En la reunión con Mikoyan estuvieron Dorticós, el Che Guevara y Rodríguez

El mensaje de Moscú a Cuba en 1962 fue: habrá alianza política, no defensa militar

Expertos analizaron la crisis de octubre durante una conferencia en La Habana

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 15 de octubre. Con metáforas y rodeos, Anastas Mikoyan trajo a La Habana en una fecha tan temprana como 1962, el mensaje directo de que Moscú sostendría una fuerte alianza política, pero no defendería a Cuba por la vía militar.

Ocurrió en la reunión del 5 de noviembre entre el primer viceprimer ministro de la Unión Soviética y tres miembros de la dirigencia cubana: el presidente Osvaldo Dorticós, Ernesto Che Guevara y Carlos Rafael Rodríguez.

El encuentro fue registrado por los soviéticos y declarado de consulta pública por la cancillería rusa. Fue uno de los documentos de trabajo de la conferencia La crisis de octubre: una visión política 40 años después, celebrada aquí el pasado fin de semana.

Casi termina el encuentro. Mikoyan ha respondido a los reclamos del Che y aprovecha el impulso para extenderse en la posición del Kremlin. Vuelve al origen de la discusión: el borrador de un protocolo final de la crisis de octubre, que firmarían Estados Unidos, Cuba y la Unión Soviética, y que finalmente no se produjo.

Defiende la idea de que los estadunidenses verifiquen que los cohetes desplegados en Cuba están siendo embarcados de regreso a la URSS. Dice que se trata de una inspección en los barcos, territorio soviético, no en territorio cubano.

Carlos Rafael parece advertir que Mikoyan insiste en los detalles y se escapa de la discusión política que provocan los cubanos. Cumple el ritual de invocar a Lenin y aterriza en "las condiciones objetivas de América Latina".

Dice que Mikoyan ha hablado de dos tipos de lucha y que "en ciertas condiciones, la última palabra la tiene la lucha política". En América Latina, continúa Rodríguez, "ha surgido un sentimiento de desmoralización entre la gente; la pequeña burguesía nacionalista perdió la fe en la posibilidad de confrontar al imperialismo".

"La diplomacia puede cambiar la situación", concluye, tendiendo puentes. "Mucha gente cree que si (el presidente John F.) Kennedy hace sus promesas sólo verbalmente, será el equivalente a una derrota. Pero si la Unión Soviética presiona, si Cuba actúa con decisión, si aprovechamos en todo lo necesario a U Thant (secretario general de la ONU) y a los países neutrales, si insistimos en que se acepten demandas como la verificación del territorio del enemigo, si logramos que se acepten los cinco puntos de Fidel, habremos obtenido una victoria significativa".

(El primer ministro Fidel Castro había pedido que, para concluir el conflicto, se incluyera el compromiso de Estados Unidos de 1) cesar las represalias económicas contra Cuba; 2) cesar los sabotajes y agresiones armadas; 3) cesar los ataques desde Estados Unidos y Puerto Rico; 4) cesar las violaciones del espacio aéreo y naval por fuerzas estadunidenses, y 5) devolver el territorio ocupado por la base naval de Guantánamo).

Rodríguez insiste en que "una declaración verbal de no agresión, definitivamente creará un sentimiento de derrota".

Mikoyan acepta. Dice que el Che es pesimista. Que respeta sus opiniones pero no está de acuerdo con él. Que tratará de convencerlo en una siguiente reunión, pero duda que pueda. "El camarada Carlos Rafael Rodríguez ha señalado la dirección de la próxima lucha. Me gusta esta forma de plantear la situación. Por supuesto, sería una tontería simplemente creerle a Kennedy. Necesitamos amarrarlo con compromisos".

-ƑY con misiles estratégicos? -dispara Carlos Rafael.

-Nosotros no podemos defenderlos con estos misiles -rechaza Mikoyan.

El soviético sale rápidamente del tema. Dice que él ha podido venir a Cuba en ese momento, algo que otros no podrían hacer. Sin decirlo expresamente, les recuerda a los cubanos que están en la zona de influencia de Estados Unidos. Empieza a explicar las dificultades de un alto funcionario de Moscú para trasladarse a esta zona. Hay que pedir permiso a Canadá y Estados Unidos para el paso de los aviones "y vencer otras dificultades".

Dice, por ejemplo, que para su viaje necesitaba visa de tránsito de Canadá. Que la cancillería canadiense demoró el trámite con pretextos burocráticos. El permiso llegó, finalmente, hora y media antes de que despegara el avión de Mikoyan. "Si Cuba estuviera donde está Grecia, se los hubiéramos hecho evidente".

Empieza a liquidar la reunión y a despedirse. "Debo decirles que yo pensaba que entendía a los cubanos, y luego escuché al camarada Che y entendí que no, que aún no los entiendo".

-Pero el Che es argentino -dice el embajador soviético Alexander Alekseev, que acompaña a Mikoyan en la reunión.

El jerarca del Kremlin se dirige a Guevara. Le pide hablar en corto. No se trata de ver quién gana, sino de ayudarse, dice. Quiere entender "la sicología" de los latinoamericanos y conocer a los cubanos. Que la URSS se ha comprometido mucho en Cuba, en un sentido material, moral y militar. "Piénselo. ƑLes estamos ayudando cuando tenemos sobreabundancia? ƑCree que nos sobran las cosas? No tenemos ni para nosotros. No. Queremos preservar la base del socialismo en América Latina".

"Ustedes nacieron como héroes antes de que madurara la situación en América Latina, pero el campo socialista aún no es plenamente capaz de ayudarles. Les damos barcos, armas, personal, frutas y vegetales. China es grande, pero por ahora es un país pobre. Llegará el día en que venceremos a nuestros enemigos. Pero no queremos morir bellamente. El socialismo debe vivir. Disculpe la retórica."