Se agrava la crisis
Londres podría suspender al gobierno del Ulster
REUTERS Y DPA
Londres, 10 de octubre. El primer ministro británico, Tony Blair, se esforzó hoy por parecer optimista ante la peor crisis que haya atravesado el proceso de paz de Irlanda del Norte, pero todo indica que el gobierno de Londres se dispone a suspender al gobierno autónomo de la provincia el próximo lunes.
"Hemos enfrentado otras crisis, superaremos esta y seguiremos adelante", declaró Blair en Londres después de tres días de reuniones con líderes políticos de las divididas comunidades católica y protestante del Ulster, tras la crisis desatada la semana pasada, cuando la policía acusó a cuatro miembros del partido republicano Sinn Fein de poseer documentación que "podría servir" para atentados terroristas.
El Sinn Fein sostiene que la actual crisis ha sido diseñada por los unionistas, cuyo líder, David Trimble, primer ministro de la provincia, amenazó con reunciar al cargo la próxima semana si Londres no expulsa al Sinn Fein del gobierno de poder compartido.
Este jueves, el primer ministro británico se reunió con Gerry Adams, presidente del Sinn Fein, brazo político del Ejército Republicano Irlandés. Adams instó a Blair a no suspender el poder compartido, alcanzado tras los acuerdos de 1998, al considerar que "una vez más sería un error, y caracterizaría las instituciones como extras opcionales".
El número dos del Sinn Fein y ex jefe del ERI, Martin McGuinness, llamó a los nacionalistas a conservar la "sangre fría", cuando muchos observadores pronostican que Blair se inclinará por reimponer el régimen directo.
Expulsar al Sinn Fein como buscan los unionistas, explican expertos, sería una medida exagerada, mientras que convocar a nuevas elecciones -que de todas maneras están previstas para mayo- podrían culminar con la derrota de los sectores moderados.
Los unionistas protestantes dicen que el incidente muestra la mala fe de los republicanos, a quienes Blair llamó hoy a no llevar adelante una "mezcla de estrategias políticas y paramilitares", acusación que el Sinn Fein rechaza.