OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION
Comunicado No. 86
Racismo y discriminación
Prácticas que rebasan el ámbito escolar
Desconocida la dinámica de la intolerancia
MAÑANA, DIA DE LA RAZA, se cumplen 510 años
de la llegada de Cristóbal Colón a América, para algunos
el llamado "encuentro de dos mundos" y para otros la evocación de
fuertes resentimientos. Han transcurrido casi dos siglos desde que México
fue reconocido país independiente. Desde entonces se ha pensado
que normar el principio de no discriminación contribuiría
a edificar una sociedad libre, equitativa y tolerante. No ha sido así,
prevalecen prejuicios y conductas racistas, así como marcadas prácticas
de exclusión e intolerancia por motivos de género, color
de piel, edad, orientación sexual, creencia religiosa, discapacidad
o lugar de origen.
RECIENTEMENTE, EN LA presentación del informe
Avances y retos del gobierno federal en materia de derechos humanos,
el presidente Vicente Fox afirmó que el abuso de poder, la tortura,
la discriminación y el maltrato siguen siendo práctica común.
Para combatir estos problemas anunció estrategias con el objetivo
de consolidar una política de Estado en defensa de los derechos
humanos. Entre estas acciones está la elaboración de un programa
en materia de derechos humanos que se aplicará en el sistema escolar
por parte de la Secretaría de Educación Pública (La
Jornada, 29/8/02).
El reconocimiento oficial
ENTRE AGOSTO Y SEPTIEMBRE de 2001 se efectuó
la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial,
la Xenofobia y otras Formas Conexas de Intolerancia en la ciudad de Durban,
en Sudáfrica. Nuestro país participó en el importante
foro con una delegación conformada por representantes gubernamentales,
legisladores, asambleístas, y el presidente de la Comisión
Ciudadana de Estudios contra la Discriminación. El titular de esta
última, Gilberto Rincón Gallardo, ha destacado que en México
existe una cultura de la discriminación, abiertamente reconocida
por las autoridades y que, sobre todo, había disposición,
a partir de la sociedad, de combatirla. Pero México no contaba con
un marco jurídico que permitiera la eficiente aplicación
y el puntual seguimiento de los acuerdos internacionales que nuestro país
suscribiera en la materia (Proceso, 05/8.01).
CON EL PROPOSITO de compensar ese vacío
legal, en noviembre de 2001 el presidente Fox presentó la Ley Federal
para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la cual serviría
de base en la defensa de cualquier forma de intolerancia o exclusión
por motivos de género, edad, estado civil, idioma, religión,
ideología, grupo social o étnico, estado de salud, situación
migratoria o económica, orientación sexual, discapacidad,
o color de piel. Planteaba también la necesidad de promover una
nueva cultura en contra de toda forma de discriminación que fuera
fomentada desde el hogar y las escuelas para que las nuevas generaciones
comprendieran la importancia del tema y los mexicanos "nos veamos de igual
a igual" (La Jornada, 15/11/01).
SE SABE POCO en el medio académico y político
sobre la dinámica de la intolerancia, así como respecto del
papel de la educación en los prejuicios, costumbres y expresiones
racistas y discriminatorias de los mexicanos. Lo único que puede
inferirse con cierta facilidad, haciendo una simple desagregación
de los datos oficiales, es que el indígena mexicano ha sido la persona
que ha padecido en mayor grado la "cultura del desprecio", ya que sus condiciones
de marginación han alcanzado niveles absolutamente inadmisibles.
DE ACUERDO CON las recomendaciones derivadas del
Seminario de Expertos de la Región de América Latina y el
Caribe para dar cumplimiento al Programa de Acción de Durban, se
pueden identificar 15 grupos en riesgo de discriminación: "mujeres,
niños, indígenas, afroamericanos y afrodescendientes, migrantes,
desplazados internos, refugiados, mestizos, romaníes, discapacitados,
comunidades judías, árabes e islámicas, ancianos y
grupos minoritarios". (2002:www.unhchr.ch/html/racism/mexico_en.doc). El
documento subraya que los planes de acción que los estados desarrollen
en materia de racismo y discriminación deberán contener "medidas
específicas" en favor de tales grupos de individuos.
Estrategias y recomendaciones
EN MATERIA EDUCATIVA el documento invita a los
estados, en el marco del Plan Interamericano de Educación, a promover
campañas con la participación de instituciones públicas,
especialmente en el campo de la educación, la capacitación
y la cultura, para combatir prejuicios, promover la toma de conciencia
con respecto a estereotipos negativos y estimular relaciones más
positivas entre razas, culturas y etnias.
EN LA BUSQUEDA de ese propósito se sugieren
tres estrategias básicas: 1) incorporar en la capacitación
regular de los educadores el tema de la diversidad cultural y su contribución
a la sociedad, según la realidad de cada país, promoviendo
conocimientos y valores de aceptación, tolerancia y respeto a culturas
de pueblos indígenas y afrodescendientes; 2) revisar los contenidos
de textos y materiales didácticos de la educación formal,
para detectar elementos explicita o sutilmente racistas o discriminatorios
hacia cualquier grupo racial o étnico, así como la proporcionalidad
de la información que se brinda sobre cada grupo poblacional; y
3) promover investigaciones en el ámbito de la educación
formal que sirvan para determinar en qué medida este sistema brinda
igualdad de cobertura y de calidad de la educación sistemática
a las poblaciones racial o étnicamente diversas del país.
