Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 11 de octubre de 2002
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Sociedad y Justicia
OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION

Comunicado No. 86

Racismo y discriminación

Prácticas que rebasan el ámbito escolar

Desconocida la dinámica de la intolerancia

MAÑANA, DIA DE LA RAZA, se cumplen 510 años de la llegada de Cristóbal Colón a América, para algunos el llamado "encuentro de dos mundos" y para otros la evocación de fuertes resentimientos. Han transcurrido casi dos siglos desde que México fue reconocido país independiente. Desde entonces se ha pensado que normar el principio de no discriminación contribuiría a edificar una sociedad libre, equitativa y tolerante. No ha sido así, prevalecen prejuicios y conductas racistas, así como marcadas prácticas de exclusión e intolerancia por motivos de género, color de piel, edad, orientación sexual, creencia religiosa, discapacidad o lugar de origen.

RECIENTEMENTE, EN LA presentación del informe Avances y retos del gobierno federal en materia de derechos humanos, el presidente Vicente Fox afirmó que el abuso de poder, la tortura, la discriminación y el maltrato siguen siendo práctica común. Para combatir estos problemas anunció estrategias con el objetivo de consolidar una política de Estado en defensa de los derechos humanos. Entre estas acciones está la elaboración de un programa en materia de derechos humanos que se aplicará en el sistema escolar por parte de la Secretaría de Educación Pública (La Jornada, 29/8/02).

El reconocimiento oficial



ENTRE AGOSTO Y SEPTIEMBRE de 2001 se efectuó la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y otras Formas Conexas de Intolerancia en la ciudad de Durban, en Sudáfrica. Nuestro país participó en el importante foro con una delegación conformada por representantes gubernamentales, legisladores, asambleístas, y el presidente de la Comisión Ciudadana de Estudios contra la Discriminación. El titular de esta última, Gilberto Rincón Gallardo, ha destacado que en México existe una cultura de la discriminación, abiertamente reconocida por las autoridades y que, sobre todo, había disposición, a partir de la sociedad, de combatirla. Pero México no contaba con un marco jurídico que permitiera la eficiente aplicación y el puntual seguimiento de los acuerdos internacionales que nuestro país suscribiera en la materia (Proceso, 05/8.01).

CON EL PROPOSITO de compensar ese vacío legal, en noviembre de 2001 el presidente Fox presentó la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la cual serviría de base en la defensa de cualquier forma de intolerancia o exclusión por motivos de género, edad, estado civil, idioma, religión, ideología, grupo social o étnico, estado de salud, situación migratoria o económica, orientación sexual, discapacidad, o color de piel. Planteaba también la necesidad de promover una nueva cultura en contra de toda forma de discriminación que fuera fomentada desde el hogar y las escuelas para que las nuevas generaciones comprendieran la importancia del tema y los mexicanos "nos veamos de igual a igual" (La Jornada, 15/11/01).

SE SABE POCO en el medio académico y político sobre la dinámica de la intolerancia, así como respecto del papel de la educación en los prejuicios, costumbres y expresiones racistas y discriminatorias de los mexicanos. Lo único que puede inferirse con cierta facilidad, haciendo una simple desagregación de los datos oficiales, es que el indígena mexicano ha sido la persona que ha padecido en mayor grado la "cultura del desprecio", ya que sus condiciones de marginación han alcanzado niveles absolutamente inadmisibles.

DE ACUERDO CON las recomendaciones derivadas del Seminario de Expertos de la Región de América Latina y el Caribe para dar cumplimiento al Programa de Acción de Durban, se pueden identificar 15 grupos en riesgo de discriminación: "mujeres, niños, indígenas, afroamericanos y afrodescendientes, migrantes, desplazados internos, refugiados, mestizos, romaníes, discapacitados, comunidades judías, árabes e islámicas, ancianos y grupos minoritarios". (2002:www.unhchr.ch/html/racism/mexico_en.doc). El documento subraya que los planes de acción que los estados desarrollen en materia de racismo y discriminación deberán contener "medidas específicas" en favor de tales grupos de individuos.

Estrategias y recomendaciones


EN MATERIA EDUCATIVA el documento invita a los estados, en el marco del Plan Interamericano de Educación, a promover campañas con la participación de instituciones públicas, especialmente en el campo de la educación, la capacitación y la cultura, para combatir prejuicios, promover la toma de conciencia con respecto a estereotipos negativos y estimular relaciones más positivas entre razas, culturas y etnias.

