ECONOMIA MORAL
Julio Boltvinik
Violación oficial de los derechos humanos
No pobres que son pobres alimentarios
¿Qué se puede comprar con la línea
de pobreza oficial?
La economía moral es convocada a existir como resistencia
a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede
equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de
la gente
EN LA ENTREGA del 27/09 de esta columna mostré
que, para construir lo que habría de convertirse en la línea
oficial de pobreza ("pobreza patrimonial"), el Comité Técnico
recortó un conjunto de necesidades. Le parecieron aceptables sólo
seis necesidades: alimentación, educación, salud, vivienda,
vestido-calzado y transporte. Y dentro de cada una de las aceptables recortó
los satisfactores que no le parecieron aceptables. Con ello mostró
la intención de recortar los derechos humanos de la población
del país, lo que se convirtió en un hecho oficial al ser
adoptada esta línea por el gobierno. Prometí, en esa entrega,
analizar para qué alcanzan los 20.87 pesos por persona y por día,
que es el ingreso del que disponen los habitantes del medio urbano no pobres,
cuyo ingreso es igual a la línea de pobreza patrimonial, para satisfacer
todos sus requerimientos no alimentarios. Hoy presento este análisis
para la línea de pobreza patrimonial y analizo los derechos implícitos
en la línea de pobreza alimentaria del gobierno.1
EL COMITÉ PROPUSO, y el gobierno federal
adoptó la variante de la canasta normativa alimentaria (CNA) del
método de LP. El primer paso de este método es calcular el
costo de una CNA que cubra los requerimientos nutricionales de la población.
La Cepal llama al costo de la CNA (CCNA), línea de indigencia, el
gobierno mexicano la llama línea de pobreza alimentaria y el Comité
Técnico, LP1. ¿Qué significa esta línea de
pobreza en términos de los derechos humanos? Parecería que
la adopción de este método reconoce (aunque sea lo único
que reconoce) el derecho a no morirse de hambre, a cubrir los requerimientos
nutricionales. Sin embargo, esta afirmación es falsa, ya que el
costo de la CNA utilizada por el Comité Técnico y la Cepal
no incluye, ni siquiera, los gastos necesarios para la preparación
y el consumo de alimentos (combustible, utensilios de cocina, platos, etcétera).
Al hacerlo, no reconoce ningún derecho humano, ya que reduce a los
individuos a su estado más primitivo y animal. La humanización
de las necesidades biológicas del hombre la expresa magistralmente
Marx en la Introducción a la crítica de la economía
política: "El hambre es hambre, pero el hambre que se satisface
con carne cocida, comida con cuchillo y tenedor, es un hambre muy distinta
del que devora carne cruda con ayuda de manos, uñas y dientes".
LO ANTERIOR SIN considerar el supuesto explícito
en dicha línea de pobreza: que los hogares utilizan todo su ingreso
para comprar alimentos. No ser pobre alimentario puede significar morirse
de hambre, porque ningún hogar puede gastar la totalidad de su ingreso
en alimentos, ya que la desnudez en lugares públicos está
prohibida y porque sin el gasto de transporte es imposible llegar al trabajo,
para mencionar sólo las contradicciones más obvias. Gastar
todo el ingreso en alimentos significa tener un coeficiente de Engel (E,
proporción del gasto total dedicado a alimentos) igual a 1. En la
realidad, estos coeficientes, incluso entre los más pobres, son
muchísimo más bajos. Por ejemplo, los grupos que el Comité
Técnico (decil 2 del medio urbano y 5 del rural, ambos muy pobres
de acuerdo con la línea oficial de pobreza) eligió para calcular
dicho coeficiente, tienen valores de 0.4 y de 0.44, menos de la mitad de
lo supuesto.
LAS POLITICAS DE reducción de la pobreza
extrema, como las del Banco Mundial, la que prevaleció durante el
gobierno de Zedillo, que se concentró en la pobreza extrema rural,
o los programas encaminados a erradicar la pobreza alimentaria y de
capacidades del actual gobierno mexicano, todas ellas basadas en una
línea de pobreza igual o muy cercana al costo de la canasta normativa
alimentaria, (CCNA) niegan todos los derechos humanos, ya que no
sólo reducen las necesidades humanas a la satisfacción animal
del hambre, sino que excluyen radicalmente todas las demás necesidades.