Esto supone, agrega el documento, analizar las condiciones reales de equidad
en el acceso de estas poblaciones a la escuela pública, su permanencia
en el sistema y su egreso exitoso.
¿Los instruidos son más tolerantes?
LA EDUCACION COMO práctica social y humana
tiene un peso importante en la efectividad de las políticas públicas
en contra de la intolerancia y el desprecio. Esto se debe, en parte, a
que la instrucción académica dota a la persona de capacidades
cognoscitivas que le facilitan el entendimiento sobre la diversidad de
las cosas y la realidad. Además, dependiendo de la institución
que la otorgue, la educación podría ayudar al individuo a
comprender mediante la razón la naturaleza causal de los procesos
sociales y poder explicarse a sí mismo fenómenos como la
pobreza, la exclusión y la marginación que enfrentan sus
semejantes. De igual modo, los principios y prácticas que sustentan
y promueven la sana convivencia entre seres humanos pueden enaltecerse
cuando se transmite el conocimiento. A este tipo de educación le
podríamos llamar, en esta ocasión, "educación positiva"
A PESAR DE que la "educación positiva" se
promoviera dentro de las escuelas y universidades de México, es
necesario tener en cuenta que la instrucción académica está
rodeada de factores que hacen variar el efecto de la educación sobre
los prejuicios racistas y las prácticas discriminatorias. Además
de estos factores, uno destaca por su importancia para la política
social: la percepción que tengan los seres humanos sobre las oportunidades
reales que existen para ellos. Si se restringen y niegan las oportunidades
económicas, sociales y culturales para que la persona se desarrolle
libremente ésta podría cultivar constantemente un sistema
de creencias racistas y discriminatorias al sentirse amenazada por las
acciones de los demás y la exclusión se refuerza entonces
por la autoexclusión del discriminado (Hagendoorn, L. y Nekuee,
S., coords. 1999, Education and Racism. A cross national survey of positive
effects of education on ethnic tolerance. Gran Bretaña: Ashgate).
COMBATIR EFICAZMENTE EL racismo y la discriminación
supone la creación de las condiciones de bienestar que el Estado
y la sociedad deben crear para el libre disfrute de los individuos. Asumir
que la educación por sí sola logrará que nos veamos
"de igual a igual" es una visión simplista que se debería
evitar en la definición de una política en defensa de los
derechos humanos. Identificar las limitaciones que la educación
enfrenta dentro de su amplio contexto social y económico constituye
un paso en el combate efectivo a la discriminación y el racismo.
LA POLITICA QUE busque combatir tales problemas
deberá incluir la participación y el compromiso de los diversos
agentes sociales. Así, mientras el Estado cumple con su obligación
de fomentar y promover acciones encaminadas a erradicar la intolerancia,
los ciudadanos, las organizaciones no gubernamentales y los partidos políticos
podrían abocarse a verificar y a documentar avances y obstáculos.
Es necesario también que el sistema legislativo sea ágil
en la introducción de cambios y reformas para que, en estricto apego
a la ley, el sistema de justicia penal sancione a las instituciones e individuos
que promueven y practican la intolerancia. El sector privado podría
contribuir en el combate de la discriminación y el racismo cooperando
incondicionalmente con los planes de acción que el Estado establezca.
Sería ideal que los medios de comunicación, específicamente
la radio y la televisión, se convirtieran en aliados de la cultura
del respeto y la convivencia erradicando las imágenes de superioridad
y modificando los estereotipos de género y raza que comúnmente
se transmiten.
LA EDUCACION ES relevante como medio para promover
los valores de convivencia y el respeto, pero su función en la lucha
contra la discriminación y el racismo estará determinada
por el ambiente social y económico que impere. Es justo comprender
las limitaciones de la "educación positiva" en la mentalidad de
los niños y jóvenes mexicanos cuando la "cultura del desprecio"
en México rebasa por mucho el ámbito escolar
Interrogantes
¿QUÉ ACCIONES CONCRETAS propondrá
la SEP para corregir las creencias racistas y las conductas discriminatorias
en el sistema educativo? ¿Qué instancias oficiales brindarán
ayuda y protección a la persona que enfrente alguna situación
de discriminación en la escuela? ¿Están los maestros
capacitados para ayudar a desmantelar prejuicios y apreciar la diversidad?
¿Cómo se evaluarán los resultados de las políticas
en contra de la discriminación y el racismo dentro del sistema educativo
nacional?
Aviso a nuestros lectores: A partir de este comunicado,
Felipe Martínez Rizo se retira de Observatorio por haber
sido designado director del Instituto Nacional para la Evaluación
de la Educación.
¿QUIENES SOMOS?
Nuestros comunicados aparecen en el primer y el tercer
viernes de cada mes en este espacio periodístico; se pueden reproducir
en cualquier medio indicando su procedencia. Todos los ciudadanos están
cordialmente invitados a sumarse a nuestra iniciativa.
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