Artistas de Tamaulipas en la Alhóndiga
y música de Messiaen en el Teatro Juárez
El Cervantino comenzó con dos espectáculos
y dos públicos diferentes por completo
La elección de esa entidad como invitada se hizo
al margen de las autoridades culturales
y del festival, expresaron a La Jornada la presidenta
del CNCA y el director del encuentro
ERICKA MONTAÑO GARFIAS ENVIADA
Guanajuato, Gto., 10 de octubre. Dos espectáculos,
con públicos diferentes por completo, dieron inicio este miércoles
a la versión 30 del Festival Internacional Cervantino (FIC): en
la Alhóndiga de Granaditas miles de guanajuatenses, sentados o de
pie, disfrutaron en escena a los artistas tamaulipecos y las luces de los
fuegos pirotécnicos. Poco después, en el Teatro Juárez
sólo un grupo selecto, en su mayoría invitados, pudo acceder
al recinto para escuchar los discursos oficiales y el concierto De alas
y liturgias, con partituras de Olivier Messiaen.
Eran
las 7:15 de la noche cuando la titular del Consejo Nacional para la Cultura
y las Artes, Sari Bermúdez, subió al escenario de la Alhóndiga,
acompañada por otros funcionarios, para anunciar el comienzo del
festival con la presencia del estado invitado, Tamaulipas, lugar de origen
de la funcionaria. Ante la coincidencia, la propia Bermúdez y Ramiro
Osorio, director del FIC, expresaron a La Jornada que tal elección
correspondió a un grupo de personas integradas en consejo y no a
las autoridades culturales o del festival.
Discurso sin palabras grandilocuentes
Para evitar las rechiflas que recibió el año
pasado por su discurso, Bermúdez se olvidó de las palabras
grandilocuentes para exclamar: ''¡Que viva el festival y que empiece
la fiesta", lo que el público agradeció con aplausos. Tambores
y clarinetes de los picoteros dieron inicio al espectáculo.
De inmediato se abrió el telón. Los coros
MECED Chimalli y la Orquesta Juvenil de Tamaulipas interpretaron, entre
otros, el coro de los esclavos de la ópera Nabucco, de Giuseppe
Verdi; el coro de niños callejeros de la ópera Carmen,
de Georges Bizet; Alma llanera, y un popurrí tamaulipeco.
Paisaje en retrospectiva: en la Alhóndiga se encuentran
familias completas, adolescentes, parejas de novios, y uno que otro despistado
que pasaba por el lugar y decidió quedarse. Algunos prefieren continuar
su camino. ''No me interesa", justifica un estudiante cigarro en mano.
Terminan la sinfónica y el coro para dar paso a
los fuegos artificiales. Un pequeñín, embobado, grita cuando
las luces estallan. No es el único, los adultos también aplauden
y gritan, otros levantan las manos para ver si atrapan en el aire una de
las playeras que regalan los tamaulipecos. El espectáculo sigue
con otras estampas del estado invitado.
Los funcionarios, entre ellos Bermúdez, Osorio,
el gobernador estatal Juan Carlos Romero Hicks, y el presidente municipal
Rafael Villagómez, abandonan el lugar para trasladarse al Teatro
Juárez.
Ahí sí habrá discursos en los que
el punto coincidente es festejar los 30 años del Cervantino y la
labor de la Universidad de Guanajuato.