EU: 200 millones de armas, en manos civiles
Hay bancos que las ofrecen en lugar de pagar intereses
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 17 de octubre. Esta semana el gobernador del estado de Maryland prohibió el tiro al blanco en lugares abiertos y la policía empezó a investigar a individuos en los suburbios de Washington que han comprado durante los últimos meses rifles AK-47 u otras armas similares, todo en respuesta al francotirador que ha aterrorizado estos lugares. Hasta ahora no hay resultados que permitan el retorno de la calma, y la sombra del asesino sigue sobre la región.
Los ciudadanos han descubierto que la búsqueda de un francotirador en un país donde hay casi 200 millones de armas de fuego en circulación no es tarea simple. Hay tanto armamento en manos privadas en Estados Unidos que hace un año la Organización de Naciones Unidas concluyó que casi la mitad del que existe en el mundo podría encontrarse aquí.
Hay armas por todas partes. En esta capital hay 100 policías dedicados de tiempo completo a patrullar las escuelas públicas en búsqueda de ellas. A mediados de los noventa un periódico calculó que 100 mil armas de fuego ingresan cada día a las escuelas públicas del país. Las pistolas son tan populares que un banco en Colorado las ofrece a sus depositantes en lugar de pagar intereses sobre sus depósitos, y en el primer año de esta "promoción" 12 mil clientes optaron por ellas en vez de los réditos de sus cuentas.
De hecho, el director de cine Michael Moore comienza su nueva película con la balacera en la preparatoria de Columbine, Colorado, y con un hombre en un banco a quien se le obsequia un arma de fuego a cambio de abrir una nueva cuenta.
La película más reciente de Moore, Bowling for Columbine, se estrenará el viernes en Estados Unidos.
Por otro lado, la 20th Century Fox acaba de anunciar que postergará el estreno de otra película, Phone Booth, que trata de gente aterrorizada por un francotirador, que también estaba programada para estrenarse esta semana. Aparentemente, en este momento eso era demasiado para esta sociedad.
Con nueve muertos, dos heridos y ningún indicio de que la policía cuente con pistas útiles sobre la identidad del francotirador, los políticos de la zona están considerando la posibilidad de tomar medidas drásticas.
Esta semana el gobernador del estado de Maryland, entidad donde se ubican los su-burbios norteños y del este de Washington, decidió prohibir, por un tiempo, que se disparen armas en lugares abiertos, con la esperanza de que los tiros de cazadores y otros deportistas no distraigan los esfuerzos para ubicar al francotirador.
La policía también ha empezado a entrevistar a dueños de armerías y a copiar información sobre cualquier persona que recientemente haya comprado municiones parecidas a las balas usadas en los ataques recientes, o armas parecidas a las que se cree está usando el francotirador.
La policía también las ha confiscado para examinarlas y detectar si las balas son comparables a las que han matado hasta ahora a nueve personas en esta zona.
Aunque en una inusual acción contra los dueños de armas en este país, el Congreso promulgó hace varios años una ley que prohibió la venta de rifles AK-47 y otros pa-recidos, aunque es legal tener versiones de éstos si fueron fabricados antes de 1994, informan grupos pro control.
Como resultado, la policía ha estado en-trevistando a gente que recientemente tomó cursos para disparar rifles de asalto ofrecidos por armerías. Además, todavía es legal comprar rifles de alto calibre estilo militar para francotiradores, y sus refacciones.
El gobierno del presidente George W. Bush se ha opuesto siempre a casi cualquier intento de aplicar mayores controles a las armas que están en manos privadas.
El vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, primero comentó esta semana que el mandatario no apoyaría la conformación de un registro de huellas balísticas, el llamado ADN de armas que identifica marcas particulares que deja cada una en sus balas.
Pero 12 horas más tarde, después de la muerte de la novena víctima del francotirador, la Casa Blanca revirtió su posición y declaró que exploraría el tema un poco más.
Sin embargo, hay pocas razones para creer que los ataques del francotirador tendrán gran impacto en el debate sobre ese control en este país.
En promedio, unas 30 personas mueren cada día en Estados Unidos por armas de fuego, y pese a esas estadísticas, las medidas para aplicar un mayor control son casi siempre derrotadas en el Congreso.
Las consecuencias de tanto armamento se manifiestan en las estadísticas recolectadas por el Fondo de Educación para Detener la Violencia de las Armas, organización que se declara en favor de mayores controles.
Hay aproximadamente 10 mil 828 homicidios por esa causa cada año en Estados Unidos, indica. Esa cifra se compara con 103 muertes cada año en Alemania, 73 en Inglaterra y Gales, 27 en Japón y seis en Nueva Zelanda.
Pese a las diferencias de población, hay 30 muertes por armas de fuego en este país por cada una en Alemania.