por si fuera
poco, después de dos burros como Zedillo y Fox, el imperio no vería
mal un presidente un poco menos iletrado y más habilidoso", especuló.
"Ahora bien, el rumor de que se va a Educación es tan astuto que
a la mejor lo inventó él mismo..."