EN LA BUSQUEDA de ese propósito se sugieren tres estrategias básicas: 1) incorporar en la capacitación regular de los educadores el tema de la diversidad cultural y su contribución a la sociedad, según la realidad de cada país, promoviendo conocimientos y valores de aceptación, tolerancia y respeto a culturas de pueblos indígenas y afrodescendientes; 2) revisar los contenidos de textos y materiales didácticos de la educación formal, para detectar elementos explicita o sutilmente racistas o discriminatorios hacia cualquier grupo racial o étnico, así como la proporcionalidad de la información que se brinda sobre cada grupo poblacional; y 3) promover investigaciones en el ámbito de la educación formal que sirvan para determinar en qué medida este sistema brinda igualdad de cobertura y de calidad de la educación sistemática a las poblaciones racial o étnicamente diversas del país. Esto supone, agrega el documento, analizar las condiciones reales de equidad en el acceso de estas poblaciones a la escuela pública, su permanencia en el sistema y su egreso exitoso.

¿Los instruidos son más tolerantes?


LA EDUCACION COMO práctica social y humana tiene un peso importante en la efectividad de las políticas públicas en contra de la intolerancia y el desprecio. Esto se debe, en parte, a que la instrucción académica dota a la persona de capacidades cognoscitivas que le facilitan el entendimiento sobre la diversidad de las cosas y la realidad. Además, dependiendo de la institución que la otorgue, la educación podría ayudar al individuo a comprender mediante la razón la naturaleza causal de los procesos sociales y poder explicarse a sí mismo fenómenos como la pobreza, la exclusión y la marginación que enfrentan sus semejantes. De igual modo, los principios y prácticas que sustentan y promueven la sana convivencia entre seres humanos pueden enaltecerse cuando se transmite el conocimiento. A este tipo de educación le podríamos llamar, en esta ocasión, "educación positiva"

A PESAR DE que la "educación positiva" se promoviera dentro de las escuelas y universidades de México, es necesario tener en cuenta que la instrucción académica está rodeada de factores que hacen variar el efecto de la educación sobre los prejuicios racistas y las prácticas discriminatorias. Además de estos factores, uno destaca por su importancia para la política social: la percepción que tengan los seres humanos sobre las oportunidades reales que existen para ellos. Si se restringen y niegan las oportunidades económicas, sociales y culturales para que la persona se desarrolle libremente ésta podría cultivar constantemente un sistema de creencias racistas y discriminatorias al sentirse amenazada por las acciones de los demás y la exclusión se refuerza entonces por la autoexclusión del discriminado (Hagendoorn, L. y Nekuee, S., coords. 1999, Education and Racism. A cross national survey of positive effects of education on ethnic tolerance. Gran Bretaña: Ashgate).

COMBATIR EFICAZMENTE EL racismo y la discriminación supone la creación de las condiciones de bienestar que el Estado y la sociedad deben crear para el libre disfrute de los individuos. Asumir que la educación por sí sola logrará que nos veamos "de igual a igual" es una visión simplista que se debería evitar en la definición de una política en defensa de los derechos humanos. Identificar las limitaciones que la educación enfrenta dentro de su amplio contexto social y económico constituye un paso en el combate efectivo a la discriminación y el racismo.

LA POLITICA QUE busque combatir tales problemas deberá incluir la participación y el compromiso de los diversos agentes sociales. Así, mientras el Estado cumple con su obligación de fomentar y promover acciones encaminadas a erradicar la intolerancia, los ciudadanos, las organizaciones no gubernamentales y los partidos políticos podrían abocarse a verificar y a documentar avances y obstáculos. Es necesario también que el sistema legislativo sea ágil en la introducción de cambios y reformas para que, en estricto apego a la ley, el sistema de justicia penal sancione a las instituciones e individuos que promueven y practican la intolerancia. El sector privado podría contribuir en el combate de la discriminación y el racismo cooperando incondicionalmente con los planes de acción que el Estado establezca. Sería ideal que los medios de comunicación, específicamente la radio y la televisión, se convirtieran en aliados de la cultura del respeto y la convivencia erradicando las imágenes de superioridad y modificando los estereotipos de género y raza que comúnmente se transmiten.

LA EDUCACION ES relevante como medio para promover los valores de convivencia y el respeto, pero su función en la lucha contra la discriminación y el racismo estará determinada por el ambiente social y económico que impere. Es justo comprender las limitaciones de la "educación positiva" en la mentalidad de los niños y jóvenes mexicanos cuando la "cultura del desprecio" en México rebasa por mucho el ámbito escolar

Interrogantes



¿QUÉ ACCIONES CONCRETAS propondrá la SEP para corregir las creencias racistas y las conductas discriminatorias en el sistema educativo? ¿Qué instancias oficiales brindarán ayuda y protección a la persona que enfrente alguna situación de discriminación en la escuela? ¿Están los maestros capacitados para ayudar a desmantelar prejuicios y apreciar la diversidad? ¿Cómo se evaluarán los resultados de las políticas en contra de la discriminación y el racismo dentro del sistema educativo nacional?
 


Aviso a nuestros lectores: A partir de este comunicado, Felipe Martínez Rizo se retira de Observatorio por haber sido designado director del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
 

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