EN EL CASO LA línea de pobreza oficial (llamada
pobreza patrimonial) el gasto no alimentario disponible es de 20.87 pesos
en las ciudades, sólo 37 por ciento de los 56.07 pesos del procedimiento
ortodoxo del método utilizado por el comité (véase
al respecto Economía Moral 27/09/02). En la medida oficial de pobreza
se tiene, por un lado, una CNA que provee un nivel de alimentos crudos
razonable y, por otro, un ingreso disponible equivalente a otros 20.87
pesos por persona por día para todo lo demás. Los no pobres
oficiales deberían cumplir, como primera prueba que su identificación
está bien hecha, no ser pobres alimentarios. No cumplen esta primera
prueba: la mayoría de ellos, tanto en el medio urbano (los deciles
5 y superiores) como en el medio rural (deciles 8 y superiores), son
pobres alimentarios, ya que su gasto en alimentos es menor que el CCNA
(cuadro 1). Esto ocurre desde el decil 5 urbano hasta el 8. En el medio
rural sólo el decil 10 no es pobre alimentario. En particular, el
decil 5 urbano y el 8 rural, que sí son pobres con la línea
de pobreza 3 del comité (la que desconoció el gobierno) pero
no con la línea oficial, es decir los pobres transmutados en no
pobres por la magia gubernamental, tienen déficit de gasto alimentario
de 31.1 y 19.1 por ciento.
EN EL CUADRO 1 se han añadido los deciles
que según el gobierno no son pobres de capacidades, pero
sí lo son de patrimonio (los deciles 3 y 4 del medio urbano y los
deciles 6 y 7 del medio rural). La línea de pobreza de capacidades
es de la cosecha de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso)
(no fue definida por el Comité Técnico). Se aprecia que estos
no pobres tienen déficit alimentarios de 48.8 por ciento y 41.6
por ciento en el medio urbano y de 46.9 por ciento y 36.1 por ciento en
el medio rural, mostrando la dramática distancia que separa a esta
población de satisfacer siquiera la necesidad alimentaria, cuando
el gobierno los presenta como hogares que satisfacen alimentación,
educación y salud.
EN LA ENTREGA citada de esta columna mostré
el nivel de vida miserable al que tendrían derecho los no pobres
oficiales, tal como se calculó la línea de pobreza patrimonial,
lo que refleja las intenciones de la Sedeso al haber adoptado esta
línea de pobreza. Otra manera de identificar la violación
de derechos sociales de los mexicanos, esta vez por la vía de
los hechos y no de las intenciones, es analizando qué se puede
adquirir, en materia no alimentaria, en las ciudades con los 20.87 pesos.2
Para ello se presentan dos opciones en el cuadro 2. Si la familia decide
no vivir en la calle (opción 1), ni siquiera le alcanzarían
para cubrir los 23.27 pesos por persona por día que cuesta el paquete
de vivienda. Tendría que omitir tres de sus componentes: el mantenimiento,
el impuesto predial y la ropa del hogar (sábanas, toallas, etcétera).
No le quedaría ni un centavo para las demás necesidades.
No podría pagar los bienes y servicios para: la preparación
y consumo de alimentos; higiene y salud; educación; cultura y recreación;
transporte y comunicaciones; vestido y calzado; presentación personal,
y nuevos rubros. Es decir, la línea de pobreza oficial alcanza
solamente para la alimentación y para la mayor parte de los gastos
de la vivienda. Nada más. De las seis necesidades supuestamente
aceptadas por el comité, la realidad es que sólo cubre dos
(una de ellas incompleta). Si decide vivir en la calle (o la solución
de costo casi equivalente, en un terreno invadido -sin ningún servicio-
en una casa hecha con materiales de desecho), y no gastar nada en cultura
y recreación, presentación personal, otras necesidades y
nuevos rubros (opción 2), podría adquirir los paquetes de:
artículos para preparar y consumir alimentos, higiene y salud, educación,
transporte y comunicaciones, vestido y calzado, muebles y accesorios, blancos
y el agua.
DADO QUE ESTOS hogares tienen sólo 20.87
pesos disponibles para todo lo no alimentario, el juego de la cobija corta
lleva a soluciones trágicas. En la práctica, el presupuesto
familiar raquítico se distribuirá entre las necesidades de
una manera "racional", que implica quedarse por debajo del nivel normativo
en todas ellas. Por tanto, la línea de pobreza oficial deja todas
las necesidades insatisfechas, violando los derechos consagrados en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
1 Lo que hoy presento se deriva, en gran medida, de la
ponencia Derechos humanos y mediciones de pobreza, que Araceli Damián
y yo presentamos en el quinto Foro sobre derechos humanos, organizado por
el sistema Universidad Iberoamericana-ITESO, en Puebla, el 9 de octubre
pasado.
2 Para los cálculos se han utilizado los costos
de la CNSE (Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales) de Coplamar,
para el caso de una familia de cuatro personas (dos adultos y dos niños),
actualizados por Alejandro Marín, La medición de la pobreza.
Un nuevo enfoque, tesis de licenciatura, Universidad Tecnológica
de México, 2002.